Liubliana, una ciudad verde en Europa
Cuando pensamos en visitar capitales europeas automáticamente se nos vienen a la mente ciudades grandes como París, Londres o Roma. Sin embargo existen otras más pequeñas y modestas que no dejan de sorprender a quienes buscan destinos menos populares. En esta ocasión viajamos a Liubliana, una capital europea con el corazón verde.
De paseo por la verde Liubliana
La capital eslovena es pequeña, pero no por ello menos pintoresca y bonita que las grandes urbes de Europa o del mundo. Al haber sido destruida por dos terremotos y una guerra, en la actualidad combina una serie de estilos y elementos que en su conjunto la convierten en un hermoso plan para un fin de semana.
Pero de ella destaca su la gran conciencia medioambiental de autoridades y habitantes. Esta es la razón de que fuera nombrada “Capital Verde 2016”, un reconocimiento de la Comisión Europea.
Y es que Liubliana tiene fantásticos parques incluso en el centro de la ciudad, una gran red de trasporte público y ha puesto en marcha medidas para reducir el volumen de residuos y fomentar el reciclaje, entre otros aspectos.
“Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos.”
– Rabindranath Tagore –
Qué ver en Liubliana
A Liubliana se la conoce como “la nueva Praga” y nos recuerda mucho también a Viena o Ámsterdam. Cada vez son más los turistas que llegan a esta ciudad,que se puede recorrer cómodamente a pie. Estos son los principales atractivos de la capital eslovena:
1. Parque Tívoli
Es un bonito y gran espacio público perfecto para descansar un poco durante el paseo y tener contacto con la naturaleza. El paseo central fue obra de Jože Plečnik, un célebre arquitecto esloveno, y ofrece diferentes exposiciones temporales.
Además, es un lugar elegido por los residentes para andar en bicicleta, hacer un picnic, nadar en la piscina, visitar el invernadero, leer en la biblioteca al aire libre o asistir a los diferentes eventos que se desarrollan a lo largo del año.
2. Castillo de Liubliana
El país está plagado de estas construcciones señoriales que nos recuerdan un pasado grandioso. El castillo de Liublana es una de las postales típicas de la ciudad y está erigido en un pequeño macizo para proteger los alrededores desde 1144 (aunque fue reconstruido en el siglo XV).
3. Puente de los dragones
Zmajski Most en idioma local, es un puente flanqueado por cuatro dragones, el símbolo de la ciudad. Tal y como sucede con el castillo, estos animales mitológicos se encargan de proteger a los habitantes y edificios.
El puente fue construido en el siglo XX, es de estilo art nouveau y se relaciona con la leyenda del origen de Liublana: Jasón y los Argonautas derrotaron a un enorme dragón en esas tierras antes de fundar el asentamiento.
4. Plaza Preseren
Está localizada en medio del centro histórico de la ciudad y fue erigida para honrar a un poeta esloveno muy popular, llamado France Preseren. Es un lugar más que agradable, un punto neurálgico y de encuentro tanto para turistas como residentes. Desde aquí salen los tours a pie y está muy cerca del río, del triple puente de Plecnik y la iglesia de la Anunciación.
5. Catedral de San Nicolás
Si bien no es de las más bonitas de Europa, la catedral principal de Liublana tiene algo especial que la hace digna de admirar, con su pasado gótico y su “conversión” al estilo barroco. Por ejemplo, las puertas laterales relatan la historia del país en bronce y en el interior hay varios frescos barrocos.
6. Mercado Central
El Trznica fue diseñado por el mismo constructor del triple puente y se construyó en 1940. Es de estilo renacentista y cuenta con una nave porticada alargada que va en paralelo al río, entre los dos puentes más destacados de Liubliana.
Incluso nos podemos acercar al agua gracias a dos logias que interrumpen la nave. El mercado está abierto todos los días y tiene una prolongación de tenderetes en la Plaza Vodnik.
7. Ayuntamiento
El Magistrat o Rotovz fue construido en 1484 y es de estilo gótico. En su vestíbulo se puede contemplar el antiguo escudo de armas de Liubliana y una estatua de Hércules, creada en el siglo XVII. Al salir frente al edificio (en la calle) se encuentra la fuente de los Tres Ríos de Carniola, una réplica de la fuente barroca erigida por Francesco Robba (otro de los ilustres autores de la ciudad).
Durante tu paseo por la capital eslovena no dejes de visitar los Museos de Arte Moderno y Nacional, la Galería Nacional y el espacio cultural Metelkova. Y no te puedes ir sin haber recorrido el río Ljubljanica.