Laguardia, un pueblo con encanto en la Rioja Alavesa
Simplemente Guardia en Euskera, es un municipio al sur de la provincia de Álava y a 65 kilómetros de la capital del País Vasco, Vitoria. Laguardia está rodeada por una muralla y está emplazada en un altozano. Conoce más sobre este hermoso lugar con una rica historia que vale la pena aprender y recorrer a cada paso.
Laguardia, con sus nombres y puertas
En la Edad Media la comarca recibió diversas denominaciones (Leguarda, Lagarde, Lagardia y Guardia, entre otros) hasta que se decidió ponerle “La Guardia de la Sonsierra Navarra”. Por supuesto, era demasiado extenso y si bien es el oficial, todo el mundo la conoce como Laguardia.
La historia de este lugar comienza hace miles de años, ya que se encontraron vestigios de un asentamiento prerromano celtibérico del siglo XII a.C. Un poco más adelante en el tiempo, en el año 1164, el rey Navarro Sancho VI “el Sabio” le otorga fueros y ordena levantar una muralla de la que aún se conserva una parte, al igual que 5 de sus puertas: Santa Engracia, San Juan, Páganos, Carnicerías y Mercadal.
Durante la época medieval, la plaza de Laguardia fue la principal de toda la Sonsierra de Navarra. Fuera del casco urbano se encuentran tres barrios: El Campillar (a 7,5 km, con 28 habitantes y cerca del río Ebro), Laserna (a 11 km, con 43 habitantes y separado por un meandro del río) y Páganos (a 3,5 km, con 87 habitantes y único que posee reconocimiento de concejo).
Laguardia, entre murallas y torres
Una típica visita guiada por Laguardia te llevará a un viaje al pasado donde confluyen historias románicas, árabes y medievales. Los lugares que no te puedes perder son:
Iglesia de Santa María de los Reyes
Fue construida en piedra tallada en el siglo XIV y tiene un arco gótico magníficamente decorado con ángeles, mártires, reyes, profetas y vírgenes). En el acceso al templo hay una imagen de la Virgen de los Reyes en un pedestal. A los lados están los arcos y la base del tímpano, con relieves de la vida de Jesús y la Virgen María. La bóveda es del siglo XVI.
Torre Abacial
Está a los pies del templo y cuenta con un campanario. Fue un castillo pequeño que sirvió para defender las murallas del norte de la villa. Es cuadrada, con ventanas del románico y de posterior construcción. Tiene una imagen del Salvador y se otra de San Benito. Se cree que formó parte de un monasterio y por ello lleva el nombre de abacial. Debajo se encuentra un aljibe que junta el agua de lluvia.
Iglesia y torre de San Juan
Con pórtico gótico del siglo XIII, arcos y dos columnas con fustes, esta construcción románica honra a la Virgen. El óculo está ornamentado con pequeñas figuras. La iglesia forma parte de la defensa de Laguardia, más precisamente las partes accesibles de la villa. El torreón de San Juan está integrado al templo y a la muralla.
Reloj de la Plaza Mayor
Si bien su historia es nueva (se inauguró en 1998), este reloj de autómatas es un signo de Laguardia, sus costumbres y tradiciones. Los muñecos dan inicio a las fiestas de San Juan cada 23 de junio. El cachimorro y los dos danzarines con ropa típica bailan a horas programadas tras las melodías del Pasacalles de San Juan, interpretado por gaiteros locales.
“Verá entrar con la mente fervorosa por su puerta anchurosa los gigantescos legos remangados, cabeza erguida, brazos levantados.”
-Félix María Samaniego-
Estanque celtíbero
Se descubrió en 1998 pero tiene 2100 años de antigüedad. La construcción tenía por objetivo embalsar las aguas de un manantial ubicado a 800 metros de altura. Se levantaron muros de mampostería en seco y fue ampliado con muretes. La superficie total es de 218 m² y la capacidad de almacenamiento es de 300.000 litros (lo necesario para abastecer a toda la población).
Cuevas subterráneas
Tras la unificación de España, Laguardia pierde su poder como punto militar y deja de protagonizar confrontaciones. En esa época de paz y riqueza por el comercio del vino se empiezan a construir diferentes palacios. Las cuevas o bodegas familiares también son de esta época (siglo XVI).
Si quisiéramos podríamos recorrer toda la villa por debajo de la tierra. Estos refugios también fueron usados como cuarteles para conspirar y trazar planos de guerras.
Otros atractivos de Laguardia son la ermita de Santa María de Berberana, la Plaza Mayor con los ayuntamientos nuevo y antiguo, el convento de los Capuchinos y la casa natal del fabulista Félix María Samaniego (hoy oficina de turismo).