El valle de Spiti, un lugar lleno de aventura
El valle de Spiti está al norte de la India, ubicado en las faldas de la cordillera más alta de la Tierra: el Himalaya. Sin duda, un territorio tan bello como inhóspito. Pero, sorprendentemente, no es tan conocido como otros valles míticos de la zona. Tal vez por eso tiene un mayor poder para hacer sentir a cada viajero que está viviendo una aventura muy especial y única.
El valle de Spiti, entre dos puertos
La situación administrativa del valle de Spiti corresponde al estado de Himachal Pradesh, en un territorio que se convierte en la frontera entre la India y el Tíbet. Es un valle completamente rodeado de montañas, con pequeñas poblaciones y acogedores monasterios budistas en los lugares más insospechados.
Todo ello está encerrado entre dos altos puertos de montaña. Por un lado, está el Kunzam Pass, elevado a 4590 metros de altitud. Y por otro, el Rohtang La, a 3978 metros sobre el nivel del mar. Ambos son puertos que se cierran durante gran parte del invierno, ya que las nieves los hacen intransitables.
Una carretera para los valientes
Si la meteorología es uno de los factores a tener muy en cuenta para disfrutar de este lugar, otro es la carretera que recorre el valle de Spiti. La palabra carretera puede ser muy generosa, ya que hay que olvidarse del asfalto y acostumbrarse a los desprendimientos, los grandes charcos y los baches.
Este es un lugar donde es imprescindible el uso de un guía y de un vehículo todoterreno, aunque también lo recorren autobuses.
No obstante, el recorrido por el valle de Spiti también es ideal para los amantes de las motos y las carreteras ciertamente espectaculares. De hecho, los itinerarios en motocicleta por estas latitudes tibetanas son casi tan míticos como lo es el trekking en el Nepal.
Los grandes atractivos del valle de Spiti
Sin duda, contemplar estos increíbles paisajes rocosos con cumbres de nieves perpetuas es uno de los grandes motivos para hacer este itinerario. Unos parajes que pueden competir en belleza con el famoso viaje al valle de Ladakh, el más transitado de esta meseta tibetana.
Sin embargo, viajar al de Spiti es más íntimo y permite captar mucho más la esencia de la vida en esta región del mundo, donde la amabilidad de sus gentes es la norma.
Los monasterios
Durante el itinerario por el valle de Spiti se visitan varios monasterios budistas. Son sencillos, pero muy acogedores y también estremecedores por la relajada espiritualidad que los envuelve. Se pueden citar el de Tabo, del siglo XI, o el de Nako, un poquito más antiguo y donde llama la atención su colección de 28 figuras de arcilla que representan a Buda.
Y también tenemos que citar el monasterio de Dhankar. Quizás no sea el más hermoso, ni el más valioso desde un punto de vista turístico o monumental. Sin embargo, su ubicación en lo alto de un espolón rocoso es espectacular. Es un lugar privilegiado para contemplar el valle de Spiti a nuestros pies.
Los lagos
Dentro del itinerario que se hace por el valle de Spiti hay varios lagos que son parada obligada. Uno de ellos es el de Nako, junto al monasterio budista que ya hemos nombrado. Es un lugar a más de 3600 metros de altitud de lo más atractivo.
Y otro lago de parada habitual es el de Chandratal. Es un lago de origen glaciar de grandes dimensiones, con mil metros de largo y completamente rodeado de imponentes montañas. Es un sitio en el que incluso se ha instalado un campamento de tiendas de campaña para que los turistas puedan pasar aquí una noche.
Las ciudades
Dentro del valle de Spiti, su capital es la ciudad de Kaza, la mayor de todas y con servicios para el turismo. Pero hay otros lugares de interés, por ejemplo, el pequeño pueblo de Kibber, el más alto del mundo a 4300 metros de altitud.
Igualmente, podemos nombrar las poblaciones de Kalpa, Sangla o Shimla, todas ellas auténticos remanso de paz que nos proporcionan una visión completamente diferente a los tópicos más manidos que se tienen sobre la India. Un país que no solo es atrayente por lugares como el Taj Mahal o la bella ciudad de Jaipur.