Conoce 6 extrañas costumbres a la hora de comer
El mundo es un lugar amplio y diverso poblado por billones de personas pertenecientes a culturas diferentes. Esto se manifiesta también a la hora de sentarse a la mesa, momento en el que lo que para muchos no es más que un hábito se convierte en una actividad extraña y divertida para el resto. Repasamos algunas de las costumbres gastronómicas más curiosas.
Cómo comer y servir
Utilizar las manos
En India es obligatorio llevarse el alimento a la boca exclusivamente con las manos, es decir, sin ayuda de ningún tipo de cubierto.
Por cuestiones de etiqueta, es conveniente utilizar para ello únicamente la mano derecha, ya que hacerlo con la izquierda se considera un insulto. De hecho, sus habitantes llevan a cabo cualquier actividad como, por ejemplo, saludar o realizar intercambios monetarios con la diestra.
Por su parte, los chilenos prefieren hacer justo lo contrario. Cualquier plato, sea el que sea, debe ser ingerido valiéndose para ello obligatoriamente de la cubertería.
En este país nos mirarán mal si tocamos con nuestros dedos algún alimento. El asunto va tan lejos que no acepta excepciones, ni siquiera ante una jugosa pizza, una grasienta hamburguesa o la clásica ración de patatas fritas.
Servir las bebidas
En lo referente a la bebida, también existen muchas llamativas tradiciones. Este es el caso de Egipto, país archiconocido por su valor cultural e histórico. Lo que pocos saben es que cuando uno se sienta a la mesa con un egipcio no deberá jamás rellenar su propio vaso, una vez que se vacíe será otro comensal el que deba hacerlo cuando se de cuenta. Mientras tanto nosotros deberemos estar pendientes de llenar las copas del resto conforme estos agoten sus bebidas.
En Europa, concretamente en Francia, sucede algo parecido. En el país sommelier por excelencia también está considerado una falta de decoro servirse la propia consumición. Es más, dispensar el elixir en primer lugar a las damas y dejar los vasos a medias, sin llegar a colmarlos, son sinónimos de cortesía y finura en la nación gala.
Cuanto más alto, mejor
Sonidos al comer
Los japoneses son un pueblo de poderosas raíces cuyos hábitos y prácticas suelen llamar la atención del resto del mundo. La hora de comer no podía ser menos y en Japón tienen prácticas muy interesantes.
En lugar de felicitar al cocinero por su trabajo en los fogones con cumplidos, los nipones prefieren efectuar el mayor número posible de ruidos con sus bocas mientras saborean los alimentos. De esta forma dan a entender que el guiso resultaba exquisito. Cuanto mayor sea la sonoridad alcanzada más alagado se sentirá el chef en cuestión.
Esta práctica es también muy habitual en otras regiones asiáticas como es el caso de China, donde sus habitantes ensalzan los alimentos que han sido preparados para ellos eructando al finalizar cada plato que consumen.
Signo de reconocimiento
En la cultura occidental moderna los gases se juzgan muy negativamente así como algo descarado, grosero e impertinente, más si cabe en el caso de que el acto en cuestión tenga lugar durante o después de una comilona.
Sin embargo, en las poblaciones esquimales que perduran en las zonas más septentrionales de Canadá y Alaska no es así. Los Inuit encuentran en la flatulencia y los gases una alabanza indispensable cuando tienen invitados a la mesa.
Por supuesto, esperan que sus visitantes actúen de igual manera ya que esta actividad es una conveniencia social de primer orden para estas tribus. Pueblos que luchan diariamente para combatir la desaparición de sus ritos, claramente influenciados por el nomadismo y las inclemencias del clima.
“No hay amor más sincero que el amor a la comida.”
-George Bernard Shaw-
Pan
Regresamos a Francia para hablar sobre uno de sus productos gastronómicos más famosos, el pan. Este tradicional y básico alimento de la cultura francesa cuenta con montones de estilos y formatos diferentes entre los que destaca la popular baguette.
Lo que se desconoce es que allí se acostumbra a dejar la barra para culminar el banquete, momento en que se cortarán unas rebanadas que se ingerirán como acompañamiento de sendas tajadas de queso, justo antes del postre.
En Afganistán, por su parte, valoran especialmente este comestible ya que supone un verdadero sustento para muchas familias.
Es tanto el respeto que le profesan que cuando a alguien se le cae aunque sea una pequeña migaja al suelo, la recoge inmediatamente y la besa con cariño. Una vez recuperado, continuará comiéndoselo felizmente, como si nada hubiese sucedido.