La isla de Man, un paraíso diferente
Hoy os proponemos el viaje a la isla de Man, que podemos definir sencillamente como un paraíso fiscal dentro de Europa. Una isla, más bien un diminuto archipiélago, que se encuentra entre Irlanda y Gran Bretaña, pero que posee un gobierno autónomo y que no está dentro de la Unión Europea.
Curiosidades de la isla de Man
Aunque la isla de Man dispone de un gobierno independiente, la verdad es que el máximo mandatario de la isla es quien ostente la corona británica, en este caso la reina, que es simplemente el “Señor de Man”. Y no es la única dependencia del Reino Unido. Sin embargo, la peculiar normativa económica de la isla la convierte en un auténtico paraíso fiscal.
No obstante, no os vamos a hablar de este asunto, sino de los atractivos turísticos que ofrece la isla de Man, que también los tiene. Y ello pese a que su tamaño es bastante pequeño, ya que tiene una anchura máxima de 22 kilómetros, y poco más de 50 es la longitud más larga. Pues bien vamos a recorrer sus enclaves más atractivos.
“El destino de uno nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas.”
– Henry Miller –
Qué ver en la isla de Man
1. Cregneash
Esta aldea se convierte en una especie de centro de interpretación o museo al aire libre. El caso es que es una visita obligada en la isla de Man, ya que es el mejor modo de conocer como se ha habitado este territorio desde antaño (los arqueólogos aseguran que aquí ha vivido el hombre desde el 6.500 a. C.) El contenido de Cregneash no se remonta tanto en el tiempo pero es igualmente interesante.
El conjunto lo forman una decena de edificios que muestran el hábitat tradicional en cabañas de paja. Es como un museo etnológico en el que se ven los enseres y objetos propios de sus trabajos agrícolas, textiles o de pesca. Y además se descubre que aquí se habla una lengua distinta al inglés: el manx.
2. Castle Rushen
Posiblemente esta construcción medieval sea el monumento más impactante de la isla, sobre todo por su extraordinario estado de conservación y su imponente aspecto.
Allí se levantan 5 torres que superan los 20 metros de altura, y entre ellas se tienden unos robustos lienzos de muralla. Y además, al entrar se descubre que todo está musealizado con dioramas, recreaciones y efectos audiovisuales de lo más didáctico.
No es el único castillo visitable. También puede ser interesante acudir al Peel Castle, una construcción medieval de los vikingos. Si bien para visitarlo se hace necesario hacer una pequeña travesía en barco, ya que se halla en el islote de St. Patrick.
3. La Torre del Refugio y los naufragios
Esta otra torre, Tower of Refuge, también se encuentra en uno de los islotes que conforman el territorio de isla de Man. Ahora en la isla de St. Mary, ubicada en uno de los extremos de la bahía Douglas. Su nombre hace mención a que aquí se refugiaban los marineros tras un naufragio, algo habitual en estos mares.
Sorprende ver la poca distancia entre la torre y la isla grande, una distancia corta pero insalvable nadando, dada la baja temperatura del agua y las mareas siempre altas. De hecho, cuando hay marea baja es todo un acontecimiento que todos los lugareños salen a contemplar.
Y hablando de naufragios, en la isla de Man también hay que mencionar el Spanish Head, que no es otra cosa que una zona de grandes acantilados. Su altura puede alcanzar los 100 metros y el nombre se debe a que aquí naufragó un gran galeón de pabellón español.
4. Tynwald Hill Saint Johns
En la colina de Tynwald de Saint Johns se encuentra un importante pedazo de la historia de los isleños, ya que en esta colina artificial compuesta de cuatro plataformas circulares tuvo lugar el primer Parlamento local.
Un lugar que se sigue utilizando todavía, ya que hasta aquí se desplaza el gobierno en el día nacional (5 de julio) para leerles a sus ciudadanos las leyes que han sido aprobadas a lo largo de los últimos doce meses.