La Caleta en Cádiz, mucho más que una playa urbana

La gaditana playa de La Caleta es mucho más que un simple arenal donde relajarse o tomar el sol. Esta playa es parte de la historia, las tradiciones y la esencia de la ciudad andaluza.
La Caleta en Cádiz, mucho más que una playa urbana
Nuria Herrero Lapaz

Escrito y verificado por la historiadora Nuria Herrero Lapaz.

Última actualización: 13 abril, 2020

Ir a la playa de La Caleta en Cádiz es mucho más que ir a una playa urbana. En ella disfrutaremos de su historia, su arqueología, sus castillos y de sus tradiciones. Será todo un placer para los sentidos.

Cuando hablamos de playas urbanas, podemos pensar en grandes playas con kilómetros de arena junto a un mar cuya marea sube y baja dedicando a sus visitantes la mejor de sus vistas. Pero cuando hablamos de La Caleta hablamos de otra cosa. No solo es playa, es mucho más. De ella se podría hacer un centro de interpretación donde explicar miles de cosas.

La Caleta en Cádiz desde el Paleolítico

Vista aérea de La Caleta en Cádiz

Todo el mundo habla de que Cádiz tiene más de 3000 años de historia, pero no muchos saben que en esta playa se han encontrado restos de instrumentos de trabajo hechos en piedra de hace más de 150 000 años. Por entonces había bandas de cazadores-recolectores que habitaban ya esta zona que hoy en día es un playa y antes era la desembocadura de un río (Herrero, N., 2002).

El yacimiento de Atapuerca (Burgos) es conocido en toda España. En cambio, lo que no es tan conocido es que muchos de los restos arqueológicos que se han hallado en esta playa de La Caleta son iguales a los que podemos encontrar allí.

Evidentemente, el paisaje ha cambiado, pero el mar en sus embestidas nos trae a la orilla restos líticos que nos dejaron aquellos cazadores-recolectores que vivían entonces aquí. A finales del año 2018 se llevó a cabo una exposición en el Museo de Cádiz en en la que se pudo ver parte de este material paleolítico.

La arqueología subacuática de La Caleta

Playa de La Caleta en Cádiz

En el Museo de Cádiz hay una vitrina dedicada exclusivamente a  materiales aparecidos bajo las aguas de esta playa de La Caleta. Según los textos antiguos, en la zona cerca a donde hoy en día se halla situado el castillo de Santa Catalina pudo estar ubicado el templo dedicado a la diosa Astarté fenicia.

Cuentan que cuando los fenicios partían hacia los viajes por el Mediterráneo depositaban exvotos para pedirle a la diosa tener una buena travesía. De ahí la gran cantidad de material hallado en esta zona: anforitas, quemaperfumes, figuras de cabezas humanas y de animales etc.

Las fortificaciones de La Caleta

La única playa urbana ubicada en el casco histórico de Cádiz, La Caleta, está jalonada por dos castillos: el de Santa Catalina y el de San Sebastián. Vamos a visitarlos.

El castillo de Santa Catalina

Mirando al mar y ubicado a la derecha tenemos el castillo de Santa Catalina. Es el más antiguo de los dos. Se construyó por orden del rey Felipe II tras los ataques angloholandeses del siglo XVI con el objetivo de defender a la ciudad. En el siglo XVIII el rey Carlos III lo convirtió en prisión.

Tras la Guerra Civil, aquí estuvieron presos desde testigos de Jehová a objetores de conciencia. Como anécdota, podemos contar que, dependiendo del militar que estuviera al mando, los presos tenían ciertos privilegios. Algunos de los militares del golpe de estado de 1981 también cumplieron aquí parte de su condena.

Castillo de Santa Catalina
Fotografía: Nuria Herrero

El castillo de Santa Catalina tiene forma de estrella y desde una sus puntas se contemplan las mejores vistas de La Caleta. En la zona central, durante los veranos, se ubica un pequeño escenario donde a la hora del ocaso se ofrecen espectáculos musicales bajo el sugerente nombre de Las puestas de Sol de La Caleta.

El castillo cuenta con un patio de armas desde donde se distribuyen diferentes estancias. Destaca la pequeña capilla dedicada a Santa Catalina. Y en la zona central se ubicaban los pabellones con las celdas. Estas zonas están dedicadas a exposiciones temporales de pintura, de escultura, etc. En otra de las partes del castillo hay pequeñas estancias donde trabajan de cara al público artistas locales.

