La incomparable Acrópolis de Atenas
Pocos lugares en el mundo alcanzan el rango de popularidad y de importancia que tiene la Acrópolis de Atenas. El lugar donde nuestra civilización comenzó a ser como la conocemos, y todo ello hace más de 25 siglos. Tal vez por eso, aunque todos hemos visto fotos de este lugar en los libros de texto, en la tele o en blogs de viajes como el nuestro, resulta que al estar allí en primera persona se capta toda su magia y significado.
La Acrópolis: el techo de Atenas
La Acrópolis no es otra cosa que la zona más alta de Atenas, de la actual y de la antigua. Un lugar que es visible prácticamente desde cualquier punto de la capital de Grecia.
Siempre está presente, tanto para los atenienses como para los turistas. Y tanto de día como de noche, porque la Acrópolis y sus monumentos más señeros reciben una iluminación nocturna de lo más elegante e impactante.
El Partenón
El gran monumento de la Acrópolis, sin duda alguna es el Partenón, el templo griego por antonomasia. Fue construido en el siglo V antes de Cristo, en tiempos del mítico gobernante Pericles y llevado a cabo por uno de los artistas más grandes de toda la historia, el arquitecto y escultor Fidias.
De hecho, Fidias realizó para el interior de este templo una grandiosa escultura de la diosa Atenea que no ha llegado hasta nuestros días, ya que estaba realizada en oro y marfil, dos materiales muy golosos para los saqueadores. Otras esculturas suyas realizadas en mármol para el Partenón sí que han llegado hasta nuestros días. Si bien no todas están aquí, ya que la gran mayoría están en Londres, en el British Museum.
El gobierno griego está en permanente demanda de esas obras de arte de su patrimonio, que fueron expoliadas sin permiso alguno. Desde luego las esperanzas de recuperarlas son pocas, como también es prácticamente imposible que se reconstruya el Partenón, ni siquiera que acaben sus obras de restauración que son continuas, siempre con el objetivo de que al menos no se venga abajo.
El Erecteion
El segundo gran templo de la Acrópolis es el Erecteion, unas décadas posterior, y ya levantado en un estilo diferente. O más bien en un orden, tal y como se dice en el arte clásico. Mientras el Partenón se construyó en orden dórico, el Erecteion se hizo en orden jónico. La diferencia básicamente es la decoración y proporciones de sus columnas, pero el resto es muy similar.
No obstante, lo que diferencia y hace único al Erecteion son sus cariátides. Unas figuras de mujer reconvertidas en columnas. Si bien hay que decir, que las que vemos no son las originales, sino réplicas exactas. Y es que las auténticas están en el Nuevo Museo de la Acrópolis, situado en la base de la colina.
Los Propíleos y el templo de Atenea Nike
Los grandes monumentos de la Acrópolis están en su meseta, pero antes de llegar allí hay que atravesar los Propíleos, una monumental entrada con escalinatas y elevadas columnas que nos hacen conscientes de que entramos a un lugar sagrado. Y por si hubiera alguna duda, junto a esta entrada está el modesto pero elegante templo de Atenea Niké.
Más restos arqueológicos en la Acrópolis
Los hallazgos aquí son continuos porque no solo están los monumentos que hemos citado hasta ahora. Hay restos de más templos y edificaciones en la propia meseta, pero además también los hay en la vertiente de la colina. Especialmente en su lado sur donde se descubre un teatro dedicado al dios Dionisos o dos odeones, uno de tiempos de Pericles y otro ya reconstruido con la llegada de los romanos.
“Si Atenas te parece grande considera entonces que sus glorias fueron alcanzadas por hombres valientes, y por hombres que aprendieron sus deberes.”
– Pericles –
La entrada a la Acrópolis
El ticket de entrada a la Acrópolis permite pasear entre todos esos restos y monumentos increíbles y evocadores. Podemos estar allí cuanto tiempo queramos, ya que si uno es apasionado del tema lo disfrutará a tope y no querrá salir de ahí.
Eso sí, os recomendamos llevar agua y buen calzado. Y además, esta entrada se combina con la de acceso a otros importantes vestigios arqueológicos de Atenas.