Visita la pequeña ciudad de Svitavy en la República Checa
Pequeña, pero con muchos encantos e historia. Así es la pequeña ciudad de Svitavy, situada en la región norte de la República Checa. Una ciudad en la que nació Oskar Schlinder, que salvó del Holocausto a centenares de judíos. ¿Qué es lo que nos espera en este lugar tan especial? ¡Vamos a descubrirlo!
Svitavy una ciudad llena de encanto
Esta no es la ciudad más grande y popular de la República Checa si la comparamos con su capital, Praga o Pilsen. Pero los verdaderos amantes de la historia reconocen sus encantos a lo lejos. Porque Svitavy nació a comienzos del siglo XII.
Una ciudad que mantiene su aspecto casi intacto en su casco histórico desde hace siglos, con sus casas de colores de estilo barroco. Esto es lo más característico de muchas localidades, tanto de la República Checa como de otros países a su alrededor, como Alemania, Bélgica o Austria.
¿Por qué deberías de conocer esta ciudad?
Tanto si alguna vez has oído hablar de Svitavy como si no, estás a punto de descubrir una gran curiosidad. Seguro que te interesa si eres un amante de la historia. Como sabes, la Segunda Guerra Mundial fue el mayor conflicto bélico de la historia.
La actual República Checa participó estuvo sometida al bando de Hitler, a la Alemania nazi. El resultado es que millones de personas, sobre todo judíos, perdieron sus vidas en tierras checas. Da igual que fuese en luchas o en campos de concentración, el conflicto sobrepasó los límites de lo moral y humano.
No obstante, en medio de tanta oscuridad, una serie de personas lucharon por paliar todo lo posible las consecuencias de esta lucha. Es el caso de personalidades como Oskar Schlinder.
“Quien salva una vida, salva al mundo entero.”
-Oskar Schindler-
¿Quién fue Oskar Schlinder y qué tiene que ver con Svitavy?
Oskar Schlinder pasó a la historia porque consiguió salvar la vida de más de mil judíos durante el Holocausto. Lo singular es que Schlinder es alemán, aunque nació en Svitavy (Zwittau en alemán) en 1908, época en la que existía el imperio austro-húngaro. Durante años, esta región estuvo habitada por los alemanes del Sudete.
Schindler trabajó como empresario y posteriormente como espía, aunque fue descubierto y encarcelado. Finalmente, se afilió al Partido Nazi y colaboró de nuevo en diversas tareas de espionaje durante la ocupación de Polonia.
No obstante, en el año 1939 estuvo a cargo de una fábrica de fabricación de armas con casi 2000 trabajadores. Más de la mitad eran judíos, y Schlinder logró convencer a sus superiores de que no podían deportarlos debido a que su trabajo era sumamente importante en el devenir de la guerra.
Para ello, ideó una lista donde incluyó los 1200 nombres de sus trabajadores (la popularmente conocida como Lista de Schlinder). Gracias a ella, libró a los judíos del traslado al campo de concentración de Auschwitz.
Pese a que los judíos se veían explotados en la fábrica, el acto de Oskar Schlinder fue digno de tener en cuenta dada su militancia en el Partido Nazi. Por su acto heroico se jugó la vida, de ahí que haya pasado a la historia.
Svitavy no puede olvidar las 1200 vidas que Oskar Schlinder salvó. Por eso su figura se recuerda con orgullo en esta pequeña ciudad.
Svitavy y el esperanto
Además, Svitavy fue un importante centro de desarrollo del esperanto. Este es un lenguaje internacional creado de forma artificial con la finalidad de servir de vehículo de comunicación en todo el mundo.
En Svitavy muchos checos han luchado por la internacionalización del lenguaje. Su objetivo ha sido hacer que llegue a todos los lugares del mundo, incluso donde no es posible aprender otras lenguas por falta de recursos.
Ya lo ves, puede que Svitavy no tenga grandes atractivos turísticos más allá de su mítica plaza de la Paz con sus soportales y sus casas históricas, pero es una ciudad en la que se puede aprender mucho.
Ahora ya sabes que en esta ciudad nació una importante figura en la historia de la Segunda Guerra Mundial y, además, es la cuna del esperanto. De hecho, en Svitavy hay un museo dedicado a esta lengua. ¿A qué esperas? ¿Quieres perdértelo?