Exploramos la ruta del 'blues' desde Nueva Orleans a Chicago
Si eres un melómano empedernido y disfrutas al volante, sin duda, debes realizar el recorrido por la Highway 61. En esta carretera te adentrarás en el corazón de Estados Unidos para realizar la conocida como ruta del blues. Este viaje te llevará desde Nueva Orleans hasta Chicago en una aventura con banda sonora propia.
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Algunos datos de interés sobre la ruta del blues
Aunque este itinerario se conoce como ruta del blues, quizás sea más correcto referirse a música afroamericana. Esto es así porque pasarás por los locales que vieron nacer el jazz y por los lugares considerados el origen del blues hasta llegar donde se mezcla con el country y comienza a surgir el rock & roll.
Para realizar este trayecto nos valdremos de la U.S. Route 61, una ruta federal que se extiende a lo largo de 2300 kilómetros desde Nueva Orleans, en Luisiana, hasta Wyoming, en Minnesota. Como en la mayor parte del viaje se sigue el curso del Misisipi, en muchos tramos esta carretera se conoce como Great River Road.
La ruta del blues tiene diversas paradas fundamentales en el camino que va desde Nueva Orleans hasta Chicago a lo largo de unos 1700 kilómetros. Así que sube el volumen de la radio y déjate llevar. Te descubrimos los lugares que no puedes perderte en este road trip solo apto para verdaderos amantes de la música.
Nueva Orleans, arranque de la ruta del blues
Si hay un sitio al que todo el mundo debería peregrinar al menos una vez en la vida, ese es Nueva Orleans. Es la urbe donde el jazz inunda cada rincón, donde la música realmente sigue viva gracias a la inmensa cantidad de espacios que luchan por su conservación.
La ciudad natal del incomparable Louis Armstrong es el mejor lugar para dar el pistoletazo de salida a nuestra aventura. Con cientos de festivales diferentes a lo largo del año, los ritmos en las calles de Nueva Orleans se escuchan las 24 horas del día.
Se trata de una mezcla pintoresca, pero el espíritu del jazz sigue vivo en numerosos locales de Bourbon Street, Decatur Street y Frenchmen Street. No olvides tomar una cerveza en bares tan especiales como Spotted Cat. Y déjate seducir por la alegría sureña, además de degustar su gastronomía criolla y cajún a ritmo de trompetas o guitarras.
Hacia el auténtico Delta blues en Clarksdale
La ruta del blues continua pasando por Greenville, Holly Ridge (donde se encuentra la tumba de Charley Patton) y la mítica plantación Dockery, un auténtico templo de este estilo musical.
Un poco más adelante llegaremos a Clarksdale, la capital histórica del blues. Pero antes, no olvides parar en la encrucijada entre las carreteras 49 y 61. Allí, unas enormes guitarras marcan el lugar exacto donde Robert Johnson, el ‘rey del Delta blues‘, vendió su alma al diablo para ser el mejor guitarrista.
En Clarksdale, no dejes de acudir al Hotel Riverside, un auténtico museo por el que han pasado bluesmen como Duke Ellington o Muddy Waters. También puedes hospedarte en el Shack Up Inn, una antigua plantación donde los espíritus de la música siguen muy presentes y que hoy es en un austero albergue que conserva todo su encanto.
Para escuchar el auténtico blues debes entrar en Red’s Juke Joint o Ground Zero Blues Club (cuyo copropietario es el mismísimo Morgan Freeman). Por otra parte, el Museo del Delta blues también tiene que estar en tu lista de imprescindibles, el cual contiene valiosa información y objetos que fascinarán a cualquier aficionado.
Memphis, entre B. B. King y Elvis Presley
La siguiente pausa fundamental en la ruta del blues nos lleva hasta el estado de Tennessee. En Memphis te toparás con una de las ciudades que más llama la atención en el recorrido, debido al gran número de músicos que vivieron en sus calles. El blues se empieza a mezclar y escuchamos también otros estilos como soul o rock & roll.
Artistas como Johny Cash, B. B. King o Elvis Presley son los claros protagonistas. Este último compró aquí su famosa mansión de Graceland y está en ella sepultado. Además, la reina del soul Aretha Franklin nació aquí.
Son incontables los lugares de interés de esta urbe: Stax Records, donde grabó Ottis Redding; Sun Records, mundialmente conocido por ser el estudio de grabación de Elvis o Jerry Lee Lewis; el Museo de los Derechos Civiles; o incluso el famoso Lorraine Motel, donde fue asesinado Martin Luther King Jr.
Siguiendo con la cultura musical propia de la ruta, una de las calles principales de Memphis es Beale Street. En su día fue conocida como la ‘calle del blues’ y en ella el maestro B. B. King tocaba la guitarra, además de tener un club que hoy en día es uno de los más visitados.
Otra de las curiosidades turísticas que reúne en Memphis a grandes multitudes tiene lugar en el Peabody Hotel. En este elegante establecimiento tienen una curiosa costumbre desde la década de 1930: cada día se baja en ascensor a una familia de patos que atraviesan una alfombra roja para llegar a una fuente en la que se bañan.
San Luis, hogar del blues en Missouri
Nuestro próximo alto en la ruta 61 es en la urbe más extensa de las Grandes Llanuras, San Luis. Esta metrópoli ha visto formarse a numerosas leyendas del panorama musical, como Scott Joplin, Miles David, Chuck Berry o Tina Turner. Además, cuenta con más de 100 parques y espacios verdes que añadirán atractivo a tu visita.
Junto al río Misisipi se levanta el mítico arco Gateway, de más de 190 metros de altura. Pero también tienes que dedicar un momento a visitar el National Blues Museum. Igualmente, podrás probar algunos de los mejores restaurantes italianos en el barrio de The Hill.
Pero, sobre todo, disfruta de una cerveza mientras suena la música en directo en locales como BB’s Jazz Blues and Soups. En el distrito de The Loop encontrarás el ‘paseo de la fama’ de San Luis, que conmemora a los músicos que vio crecer.
Chicago, último destino de la ruta del blues
Robert Johnson cantaba Sweet Home Chicago y así es como termina nuestro recorrido por la Highway 61. Se trata de la ciudad más extensa de Illinois y es, sin duda, lugar de peregrinación para cualquier melómano.
Chicago se define entre el blues y el jazz, pues desde los años 20 se gestó una fuerte industria discográfica. Esto hizo florecer un gran número de clubes y locales, en muchos casos controlados por la mafia.
Hoy, ese espíritu sigue vivo y puedes dar cuenta de ello al visitar el museo donde se localizaban los emblemáticos estudios Chess Records. Músicos como Benny Goodman desarrollaron el conocido ‘estilo Chicago’, un tipo de jazz menos impetuoso y más sutil.
La guinda es una amplia selección de locales donde escuchar música en directo. Uno de los más conocidos es Green Mill, que sigue cargado del ambiente speakeasy de la Ley Seca y tiene rincones dedicados a clientes especiales, como Al Capone.
En Chicago tampoco puedes perderte Buddy Guy’s Legends, donde el guitarrista aún actúa. Pon así el broche de oro a esta ruta musical con la que Bob Dylan bautizó uno de sus discos, Highway 61 Revisited.
El blues es un estado de ánimo, hay que sentirlo, y nada como recorrido para empaparse de su cultura. Recorrerás el mismo viaje que los pioneros del blues hicieron una vez, cuando emigraron hacia el norte para llegar a Chicago y traer su música con ellos.
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