En el año 2002, cuando se abrió el castillo al público tras su restauración, se habilitó una zona de antiguas oficinas como zona de talleres para niños, asociaciones y turistas. Allí se transforman por una jornada y disfrutan como si fueran  fenicios, romanos o piratas aprendiendo en primera persona nuestro pasado.

Castillo de San Sebastián

Destaca por tener dos partes bien diferenciadas. La primera es el castillo en sí, y la segunda la avanzada, donde se ubica el segundo faro con luz eléctrica de España. Se construyó en plena guerra de Sucesión española. El castillo se inauguró una vez terminada la guerra.

Fotografía: Nuria Herrero

Como anécdota, podemos contar que el escudo en la entrada pertenece a la Casa de los Austrias, en lugar de a la Casa de los Borbones, que fueron quienes ganaron la guerra.

En el castillo de San Sebastián solo hay restaurada una zona que habilitó la Universidad de Cádiz para montar allí un Laboratorio de Ciencias (LABIMAR). En la zona de la Avanzada nos encontramos con una enorme extensión de terreno, al final del cual se ubican 50 casamatas donde estaban los cañones.

Una curiosidad: se contruyó un pequeño puerto para que la reina Isabel II viniera en barca a inaugurar la zona de la Avanzada. Sin embargo, dicen que a la hora que ella llegó a Cádiz aquel día la marea estaba muy baja y era imposible que entrara ninguna embarcación hasta el muelle de Isabel II, como así lo habían bautizado.

Todas las autoridades y los miembros de la alta nobleza pusieron en la entrada del paseo que conduce hasta el castillo y la avanzada sus sillitas para que la reina y su comitiva se subieran y llegara sentada hasta el castillo. Pero dicen que cuando la reina llegó a La Caleta y vió aquel paisaje, prefirió ir andando hasta el castillo para admirar las vistas.

La Caleta en Cádiz y la etnografía: tradiciones

Las barquitas caleteras

Barcas caleteras
Fotografía: Nuria Herrero

La Caleta es importante como playa, como lugar arqueológico y como lugar defensivo para la ciudad de Cádiz. Pero no es menos importante por su etnografia. La Caleta en sí, tiene un peso especifico en la ciudad.

La tradición marinera hace las barquitas que surcan las aguas de La Caleta muestren uno de los paisajes más típicos de la ciudad de Cádiz. Los marineros durante el día se afanan para arreglar y cuidar su barcas. A partir del atardecer empiezan a salir de la playa como si se tratase de una procesión en busca de la pesca que sustenta a sus familias.

El Carnaval y La Caleta en Cádiz

No hay coro, comparsa, chirigota, cuartero o romancero que no le dedique al menos una letra de sus coplas a esta playa. Año tras año, La Caleta recibe elogios, comentarios, piropos y todo tipo de letras refiriéndose a ella. La Caleta y el Carnaval de Cádiz van de la mano.

El entierro de la caballa

Atardecer en La Caleta en Cádiz
Fotografía: Nuria Herrero

La caballa caletera es uno de los pescados imprescindibles en la gastronomía veraniega de la ciudad de Cádiz. Es un pescado azul de temporada, por lo que cuando llega septiembre empiezan a escasear y a veces a desaparecer hasta el verano siguiente.

El último sábado de agosto, de manera simbólica se celebra el  entierro de la caballa. Comienza a partir de media tarde con un recorrido por las calles del barrio de la Viña, junto a La Caleta. Se forma un cortejo funerario con la figura de una gran caballa, acompañada de plañideras que lloran por el final del verano.

Finaliza el recorrido quemando la figura, con actuaciones carnavalescas en la propia playa de La Caleta. Y terminan con una degustación gratis hecha por los propios caleteros y caleteras de caballas con fideos.

Como has comprobado, La Caleta no solo es una playa, es arena donde sentarnos, tomar el sol, charlar y jugar con los más pequeños. Pero también es fijarnos en el horizonte y ver ese mar jalonado de dos castillos. Ese mar que nos da calma, esas olas que nos atrapan la mirada, esas olas que nos traen y luego se llevan pequeños trozos del pasado en la orilla que pisamos.



  • Herrero Lapaz, N. (2002): Los productos arqueológicos de La Caleta (Cádiz). Excmo. Ayuntamiento de Cádiz y Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Cádiz.