Damos un paseo por el corazón de Oviedo
Viajar a Oviedo, la capital de Asturias, siempre es una buena idea. Incluso cuando la capital ovetense luce con sus habituales cielos encapotados o con lluvia. De hecho, es parte de su encanto, y esa humedad hace que todo brille un poco más y se cree esa atmósfera de ciudad misteriosa y del pasado que tanto gusta a los turistas en Oviedo.
Tomar algo en la calle Gascona
La denominación oficial de esta vía del centro de Oviedo es calle Gascona, pero todo el mundo allí la conoce como el Boulevard. Y es el lugar adonde hay que dirigirse si se quiere cumplir con una tradición irrenunciable durante un viaje a Asturias: ir de sidrerías.
Las sidrerías son las tabernas más típicas de esta ciudad, de todo el Principado y de gran parte de la cornisa cantábrica. El mejor lugar para probar raciones de todo tipo, sean de carne, pescado o marisco. Y desde luego, también catar un plato de fabes, mientras nos escancian con maestría la sidra.
Paseo por el casco viejo de Oviedo
Hemos empezado por uno de los principales referentes del turismo en Oviedo: su gastronomía. Y ahora vamos a continuar con su patrimonio histórico que se reúne en el centro de la población. Unas calles donde se acumulan los edificios antiguos, los conventos y las iglesias. Es decir, una ciudad muy antigua, elegante y sobre todo vetusta, tanto que allí se inspiró Clarín para su novela La Regenta.
Plaza Alfonso II el Casto
En esta plaza hay un edificio que destaca sobre el conjunto: la Catedral de San Salvador de Oviedo. Una obra gótica, atractiva por fuera, pero sobre todo por dentro, porque allí se puede visitar la Cámara Santa, que se remonta a los tiempos del prerrománico asturiano, allá por el lejano siglo IX.
Y sin abandonar la plaza, nos topamos con la iglesia de San Tirso, también de origen prerrománico, si bien muy transformada tras más de mil años de historia.
Plaza de Fontán
Esta es una de las plazas más vitales de Oviedo desde hace siglos. En origen aquí hubo una laguna para extraer agua, y por lo tanto ya se congregaban en este lugar los ovetenses. Sin embargo, aquella fuente se desecó y se creó en el siglo XVIII una plaza para albergar el mercado, y por ello siguió atrayendo a los vecinos.
Hoy sigue siendo así, y también llama la atención de los visitantes, ya que la Plaza de Fontán, además de una zona muy animada, también es de las más fotogénicas, debido al espectacular conjunto de arquitectura popular que conserva.
“Oviedo es una ciudad deliciosa, exótica, bella, limpia, agradable, tranquila y peatonalizada; es como si no perteneciera a este mundo, como si no existiera… Oviedo es como un cuento de hadas.”
– Woody Allen –
La calle Uría
Vamos a acabar este paseo por el corazón de Oviedo como si abandonaramos la ciudad, ya que la calle Uría nos lleva desde el casco viejo ovetense hasta la Estación del Norte. En realidad, no hay que recorrer esta calle solo para dejar Oviedo. Todo lo contrario, ya que es una de las vías más transitadas por su valor comercial.
O sea, en ella se pueden hacer compras o simplemente pasear por un tramo histórico de Oviedo, al tratarse de una calle abierta en la segunda mitad del siglo XIX, que conserva en gran parte el aspecto de esa época o de principios del XX. De esta manera, a lo largo de la calle Uría se ven edificios de estilo neobarroco, como las Casas de Cuitu o el Antiguo Cine Aramo.
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