Haz una bitácora de viaje, te decimos cómo
Una bitácora de viaje es un diario personal y, por ello, no hay reglas fijas para elaborarla. Hay quienes piensan que es un instrumento solo apto para quienes tienen un blog o escriben sobre viajes, pero se equivocan. En esencia, se trata de un espacio personal, íntimo, y por eso apto para cualquier persona.
El objetivo de la bitácora de viaje es elaborar una memoria de tus vivencias. Allí puedes consignar un recuento de todo lo que haces, pero también de lo que sientes, lo que piensas, lo que descubres y lo que te evoca cada uno de tus recorridos.
¿Para qué hacer una bitácora de viaje? Simplemente, para dar cuenta de todo eso que puede ocurrirte, interna y externamente, durante un viaje. Es una forma de elaborar y reelaborar tus experiencias, de modo que puedas sacarles el mayor partido, así como plasmar y no olvidar esos detalles y sentimientos que te parecen valiosos.
Al igual que registras tus recuerdos en fotografías, también puedes hacer una memoria a través de una bitácora de viaje. ¿Cómo hacerla? Enseguida te damos algunas ideas que podrían ayudarte.
Una bitácora de viaje se hace a mano
No importa que lleves un portátil, una tablet o cualquier dispositivo que te permita tomar notas y organizarlas. Una verdadera bitácora de viaje se escribe a mano. Aunque no te lo parezca, hay una diferencia importante entre un manuscrito y un frío texto digital.
Lo manuscrito es más genuino porque no puedes simplemente borrar sin dejar huella. También te invita a un contacto más estrecho entre lo que piensas y lo que escribes. El objetivo de la bitácora no es producir textos acabados, sino muy genuinos.
Comienza desde antes del viaje
La planificación de un viaje es casi tan importante como el viaje mismo. Así que lo más aconsejable es que comiences tu bitácora desde antes de emprenderlo. Anota en ella los pormenores de tus planes, tus dudas, tus expectativas. Será muy interesante mirar todo eso cuando hayas terminado el recorrido.
De hecho, si escribes mientras haces planes, con toda seguridad te va a ayudar a organizar mejor tus ideas y a afinar toda tu organización en conjunto. No solo vas a dejar una memoria de esta fase del viaje, sino que también contribuye a que planifiques todo mejor.
Las dos reglas básicas de una bitácora de viaje
La primera es que siempre debes llevarla contigo. Lo mejor, por tanto, es que elijas una libreta o un cuaderno que sean muy prácticos, esto es, que no te estorben ni sean aparatosos de cargar. Lo mismo vale para el bolígrafo.
La segunda regla de oro es que la tengas siempre presente para anotar todo lo que se te ocurra allí. Hay quienes prefieren llenarla solo después de terminar la jornada y describir todo lo ocurrido una vez consumado. Otros, simplemente, anotan cada vez que algo se les pasa por la cabeza. La segunda opción suele ser más aconsejable. No olvides escribir siempre la fecha.
Todo vale en una bitácora de viaje
Tu bitácora de viaje es absolutamente personal, así que no te limites. Vale que escribas tal y como lo desees. Emplea letras grandes o pequeñas, según lo sientas. No te ocupes de cómo estás redactando, ni cuánto sentido tiene lo que dices. Simplemente, escribe tal y como te nazca.
También vale que dibujes, sepas o no dibujar; o que pegues fotos, mapas, guías, billetes o cualquier cosa que te parezca significativa. Es tu diario personal, así que lo único importante es que tenga significado para ti, lo demás no cuenta.
Déjala en reposo y luego revísala
Una bitácora de viaje adquiere su verdadero sentido cuando la revisas tiempo después del viaje. Lo más habitual es que te sorprendas mucho si la dejas quieta varias semanas y luego la repasas. En parte revives lo que hiciste y en parte descubres facetas de ti mismo que solo salen a flote durante un viaje.
Lo más recomendable es que después de revisar tu bitácora, una vez finalizado el viaje y concluidos los apuntes sobre el mismo, de nuevo escribas, pero esta vez desde la distancia de lo ya vivido. Anota tus conclusiones, replantea lo que viviste. Todo ello en conjunto hará que tu viaje sea una experiencia más trascendente y que incremente el conocimiento sobre quién eres y para qué viajas.