Conoce el museo Hof van Busleyden de Malinas
Ciudad de paso entre Bruselas y Amberes, la localidad de Malinas guarda un tesoro que debes visitar en tu ruta por Bélgica. Con sede en un palacio renacentista, el museo Hof van Busleyden exhibe obras que nos llevan a la época de Margarita de Austria, Erasmo y Tomás Moro. ¿Qué secretos guarda este lugar?
El palacio que acoge el museo Hof van Busleyden
Este palacio, de gran valor histórico, fue residencia del humanista Jerónimo de Busleyden. Hoy cobija el museo más importante de la ciudad de Malinas. El edificio fue un diseño del arquitecto Rombout II Keldermans y se levantó en el siglo XVI.
De él destacan su color rojizo en la fachada principal, su característica torre, los arcos y su tejado grisáceo. Un conjunto singular y hermoso que invita a sacar la cámara para fotografiarlo desde mil y un ángulos.
Desde principios del siglo XVII y durante dos siglos fue sede del Monte de Piedad. Una institución que concedía a los más desfavorecidos préstamos sin intereses. Sin embargo, el palacio quedó arrasado en la Primera Guerra Mundial.
Un par de décadas después, ya en los años treinta, se reconstruyó fielmente el edificio. Desde entonces alberga el museo que vamos a visitar ya.
Qué ver en el museo Hof van Busleyden
Remodelado hace poco, el museo es la principal fuente de información de la historia de la ciudad. En este sentido, cada una de las salas de las que está formado se dedica a una época histórica en el contexto de la ciudad de Malinas.
Para ello, el museo se sirve de múltiples herramientas, desde las más tradicionales hasta el uso de las tecnologías más modernas. La última remodelación ha incluido mesas interactivas, realidad virtual y toda una serie de avances tecnológicos. Todo ello posibilita que la información llegue de forma más fácil a los visitantes.
Pero, además de eso, las diferentes salas exhiben algunos muebles antiguos y otros utensilios que sobrevivieron a la destrucción del palacio en la Primera Guerra Mundial.
La parte quizá más llamativa del museo Hof van Busleyden es la sala derruida en la que el primer dueño del palacio se reunía con Erasmo y Tomás Moro. En ella aún se puede ver algún resto original de pintura en las paredes.
Las colecciones del museo
Las salas del museo dan cobijo a obras de arte históricas, que permiten hacerse una idea de la historia de Malinas. Aquí podrás ver colecciones de arqueología, pero también de artes aplicadas. Y además, se exhiben desde obras de policromía a cuadros u objetos de alabastro.
Pero este magnífico palacio renacentista, que en su día fue un lugar donde fluían las ideas, ha vuelto a revivir al exponer no solo las obras históricas. También acoge exposiciones con creaciones artísticas modernas más destacadas.
Por lo tanto, además de conocer la forma de vida renacentista y el modo de vida de las diferentes estructuras de poder de la época, el museo ofrece una mirada actual. Esto permite disfrutar de diferentes modalidades de arte y lo convierte en un centro dinámico que introduce periódicamente nuevas exposiciones.
Aprovecha el día en la ciudad de Malinas
Malinas está a tan solo 30 kilómetros de Bruselas, por ello es una magnífica excursión desde la capital belga. Además, la ciudad está perfectamente comunicada por tren, de modo que no tardarás mucho en el desplazamiento.
Merece la pena la visita no solo por el museo Hof van Busleyden. Malinas vivió una gran etapa de esplendor entre los siglos XVI y XVIII. De entonces se conserva un rico patrimonio monumental. Por ejemplo, podrás ver el pequeño castillo Schepenhuis, hoy sede del museo municipal.
También debes admirar la plaza del Mercado. Aquí se encuentran algunos de los edificios más bonitos de Malinas. No te pierdas el precioso ayuntamiento, el palacio del Gran Consejo o la catedral. Precisamente desde la torre de este templo podrás disfrutar de las mejores vistas de Malinas.
Pero la ciudad esconde otros rincones de interés. Si tienes tiempo, pasea por la calle Haverwerf para contemplar las coloridas fachadas de sus edificios. También puedes visitar un museo sobre el Holocausto o la fábrica de cerveza Het Anker.