Great Smoky Mountains, un lugar mágico en Estados Unidos
Las “montañas humeantes” de Estados Unidos son un antiguo lugar de caza de los indios cheroquis. Un territorio con más de 200 hectáreas para poder perderse y conocer a fondo parte de la naturaleza y la historia americanas. No solo eso, las Great Smoky Mountains son hoy el hogar de mil osos negros.
Great Smoky Mountains: un lugar mágico
Situado entre Carolina del Norte y Tennessee, este parque nacional es el más visitado del país. Son más de once millones de personas las que lo eligen para adentrarse en sus increíbles bosques. Casi el doble de las que recibe el Gran Cañón del Colorado.
Las Great Smoky Mountains son parte de la inmensa cadena de los Apalaches, una de las cadenas montañosas más antiguas del planeta.
La espesa niebla que le da nombre está formada por agua y por hidrocarburos que expulsan los propios árboles. Esto es lo que le da ese aspecto tan característico y misterioso.
Esta niebla aparece en las primeras horas de la mañana y es un espectáculo que no se debe perder. Por ello, el consejo es madrugar durante los días que permanezcamos en el parque.
Por otra parte, en sus bosques habitan más de 100 especies distintas de árboles. Y en el recorrido podremos observar unas vistas panorámicas increíbles, numerosas cascadas y diferentes animales en libertad.
Su origen se pierde en el tiempo
Se cree que originariamente estos picos eran mucho más altos, probablemente tanto como lo es hoy el Himalaya. Se originaron hace más de 200 millones de años. Han sido los siglos y la climatología los encargados de reducir su tamaño.
Al adentrarnos en el parque todo son ecos del pasado. Existen unas pequeñas comunidades montañosas: Cades Cove. Sus cabañas, aún en pie, fueron construidas por sus primeros habitantes con troncos de madera. Se han conservado magníficamente bien las casas, las escuelas, las iglesias de un solo campanario y los molinos.
Los primeros colonos de estas tierras empezaron a llegar en la década de 1820. Cades Cove está considerado un lugar especial, y casi un tesoro nacional por su legado cultural y su arquitectura pionera. Esta es una de las mayores colecciones de estructuras de troncos de madera de Estados Unidos y es el área más visitada del parque.
Un hogar para muchas especies
Las Smoky cuentan con más especies diferentes de árboles de las que puedan encontrarse en toda Europa. Alberga más biodiversidad que cualquier otro parque nacional en los Estados Unidos.
Lo habitan algo más de mil osos negros en libertad. Existe un ejemplar de oso negro cada 2 km², por lo que es bastante fácil poder observarlos desde los caminos o los miradores.
El observatorio Clingsman Dome es el punto más alto desde el que se puede disfrutar de las vistas más espectaculares de los osos negros, de los alces, los pavos y muchos más animales.
Los bosques ofrecen un espectacular panorama todo el año. Las azaleas cubren las praderas en el verano. En primavera las floraciones silvestres las llenan de color. Un color que en otoño cambia a tonos anaranjados y azafrán. Y la nieve y el hielo del invierno trasforman este paraje en un espectacular telón de fondo.
La mejor época para visitarlas
La mejor temporada para visitar este parque nacional es la primavera. Es entonces cuando la nieve ya se ha derretido en las partes más bajas de las Smoky y toda la zona está impregnada de colores por la floración continua de sus numerosas especies de plantas.
El otoño es también especialmente recomendable. Los árboles cambian sus hojas y todo el paisaje cambia de color. Es simplemente espectacular. En invierno resultan algo molestos los cierres inesperados de algunas carreteras debido a la nieve, lo que puede dificultar el viaje a las Great Smoky Mountains.
Perderse en la naturaleza
Este es un lugar mágico para reconectarse con la naturaleza. La estancia hay que dedicarla a caminar y perderse por todos sus rincones, preparar picnics improvisados al borde de los arroyos y espiar algún oso deambulando por los densos bosques. Las noches se pasan observando las estrellas alrededor de las fogatas.
No hay cobertura ni servicio de telefonía móvil dentro del parque. Algo que obliga al viajero a desconectar de verdad de sus preocupaciones y quehaceres diarios. Este es un viaje para salirse de lo cotidiano y formar parte, por unos días, de la naturaleza en estado puro.