Descubrimos Siena, una ciudad medieval maravillosa
Siena es una de las más populares, hermosas y reconocidas ciudades de la Toscana, en Italia. Esta pequeña villa posee un encanto especial caracterizado por sus edificaciones medievales, sus callejuelas empedradas, sus ostentosos palacios y fastuosas fuentes. A todos estos atractivos hemos de sumarle su universidad y un clima cálido de lo más agradable.
Siena indispensable
Siena tiene mucho que ver y disfrutar, pero solo nos detendremos en unos cuantos lugares.
1. El Palazzo Piccolomini, la belleza de los palacios italianos
Podría decirse que el Palazzo Piccolomini es un ejemplo perfecto de edificio italiano clásico. Está situado en el centro de la urbe y llama la atención, puesto que es el único representante de estas gigantescas mansiones que pertenece al estilo renacentista en lugar de haber sido construido siguiendo el modelo gótico.
Fue diseñado por el genial arquitecto Albertini en el siglo XV. La estirpe de banqueros papales de los Piccolomini, una de las familias más ricas del país hasta nuestra fecha, le exigió un edificio exclusivo que se adaptase a sus necesidades y gustos. No obstante, la mansión pasó a formar parte del patrimonio cultural del ayuntamiento en el siglo XIX.
La estructura exterior de sus fachadas llama la atención por su perfecta simetría y por su color marrón. Todo ello le da un aspecto serio y formal.
2. Chigi-Saracini y el Palazzo Pubblico, dos mansiones dignas de admiración
Levantado en el siglo XII, el palacio urbano de Chigi-Saracini se localiza en pleno centro de Siena. Los turistas se sienten muy atraídos por este inmueble debido a la curvatura de su portada. El aspecto gótico que luce hoy en día se debe a las labores de reconstrucción que sufrió siglos atrás.
Por su parte, el Palazzo Pubblico se halla en la Piazza del Campo. Los especialistas aseguran que se trata de uno de los edificios de personalidad gótica más significativos, notables y valiosos del planeta.
Bajo su techo actualmente acoge el Museo Cívico, una pequeña galería en la cual se expone la importancia de la tradición local en la historia tanto de Italia como de Europa. Consigue transmitir su mensaje mediante obras pictóricas de artistas altamente reconocidos, los cuales quisieron plasmar en sus pinturas el amor y admiración que sentían por esta población.
No hay que dejar de subir a la torre del Mangia, el increíble campanario del Palacio Público, que tiene nada menos que 102 metros de altura. Desde su cúspide se observan unas panorámicas de la ciudad maravillosas.
3. Sus fuentes, auténticos monumentos
La Fonte Gaia es una de las más famosas de esta región toscana. Fue creada en el Quattrocento para reemplazar una vieja fontana que ocupaba dicho espacio. Un pequeño muro de mármol resguarda la piscina rectangular del exterior por tres de sus cuatro lados.
En su momento era posible aproximarse al borde del agua, pero a día de hoy cuenta con una valla enrejada que impide el paso a curiosos, turistas y posibles vándalos. Este murete está profusamente decorado con bellas y detalladas esculturas que representan a Adán y a Eva, así como a los legendarios fundadores de Roma, Rómulo y Remo.
Aunque nuestros inexpertos ojos serán incapaces de percatarse de ello, no se trata de las imágenes originales, sino de copias. Aquellas fueron trasladadas en el siglo XIX al Palacio del Ayuntamiento.
4. La catedral de Siena, una obra de arte
La catedral de Siena, conocida popularmente como Il Duomo di Siena, es una de las construcciones más lujosas e impactantes de este núcleo urbano. No por nada forma parte de la lista de las basílicas cristianas más importantes del país.
Sus constructores deseaban convertirla en el templo más gigantesco de Occidente una vez que estuviese terminada. Sin embargo, la mala suerte hizo que su alzamiento se viese afectado por la peste negra, que sesgó la vida de gran parte de la población y, por lo tanto, también de capataces, obreros y peones que participaban en su construcción.
La decoración lineal de sus paredones así como su espectacular rosetón frontal están acompañados por bonitos relaces dorados y por una preciosa arcada sostenida por férreas columnas de piedra. En el interior se pueden encontrar un sinfín de obras maravillosas de artistas de la talla de Bernini, Donatello, Pisano o Miguel Ángel.
“El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, sino que sea demasiado baja y la consigamos.”
-Miguel Ángel-
Cualquier momento es bueno para disfrutar de la belleza de Siena, pero una vez en julio y otra en agosto tiene lugar en su plaza la conocidísima “carrera del Palio”. En ellas jinetes de los barrios de la ciudad se enfrentan en una carrera a caballo de origen medieval. Los jinetes no llevan montura y una curiosidad: gana el caballo que antes acabe las tres vueltas a la plaza, con o sin jinete.
Contemplar esta carrera es algo único, como lo es pasear por Siena en esas fechas, ya que la ciudad se engalana especialmente para la ocasión.