Jodhpur: una ciudad azul en la India
La peculiar y pequeña ciudad india de Jodhpur se encuentra situada al noroeste, entre la población de Delhi y la de Guyarat. Perteneciente al estado de Rayastán, es denominada la Ciudad Azul debido al color de sus casas. Al parecer, dicha tonalidad comenzó a utilizarse para adornar los hogares del lugar en honor a la casta de brahmanes que allí vivían.
Jodhpur: un paraíso arcoiris
Lo que más llama la atención de esta ciudad es el colorido de sus calles, que se presentan ante los ojos del turista pintadas con las tonalidades lucidas por el cielo. El efecto que sentimos al contemplar la decoración de sus edificaciones se asemeja mucho al sugerido por las rojizas construcciones de Petra o Marrakech. Incluso puede compararse con el blanco de los pueblos de Andalucía.
Además del característico celeste de sus inmuebles, Jodhpur también nos sorprenderá con la avalancha de color que encontraremos en la vestimenta de sus gentes: tanto los turbantes o pañuelos exhibidos orgullosamente por los lugareños del sexo masculino como los saris lucidos por las mujeres.
No podemos olvidarnos de los zapatos, muy importantes para ellas, de hecho, los engalanan a conjunto con sus prendas. Lo mismo ocurre con sus rostros y su cabellera.
Todas estas gamas de diferentes pigmentos transforman a esta localidad en un despliegue arcoiris de todos los matices que existen. Durante el Festival de La Holi, la mayor festividad del país, todas las avenidas se impregnan de polvos tintados. Esto es así porque sus gentes se los lanzan unos a otros como parte de la celebración.
“Vive como si fueras a morir mañana; aprende como si el mundo fuera a durar para siempre”.
-Mahatma Gandhi-
Jodhpur, una ciudad llena de vida
No podemos marcharnos de este núcleo urbano sin pasear por sus pequeñas, estrechas y laberínticas callejuelas, pues son estas las que le proporcionan el encanto a este emplazamiento. Lo que las hace tan especiales es el bullicio que las inunda.
El pueblo indio es benévolo y agradable, por lo que es aconsejable pararse un rato a conversar con ellos, puede que hasta nos permitan entrar en sus casas, así podremos conocer su estilo de vida y saborear su comida. Su plato típico es la tortilla hindú y en su receta no puede faltar uno de los elementos básicos de esta cocina, el curry.
Por supuesto, parar en alguna de sus inumerables tiendas de fruta o adquirir sus deliciosos pastelitos tradicionales es también una obligación de todo el viajero que se precie. Estos últimos son conocidos bajo el nombre de tikkiya y están hechos a partir de verduras. Los más golosos pueden comprar otros bollitos típicos llamados mithai cuyo sabor es igual de satisfactorio.
Monumentos en Jodhpur
Fortaleza de Mehrangarh
Dentro de esta bonita población hallaremos un gigante que desde lo alto no deja de vigilar al excursionista, la fortaleza de Mehrangarh.
Narra la leyenda local que este monumento se levantó en el año 1459. Cuenta con siete puertas de entrada pero no todas fueron construidas en la misma época. Tiene cuarenta metros de altura y tan sólo veinte de ancho. Debido a su elevada situación, en el pasado servía como defensa de la ciudad así como para vigilar las entradas a la urbe con el fin de que no fuesen invadidas por posibles enemigos.
En su interior veremos una gran cantidad de salones, mosaicos y bonitos grabados, todos ellos con una gran variedad de intensos colores. Vale la pena dedicarle un rato a la contemplación de los maravillosos espejos que allí se encuentran que ofrecen un hermoso y singular espectáculo lumínico, proyectando en las salas la luz que entra por sus inigualables vidrieras.
Jaswant Thada
No muy lejos de allí, aún dentro de la villa, el turista tendrá la oportunidad de visitar un espectacular mausoleo enclavado al margen de un bello lago. Su entrada está precedida por una gran escalinata. Al final de la misma hay un curioso monumento que fue tan hábilmente tallado como el Taj Mahal.
Este panteón que fue alzado por Sardar Singh en homenaje a su padre, uno de los mejores maharajás con que ha contado Jodhpur.
En la parte exterior cuenta con gran cantidad de vistosos y preciosos jardines. Allí el visitante podrá ver tumbas denominadas cenotafios, que actualmente están vacías. Al lado está en estanque de los Dioses el cual continúa utilizándose para incinerar a los habitantes pertenecientes a al alta sociedad. Existe un mirador justo enfrente del Jsawnt Thada desde donde obtener una espectacular vista de este templo sepulcral.