Lençois Maranhenses en Brasil, un paisaje de fantasía
Situada en el noroeste del estado de Maranhäo, en Brasil, Lençois Maranhenses es considerada una de las zonas mas impactantes de todo este gran país. El nombre de Lençois puede traducirse al castellano por sábanas, esto se debe a que si observamos esta superficie desde arriba bien podríamos pensar que estamos viendo un cubrecama extendido. Un lugar que se trasforma de manera asombrosa según las estaciones.
Lençois Maranhenses: un paraje sobrenatural
Este desierto, cubierto de arena blanca y coronado por un formidable cielo, se llena en los meses de verano de unos maravillosos lagos rebosantes de agua dulce de un descomunal color azul que procede de las lluvias.
Aunque es visitado por turistas procedentes de todo el planeta, por el momento en esta región no encontraremos excesivas aglomeraciones. Cuando el visitante llega aquí siente que ha alcanzado una parte inexplorada y lejana.
Las dunas
Cuando se llega a este lugar, el visitante topa con una escena que poco o nada tiene que ver con la idea común que todos los extranjeros tienen de Brasil. Estamos acostumbrados a oír que el territorio brasileño posee la zona selvática más grande del planeta y encontrarnos con un desierto nos sorprenderá. Son muchos lo que defienden que es esta peculiaridad lo que convierte a Lençois en una de las maravillas naturales más impactantes de todo el cosmos.
El turista, que se sentirá muy pequeño ante tanta inmensidad, podrá caminar sobre las dunas o hacer un recorrido en 4×4. Una experiencia que, sin duda, le resultará muy gratificante. Eso sí, debería ir provisto de unas buenas gafas de sol y de un mejor protector solar.
“¿Qué es el ser ante el color del mundo? El color del mundo es mayor que el sentimiento del hombre.”
-Juan Ramón Jiménez-
Además. este impresionante páramo es un lugar vivo en el que el paisaje se encuentra en continuo movimiento. Esto se debe en gran medida a la acción que el viento provoca en las grandiosas dunas, que llegan a alcanzar una altura de 40 metros. De esta forma, el panorama es distinto cada día.
Las lagunas
Después de recorrer todo este inmenso mar blanco y arenoso siempre apetece darse un baño en una de las lagunas que se conforman anualmente en este enigmático y precioso lugar. Estas emanan tan solo durante cierto periodo de tiempo, desapareciendo durante los meses de sequía.
Aquí la vida vuelve a reaparecer todos los años por medio de la creación de estas playas de aguas cristalinas y tonalidades turquesa que deslumbran ante la mirada sobrecogida y expectante de los visitantes. Además, cuentan con una temperatura cálida formidable.
Los más aventureros darán con algunos moradores habituales de las charcas, como peces y cangrejos. Tortugas y alguna que otra almeja también las utilizan como refugio. Por su parte, son muchas las especies de aves que se acercan a hacer una parada en este paraíso para, posteriormente, continuar su andadura. De entre ellos son muy conocidos y apreciados los maçarico o el trinta-réis.
La mejor época para acercarse hasta aquí es entre los meses de mayo y octubre. La más famosa por su encanto y atractivo es la Laguna Azul.
Más allá de Lençois Maranhenses
Si aún nos encontramos con fuerzas como para realizar más descubrimientos durante nuestro itinerario, siempre podremos pasar un agradable día en el bonito pueblo de Lençois. Para llegar hasta él tenemos que bajar por el río Preguicas, cuyo nombre, traducido, significa pereza. Este apelativo surgió, evidentemente, por la sorprendente tranquilidad de su torrente, cuyas aguas poseen un bonito color verde.
Durante el recorrido nos toparemos con alguna que otra duna. Nuestro trayecto finalizará en las orillas del mar de Atins, donde, si se desea, es posible hacer una parada para reponer fuerzas y aprovechar para probar el pescado típico o, incluso, tumbarse debajo de alguna palmera.
Allí es posible alquilar los servicios de un piloto para llevar a cabo un estimulante viaje en avioneta surcando los cielos brasileños y sobrevolar toda la región de Lençois Maranhenses, ya que las vistas desde lo alto son maravillosas. Otra opción es hacer alguna excursión a pie pero para ello es aconsejable ir acompañado de algún guía que conozca la zona.