Kerameikos: la necrópolis arcaica del centro de Atenas
En los últimos tiempos ha aumentado el interés por lo estrambótico, por la belleza que transmite lo lúgubre y por las ricas historias que guardan aquellos lugares destinados al descanso final. Prueba de ello es la espectacular necrópolis Kerameikos. Está situada en el centro de la ciudad de Atenas, en el barrio del mismo nombre, en recuerdo a su pasado como distrito que acogía el ancestral gremio de la cerámica (keramiká). Esta es considerada la mayor necrópolis de toda Grecia y fue originada en el siglo XI a.C.
Kerameikos, un poco de su historia
El Cerámico, como coloquialmente se le conoce, es una de las zonas arqueológicas más importantes de la capital helena. Hoy, está situado en pleno centro de la ciudad, pero en su momento de máximo esplendor fue un gigantesco cementerio que se prolongaba desde el sector NE del ágora hasta el muro levantado por Termístocles. Este marcaba el límite de la ciudad y la zona extramuros fue utilizada como cementerio para los soldados caídos por la patria.
Tal fue su relevancia, que se convirtió en la necrópolis de mayor tamaño e importancia de Atenas. Tiempo después cayó en el olvido, y no fue hasta el siglo XIX cuando el gobierno griego decidió comprar el terreno y poner en marcha las excavaciones que sacarían a la luz multitud de lápidas y grandes bloques esculpidos en mármol.
A partir de ese momento, los hallazgos se fueron multiplicando hasta dar con el Dípilon, que hizo que la necrópolis fuera conocida también con esa designación. Por este acceso (el Dípilon) pasaban procesiones que partían desde el Ágora hasta la Acrópolis, y por otro, denominado Puerta Sacra, los peregrinos que realizaban el camino de la Vía Sacra, con la ciudad de Eleusis como destino.
Hallazgos en sus excavaciones
En el conjunto arqueológico se puede contemplar gran número de tumbas. Muchas de las más bellas y colosales están ubicadas alrededor de la Gran Avenida de las Tumbas. Por otro lado, el ámbito artístico ha proporcionado gran cantidad de cerámica con decoración geométrica, que define el largo periodo de la historia del arte griego. El primer hallazgo en cerámica fue un conjunto de vasos geométricos y tuvo lugar en el año 1871.
Por otro lado, aparecen las estelas, primero en piedra calcárea (poros) y más adelante en mármol. Varían desde el modelo de pilastra, con una pequeña cornisa y decorada con figuras y esfinges, hasta losas con escenas esculpidas y rematadas con palmetas.
Junto a las estelas aparecen otro tipo de figuras exentas, denominadas kuroí funerarios. Un buen ejemplo es el llamado Kurós del Dípilon del que solo se ha conservado una mano y la cabeza. Este está expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
La larga evolución sufrida por el arte griego posibilitó que a partir del S. VI a.C. se construyeran monumentos funerarios más perennes. Estos utilizaban la mampostería de grandes piedras labradas y esculpidas que constituyen túmulos amurallados.
La decoración también se hizo más abundante, incorporando elementos decorativos vegetales, bajorrelieves, grecas y volutas que embellecieron, más si cabe, este lugar destinado al descanso final.
La salvarguarda del Kerameikos
Desde que se iniciaron allá por el siglo XIX las labores arqueológicas, el Cerámico se convirtió en un auténtico icono a la hora de aportar abundantes vestigios a diversas galerías artísticas. Dentro de su propio recinto se encuentra el Museo Oberlaender, que muestra en su interior gran parte de las lápidas, vasijas y objetos funerarios originales encontrados durante los años de excavaciones arqueológicas.
El museo recibe su nombre del mecenas americano que impulsó las excavaciones. Este se inauguró en 1937 y expone sus obras en orden cronológico. A pesar de su reducido tamaño, su visita es más que recomendable dado el valor de los objetos que conserva y que completan de manera exquisita el itinerario por el resto del conjunto arqueológico.
El otro gran centro de conservación patrimonial del Kerameikos es el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Este fue fundado a finales del siglo XIX, y además del museo arqueológico más grande de Grecia, es uno de los museos más importantes del mundo por su temática, la Antigua Grecia.
El inagotable arte griego
El legado que nos dejó la antigua Grecia es inabarcable. Tanto es así, que aún hoy nos siguen sorprendiendo sus hallazgos y la contribución de los mismos al enriquecimiento de la cultura del Mediterráneo.
Al poner un pie el Grecia, el viajero se sumerge de facto en su historia y en su enorme legado. Los lugares de enterramiento, como esta inmensa necrópolis de Kerameikos son una gran prueba de la importancia que, hace más de un milenio, los habitantes de Atenas daban a sus difuntos. Sin duda, una visita que merece la pena y que te recomendamos.
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