Visita la catedral de la Santísima Trinidad de Dresde
La catedral de la Santísima Trinidad, o Hofkirche, es una de las visitas imprescindibles en Dresde. Construida en piedra arenisca, es el mayor edificio religioso de toda Sajonia. A continuación, te damos toda la información de interés que necesitas para descubrir este maravilloso templo. ¿Nos acompañas?
Historia de la catedral de la Santísima Trinidad
En 1697, Augusto el Fuerte se convirtió al catolicismo para satisfacer sus ambiciones al trono polaco. También su hijo, Federico Augusto II, príncipe elector de Sajonia, tuvo que convertirse, ya en 1721. Así, se hizo necesaria la construcción de un gran templo católico, la catedral de la Santísima Trinidad.
El monumento se levantó entre los años 1739 y 1755 por orden de Federico Augusto II. Del proyecto se encargó el arquitecto romano Gaetano Chiaveri, al que el príncipe elector había conocido en Varsovia. El artista abandonó la ciudad en 1748 y fue sustituido por Sebastián Wetzel y por Johann Cristoph Knöffel.
En 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, la catedral de la Santísima Trinidad sufrió las consecuencias de los bombardeos aliados. El templo ardió hasta los cimientos, las cúpulas se derrumbaron y los muros exteriores se dañaron.
Tras el conflicto se inició la reconstrucción del templo, que se prolongó hasta 1965.
Características de la catedral
La catedral de la Santísima Trinidad está construida en piedra arenisca. Del mismo material son las 78 figuras de santos de más de tres metros de altura que la adornan y que son obra de Lorenzo Mattielli.
Una catedral de grandes dimensiones, ya que abarca una superficie de casi 4800 m². Dado este tamaño, no es de extrañar que el templo tenga tres naves. Mientras, su torre principal alcanza los 86 metros.
El interior del templo
Alrededor de la nave central hay un pasillo de 3,5 metros de ancho. ¿El motivo? En Dresde no se podían realizar procesiones católicas al aire libre, por lo que se realizaban en el interior de la catedral de la Santísima Trinidad.
Dentro del templo destaca, además, el altar mayor. Está elaborado en mármol y se sitúa en el suroeste en vez de al este, como es habitual. Otras joyas son el órgano de Gottfried Silbermann, que data de 1755; y un púlpito de estilo barroco del famoso escultor austriaco-alemán Balthasar Permoser.
Por otro lado, cabe mencionar que la catedral de la Santísima Trinidad alberga un panteón real en el que descansan los restos de los soberanos de Sajonia. Entre ellos se podrían mencionar a Federico Augusto I, Federico Augusto II, Juan I de Sajonia, Alberto I de Sajonia, Jorge I de Sajonia y Federico Augusto II.
Información práctica para la visita
El horario de visita de la catedral de la Santísima Trinidad varía según el día. Abre los lunes y los martes de 9:00 a 18:00; los miércoles y los jueves de 9:00 a 17:00; los vienes de 13:00 a 17:00; los sábados de 10:00 a 17:00; y los domingos, de 12:00 a 17:00.
No obstante, siempre es recomendable hacer una visita guiada para conocer mejor este bonito templo. Esas visitas suelen llevarse a cabo a la una de la tarde, aunque las fechas suelen variar de mes a mes. Por ello, lo ideal es informarse en la web oficial de la catedral de la Santísima Trinidad.
Respecto a su ubicación, la construcción se encuentra en el centro del casco antiguo de Dresde. Por ello, es muy sencillo llegar a ella, ya sea paseando o en tranvía. Para esto último habría que coger las líneas 4, 8 y 9 y bajarse en la parada Theaterplatz.
¿Qué más hay que ver en Dresde?
Tras la visita a la catedral, puedes visitar otros encantos de su entorno, como la terraza de Brühl, un conjunto arquitectónico de gran belleza. Tampoco debes perderte el Palacio de Dresde, uno de los edificios más antiguos de la ciudad alemana y antigua residencia de los reyes de Sajonia.
Más atractivos: la Ópera Semper, una auténtica joya entre las construcciones teatrales; o la Frauenkirche, una maravillosa iglesia barroca de culto luterano.
A estas alturas, ya habrás podido comprobar que Dresde es una ciudad más que interesante. Y, dentro de ella, la catedral de la Santísima Trinidad es una maravilla que hay que visitar sin excusas.