La catedral de Reims, una de las joyas góticas en Francia
En la histórica región francesa de Champaña se erigió majestuosa, a lo largo de buena parte del siglo XIII, la catedral de Reims. Hoy en día, es el icono más reconocible de esta ciudad. En tiempos de la Revolución Francesa se consolidó su carácter puramente monumental con el que arrasó a las cercanas construcciones que en algún tiempo se atrevieron a restarle protagonismo.
Los orígenes
Las bases de la fiebre catedralicia fueron asentadas siglos antes por el románico, aunque más limitado este en el territorio y mucho menos colosal. El arte gótico, como legado del anterior, asienta sus cimientos en un proceso de crecimiento, prosperidad económica y urbanismo iniciados en Europa a lo largo del siglo XIII.
Ligado a las ciudades o ‘burgos’ se glorificó una nueva clase social, la burguesía. Esta tuvo un poder precedido por el enriquecimiento mercantil gracias a la consolidación del cristianismo en buena parte de la Europa Occidental.
La burguesía influyó sin duda en el urbanismo, ya que facilitó la dilatación de la cultura y del saber, hasta entonces en manos de las rurales órdenes monásticas. Se levantaron escuelas y universidades que se convirtieron, de facto, en grandes centros de transmisión cultural.
El gótico se gestó en Francia, concretamente en París. De ahí se expandió hacia todos los extremos de Europa, desde Gante a Burgos o desde Cambridge hasta Florencia.
La plenitud gótica de la catedral de Reims
Por lo general, los historiadores y los especialistas en arte marcan los siglos XIII y XIV como el período de máxima plenitud de la arquitectura gótica. Las colosales catedrales se convirtieron en el símbolo paradigmático de la arquitectura y fue Francia quien ostentó su expresión más legítima.
Para ello, se utilizaron elementos constructivos nuevos como el arco apuntado y la bóveda de crucería, que jugaron un papel decisivo a la hora de ofrecer mayor altura a los templos. La altura, a su vez, era compensada con un complejo sistema de elementos sustentantes como los arbotantes y los contrafuertes.
El tercer elemento y no menos importante fue la luz. Hablamos de la luz y el color aportados por las grandes vidrieras que se aplicaban en rosetones y ventanales distribuidos por los cuatro costados de la catedral.
Algunos detalles
Si repasamos brevemente la ficha técnica de la catedral de Reims, vemos que se levanta sobre una planta de cruz latina en la que el transepto apenas sobresale unos metros del brazo longitudinal, siguiendo el modelo de otras catedrales como Amiens o París.
El templo posee tres naves cubiertas con bóvedas ojivales sencillas, mide unos 138 metros de largo y 30 de ancho. Sus torres, de 86 metros, pueden verse desde lejos. La verticalidad que caracteriza la estructura de este templo se ve reforzada por sus esbeltos pilares y por la incorporación de pináculos y gabletes, así como por la presencia de otros vanos y aberturas que se reparten por toda la fachada.
Precisamente, la fachada posee tres grandes pórticos cuyas arquivoltas están ornamentadas con estatuas. El central, dedicado a Santa María, igual que la catedral, está coronado por un rosetón que aparece dentro de un arco apuntado y da a la fachada un aspecto sumamente genuino. Sobre el rosetón se alza la ‘galería de los reyes’ y, sobre esta, dos imponentes torres decoradas con tracería.
Las fachadas del transepto están también decoradas con esculturas. La del norte incorpora estatuas de los obispos de Reims, una representación del Juicio Final y una figura de Jesús. En cambio, el lado meridional tiene un magnífico rosetón con los profetas y los apóstoles.
Funcionalidad y significado de la catedral de Reims
La catedral de Reims ha jugado un papel muy significativo a lo largo de la historia. Aquí se coronaba a los reyes franceses durante el Antiguo Régimen. Quizá esa sea su faceta más realista, pero si tanteamos el lado moral, nos daremos cuenta que su conjunto escultórico constituye una auténtica ‘Biblia en piedra’ para sus visitantes.
La Anunciación o La Visitación son algunos de los variados grupos que interactúan en armonía con la base arquitectónica de este majestuoso templo. No obstante, el templo ha pasado por todo tipo de calamidades, incendios, bombardeos y reconstrucciones que a lo largo de su historia no han podido menoscabar su belleza.
Su función, contenido y significado contribuyeron a que en 1991 la Unesco declarara este templo como Patrimonio de la Humanidad. Y si su aspecto externo es fabuloso, su interior no lo es menos y también merece la pena descubrirlo.
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- Pirenne H. Las ciudades de la Edad Media. Madrid, 1972. Alianza Editorial
- Duby, G. La Europa de las catedrales, Barcelona, 1966. Skira.
- Paroisse Notre-Dame. Web oficial de la catedral de Reims. Recuperado el 19 de marzo de 2020 de https://www.cathedrale-reims.com/