El Charco de San Ginés: un maravilloso lugar
El Charco de San Ginés es uno de los espacios más emblemáticos de Arrecife, la capital de la isla de Lanzarote. Pero que no os engañe su nombre: aunque lo de «charco» nos evoque algo pequeño y sin importancia, en esta peculiar laguna se creó el primer e importante puerto de la ciudad. Un puerto que en su momento tenía un intenso tráfico marítimo.
Pese a ser una laguna natural de agua salada, este charco lleva siglos formando parte del núcleo histórico de la capital de Lanzarote. De hecho, está en su parte más atractiva, la conocida como barrio de La Puntilla, un enclave donde se ubica el propio Ayuntamiento de Arrecife, el Puente de las Bolas o el Castillo de San Gabriel.
Además, está la iglesia de San Ginés, que da nombre a ese charco tan fotogénico. Su atractivo visual se basa en las casas blancas tradicionales rodeando las aguas y que siempre han sido la vivienda de los pescadores, quienes atracan sus barcas más pequeñas en el Charco de San Ginés.
El Charco de San Ginés en la actualidad
Hoy en día, en el Charco de San Ginés solo pueden echar el ancla embarcaciones pequeñas, quizás no tanto por el calado de esta laguna marina, sino por la escasa altura del puente que hay en su parte de salida al océano. Este puente se convierte en barrera para naves grandes.
Y es que este puerto natural de algún modo se ha convertido en parte del entramado urbano de Arrecife. En sus inmediaciones nos esperan las principales calles de la ciudad, calles como la Real o la Avenida Marítima, donde abundan los restaurantes y las tiendas para hacer las mejores compras durante este viaje a la isla.
¿Y qué hay de su historia?
En otro tiempo, el Charco de San Ginés fue el gran puerto de Arrecife. Inicialmente solo acogía barcos de pesca, pero sus buenas condiciones para el atraque hicieron que casi todas las naves que traían suministros a la isla, o bien desde otras islas Canarias, y los barcos que zarpaban de puertos de la Península Ibérica, como el de Cádiz, quisieran desembarcar aquí sus mercancías.
No obstante, los barcos que llegaban hasta este lugar no solo venían de España. También se mantenía un estrecho contacto con puertos de la vecina costa de África, e incluso era parada en las rutas comerciales a lugares caribeños como Cuba.
Ese aumento del tráfico marítimo en el Charco de San Ginés hizo que, con el tiempo, la ciudad de Arrecife se convirtiera en la capital lanzaroteña. Este era un rango que antiguamente ostentaba la ciudad de Teguise, al norte.
Al mismo tiempo, la ciudad crecía, y su puerto tenía que ser protegido. De ahí los diferentes fuertes y castillos que hoy podemos ver en las inmediaciones del Charco de San Ginés, como el citado de San Gabriel, o el Castillo de San José, que se construyó para defender el sitio de los ataques piratas.
Las fiestas de Sangineles
La importancia del Charco de San Ginés en el crecimiento de Arrecife es tal que hasta las fiestas populares de la ciudad se denominan San Gineles, y sin duda, evocan la advocación de la iglesia parroquial de San Ginés, que desde el siglo XVII se yergue junto a las aguas de la laguna.
Al igual que el lugar, se convierte en el mejor escenario para una procesión marinera en el día de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores y del archipiélago canario.
La visita al Charco de San Ginés
Todos hemos oído hablar de los grandes atractivos de Lanzarote, una de las mecas del turismo en España. Esto se atribuye por lo general a su increíble Parque Nacional de Timanfaya, sus playas de origen volcánico o la belleza de las obras artísticas de César Manrique repartidas por la isla.
Sin embargo, a esa lista de reclamos sin dudas tenemos que sumar el Charco de San Ginés en Arrecife, un lugar que nos habla del pasado y de la evolución histórica de las Canarias. ¡De lo más interesante y hermoso!