El encanto del hayedo de Montejo en Madrid

En la Comunidad de Madrid hay muchas cosas que descubrir más allá de la gran ciudad. Uno se puede llevar una auténtica sorpresa visitando rincones como el bello hayedo de Montejo.
El encanto del hayedo de Montejo en Madrid
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 31 enero, 2020

El hayedo de Montejo, al norte de la Comunidad de Madrid, es un bosque con un encanto especial. Su magia reside en la atmósfera tan peculiar que proporcionan las hayas, unos árboles nada habituales en estas latitudes del centro de la península ibérica. Por su rareza y también por su belleza, este es uno de los espacios naturales madrileños más valorados.

La singularidad del hayedo de Montejo

Las dimensiones del hayedo de Montejo no son grandes. Apenas tiene unas 250 hectáreas, poco en comparación con otros bosques de hayas que hay diseminados por la cornisa del Cantábrico o por los Pirineos, donde se encuentran lugares tan fantásticos como la Selva de Irati en Navarra o los bosques del Parque Nacional de Ordesa en Aragón.

Río Jarama rodeado de hayas

Sin embargo, el valor de este enclave madrileño reside en que las hayas no son una especie propia en tierras tan meridionales. De hecho, su existencia aquí es bastante extraña y se da gracias a las cualidades del suelo y del microclima que se genera en esta área de la sierra del Rincón.

Por sus peculiaridades, no nos ha de extrañar que el hayedo de Montejo sea tanto Sitio de Interés Nacional como Reserva de la Biosfera y Patrimonio Natural de la Humanidad.

En definitiva, es uno de esos lugares que a veces quedan eclipsados por los atractivos de la capital de España, pero que plasman que la Comunidad de Madrid tiene encantos para todos los gustos, desde enclaves históricos de primer nivel como Aranjuez hasta rutas enológicas sorprendentes.

La visita al hayedo de Montejo

Hayedo de Montejo en primavera

Hoy en día, el cuidado que se pone en la conservación de este hayedo de Montejo es máximo. De hecho, no se puede visitar por libre. Hay que contactar con el Centro de Información Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón. Desde ahí se gestionan a los grupos que entran y los recorridos que se hacen.

Evidentemente, todas las rutas por el interior del bosque son caminos senderistas. Y hay tres rutas distintas, la más habitual y fácil es la que va en paralelo al tramo del río Jarama. Pero también hay otros recorridos más largos, como la senda de la Ladera o la senda del Mirador, seguramente la más espectacular.

No obstante, por cualquiera de las rutas se descubren los encantos vegetales del hayedo, entre ellos los ejemplares más grandes del lugar. Son hayas que incluso tienen nombre. Destacan la del Trono, la del Pie del Elefante o la de la Roca, la mayor de todas y más antigua, ya que se estima que ha cumplido los 275 años.

Pero no solo hay hayas. También hay ejemplares de robles, acebos, rebollos, avellanos o serbales. Es un conjunto de especies vegetales que sirven de refugio a numerosos mamíferos como los jabalís o los corzos, además de rapaces como el azor. Y, por supuesto, hay un sinfín de aves que le dan un colorido y unos sonidos únicos al hayedo de Montejo.

El otoño, el mejor momento para la visita

Hayedo de Montejo en otoño

Una de las particularidades de los hayedos es su capacidad de cambio a lo largo de las estaciones. Los colores de sus hojas van cambiando con los cambios de temperatura. Es en otoño cuando los tonos ocres le dan un aspecto de cuento a estos bosques, donde es habitual que haya leyendas. También ocurre en el hayedo de Montejo, donde se dice que viven ciertos duendecillos.

Tal vez durante vuestro recorrido no veáis a esos seres mágicos, pero lo que es seguro es que la experiencia será de lo más placentera. Pasear por este tipo de bosques puede ser la mejor ocasión para oxigenarse, olvidarse del estrés y relajarse. Es una práctica que hasta tiene su propio nombre oriental: el shinrin-yoku.

No obstante, después de este relajante paseo por la naturaleza, nuestro consejo es aprovechar el día, ya que nos hemos escapado del bullicio de la gran ciudad. Así que es una buena ocasión para descubrir los hermosos pueblos del entorno, como son Montejo de la Sierra, Prádena del Rincón, La Hiruela, Horcajo y Horcajuelo de la Sierra.