6 curiosidades del espectacular templo de Yangón

Con su enorme pagoda dorada, el templo de Yangón es un impresionante complejo religioso. Vamos a conocer algunos aspectos singulares.
6 curiosidades del espectacular templo de Yangón

Última actualización: 11 abril, 2018

El complejo religioso de Shwedagon, situado en Yangón (Rangún, en español), la antigua capital de Myanmar, está presidido por una espectacular pagoda, que se encuentra rodeada de otras construcciones sagradas. El templo de Yangón es un lugar único, por ello queremos contarte algunos datos singulares de él. No te lo pierdas.

1. El templo de Yangón es el más grande y antiguo del mundo

Pagoda Shwedagon en el templo de Yangón
Pagoda Shwedagon – anekoho

Según la leyenda, la pagoda Shwedagon fue construida hace 2.500 años, por lo que sería la más antigua del mundo. Sin embargo, los arqueólogos creen que fue construida entre el siglo VI y el siglo X por los mon, un grupo étnico originario de China.

A este posible logro habría que añadirle el de ser la más grande del mundo, pues alcanza los 100 metros de altura.

2. Es el más sagrado de Myanmar

Templo de Yangón
Templo de Yangón – Delpixel

El templo de Yangón está considerado como el más sagrado por los budistas del país, ya que contiene reliquias de los tres budas anteriores a Gautama: el filtro de agua de Kakusandha, el manto de Konagamana y el personal de Kassapa, así como varios cabellos de Siddharta.

Y es que según una leyenda, dos hermanos se encontraron con el asceta mientras viajaban. Después de darle de comer, Buda les ofreció como regalo ocho pelos de su cabeza. Los hermanos los guardaron en un cofre y, con la ayuda de su rey, comenzaron la construcción de la pagoda. Cuando se abrió el cofre se produjeron varios milagros.

3. El ritual de bañar a Buda

Buda dorado en el templo de Yangón
Buda dorado – Delpixel

En Myanmar hay ocho días de la semana, ya que el miércoles se divide en dos. Cada jornada está asociada a un animal y a un planeta, de ahí que la pagoda Shwedagon tenga ocho lados y que en cada uno de ellos haya un poste planetario.

De esta forma, los fieles acuden al templo el día de la semana en la que nacieron para bañar a Buda. Para ello, le vierten agua tantas veces como años tengan.

Por otro lado, en la cultura birmana el sábado está considerado como día de mala suerte, por lo que los nacidos en dicho día acuden en masa al lugar para intentar restar su mala suerte. La fecha del nacimiento también condiciona el nombre o el futuro cónyuge de cada persona.

“Es mejor viajar bien que llegar.”

-Buda-

4. Es dorado en cada centímetro de su espacio

Estupa de Shwedagon
Estupa de Shwedagon – Patrick Foto

Esto se debe a que está cubierto con placas de oro sólido, el cual fue donado por los monarcas y los habitantes de Yangón durante décadas. La primera en hacerlo fue la reina Shin Sawbu, que concedió el equivalente a su peso en dicho metal precioso.

Por si fuera poco, la cima de la pagoda Shwedagon tiene más de ocho mil piedras preciosas (diamantes, rubíes, zafiros…), lo que le otorga una belleza suprema.

5. Ha sido escenario de diversos acontecimientos importantes 

Templo de Yangón
Templo de Yangón – f11photo

El el templo de Yangón ha sido testigo de algunos de los episodios más relevantes del país. Así, se convirtió en el campamento de centenares de personas durante la segunda huelga de estudiantes en la historia de Myanmar, acontecida en 1936.

También acogió el discurso multitudinario que dio el general Aung San en 1946 en el que pedía la independencia a Gran Bretaña; y el de la hija de este, Aung San Suu Kyu , que abogó por el regreso de la democracia.

6. Su campana, objeto de deseo

Pagoda de Shwedagon
Shwedagon – nattanan726

Con 30 toneladas de peso, la campana donada por el rey Dhammazedi en 1485 para adornar la pagoda era la más grande del mundo. Sin embargo, fue robada en el año 1608 por el aventurero portugués Philip De Brito y Nicote, que pretendía fundirla para fabricar cañones. No pudo hacerlo, pues su barco se hundió en el fondo del río Yangón.

La misma suerte corrió otra de las campanas del complejo -la campana Mata Gandha, realizada con 23 toneladas de bronce-, aunque con un final más feliz. En este caso, los británicos decidieron expropiarla para llevársela a Calcuta.

A pesar de que también se hundió en las aguas del río, el pueblo se ofreció a recuperarla, pero con la condición de que se devolviera a la estupa del templo de Yangón. Y así fue. Lo consiguieron después de utilizar centenas de postes de bambú.