Cómo llegar a la cascada de Gullfoss, en Islandia
La cascada de Gullfoss, en el valle Haukadalur, es una de las más impresionantes de Europa y, por tanto, una de las más visitadas en Islandia. En este artículo te descubrimos cómo llegar hasta ella, así como otra información que te será de interés a la hora de visitarla. ¿Te animas a conocerla más en profundidad?
La cascada de Gullfoss, una maravilla natural
La cascada de Gullfoss se encuentra en el cauce del río Hvítá, que tiene tres escalones curvados, donde se precipita en dos saltos (de once y de veintiún metros, respectivamente) en una grieta de treinta metros de profundidad que mide dos kilómetros y medio de largo y veinte metros de ancho.
Afortunadamente, la cascada de Gullfoss puede visitarse sin ningún inconveniente. Y es que hasta mediados del siglo XX se estudió la posibilidad de aprovechar la caída del agua con el fin de producir energía eléctrica, aunque la idea no llegó a desarrollarse por falta de capital. En este periodo la catarata fue alquilada por inversores extranjeros, siendo de propiedad privada.
Cómo llegar a la cascada de Gullfoss
La cascada de Gullfoss se encuentra a poco más de cien kilómetros de Reikiavik, la capital de Islandia. Desde allí se puede alquilar un coche y seguir la carretera de circunvalación este durante 54 kilómetros hasta llegar a la ruta 35. Después tan solo queda continuar hasta llegar al estacionamiento que está al lado del centro de visitantes.
Los que prefieran el transporte público pueden optar por coger un autobús. Hay varias posibilidades, sobre todo si se viaja en la época estival: Bílar og folk, operativo dos veces al día del 1 de julio al 31 de agosto; Reykjavik Excursions, que cuenta con un servicio estacional desde el 15 de junio; y Bílar og fólk, con parada incluida en Geysir.
También se puede contratar algún tour. Los más recomendables son aquellos que permiten conocer todos los encantos de la ruta del Círculo Dorado. Estos suelen tener una duración de unas ocho horas y sus precios rondan los 50 €. Únicamente hay que elegir aquel que mejor se adapte a nuestras preferencias.
Una vez en el lugar, se puede disfrutar de la grandeza de la cascada de Gullfoss desde distintos puntos de visualización, ya sea desde arriba o desde abajo. Hay varios miradores para disfrutar de un espectáculo increíble.
Más información práctica sobre la visita
Además de estacinamiento, la cascada de Gullfoss cuenta con otras instalaciones de las que pueden beneficiarse los visitantes. Hay tienda de regalos y un restaurante en el que se sirve un menú especial a base de estofado de cordero, sopa y pastel de chocolate. También hay opciones para vegetarianos.
Por otro lado, la maravilla natural que nos ocupa se puede visitar en cualquier época del año, aunque no hay que olvidar las bajas temperaturas que se dan en invierno. Aun así, quien prefiera hacerlo a partir de noviembre puede disfrutar de la cascada congelada en ondulantes olas de hielo. Eso sí, sin olvidar llevar ropa de abrigo.
“Viajar hace a uno modesto. Ves el lugar pequeño que ocupas en el mundo.”
-Gustave Flauvert-
Qué ver junto a la cascada de Gullfoss
Como hemos visto, la cascada de Gullfoss es una de las paradas de Ruta del Círculo Dorado en Islandia, por no decir la más famosa. Dicha ruta consta de unos trescientos kilómetros, comienza y acaba en Reikiavik, y sirve para adentrarse en el corazón de Islandia y, por tanto, conocer más en profundidad los encantos de la isla.
Además de la cascada de Gullfoss es recomendable, pues, visitar otras paradas del Círculo Dorado. No hay que perderse Thingvellir, un valle con una gran importancia histórica, ya que es donde se fundó una de las instituciones parlamentarias más antiguas del mundo: el Alþingi. Entre sus atractivos está el estanque natural Drekkingarhylur.
La otra parada principal es el valle de Haukadalur, donde se pueden visitar diversos géiseres, como el Strokkur, que erupciona cada cuatro u ocho minutos alcanzando una altura promedio de veinte metros; y el Geyser, el más importante de todos y el que, precisamente, le da nombre al espectacular fenómeno geológico que nos ocupa.