Calblanque: un paraíso natural en Murcia

El Parque Regional de Calblanque nos da una visión bien distinta de la que nos imaginamos en la Costa Cálida de Murcia. Se trata de un reducto natural de lo más atractivo y asalvajado.
Calblanque: un paraíso natural en Murcia
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 17 enero, 2020

El área de Calblanque nos muestra el aspecto más natural y salvaje de la costa de Murcia. Es un territorio donde todavía no ha plantado su bandera el turismo masivo. Aún así, en temporada alta las playas del Parque Regional de Calblanque se llenan, de modo que todo aquel que las visita ha de ser responsable y ayudar con su comportamiento a la conservación de este ecosistema.

El Parque Regional de Calblanque

Se trata de un espacio protegido de más de 2800 hectáreas, en su mayor parte pertenecientes al municipio de Cartagena. El Parque Regional de Calblanque nos puede servir para hacernos una idea de cómo era la costa de Murcia hasta hace no muchas décadas.

Parque Natural Calblanque
Parque Natural Calblanque

Así era el paisaje antes de que el turismo de sol y playa colonizara este litoral y transformara la imagen con grandes edificios de hoteles y apartamentos, como ocurre en la vecina Manga del Mar Menor.

Ese es el gran valor de la zona, porque el Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña (ese es su nombre completo) se ha convertido en el testimonio de lo que fue en otro tiempo la costa levantina española. Además, aquí se da una variedad de paisajes que difícilmente se puede encontrar en la actualidad.

La flora y fauna de Calblanque

En la extensión del parque hay desde zonas de pinar, concretamente de pino carrasco, hasta áreas de dunas móviles o salinas, pasando por áreas de acantilados y de matorrales donde viven plantas en peligro de extinción. Y como árboles no solo hay pinos, también se encuentran algarrobos e higueras.

Se trata de un hábitat ideal para que allí vivan aves rapaces como el águila perdicera, el búho real o el halcón peregrino. Pero también otras aves acuáticas como los flamencos, gaviotas e infinidad de especies familiares de las garzas. Todo, sin olvidar mamíferos varios y miles de reptiles.

Rutas de senderismo

Mirador de Punta Negra
Mirador de Punta Negra

Al ser Calblanque un espacio protegido, ya os podréis imaginar que dentro del Parque Regional hay habilitados diversos itinerarios. Son pequeñas rutas de senderismo, e incluso de bicicleta de montaña, de las que no se recomienda salir de su trazado para así no afectar a toda esa vida natural que tanto enriquece estos paisajes.

Ninguna de las tres rutas existentes (la del Cabezo de la Fuente, la del mirador de Punta Negra o la del monte de las Cenizas) es de largo recorrido. De hecho, ninguna alcanza los 10 kilómetros.

No obstante, hay que tener en cuenta la climatología local, de manera que si hacéis esos caminos en primavera o verano, recomendamos madrugar. Y, sobre todo, hay que llevar siempre gorra y protector para evitar las quemaduras solares.

La huella humana

Hay que decir que el hombre ha convivido desde tiempos inmemoriales con todo este entorno natural. En Calblanque se han encontrado restos de época neolítica y mucho más modernas. Además, que se sabe que ha sido un territorio con explotaciones mineras, e incluso se guardan restos de viejas defensas militares en la zona.

Las playas de Calblanque

Playa en Calblanque
Playa del parque natural

Estamos hablando de un tramo de la Costa Cálida de Murcia, lo que es sinónimo de estupendas playas. También las hay en el parque regional. De hecho, la masificación veraniega ha hecho que haya autobuses públicos que llevan hasta allí a los bañistas para que la afección sea la menor posible. Aún así muchos prefieren ir con su coche, motivo por el que se ha impuesto una tasa de aparcamiento.

El caso es que a lo largo de la extensión del espacio protegido podemos distinguir hasta ocho playas distintas. Algunas son tan pequeñitas como la cala de Dentóles, con apenas 50 metros de un arena intensamente dorada; otras son mayores, como las playas Negrete y la Larga que alcanzan los 600 metros de longitud.

Además, está la propia playa Calblanque, icono del parque por su belleza, y otras ideales para tomar el sol, darse buenos chapuzones o practicar esnórquel, uno de los deportes de mar más placenteros.

Si bien, se trata de playas delicadas, naturales, es decir, aquí no hay ciertas infraestructuras y, por supuesto, no hay chiringuitos. De manera que somos los turistas los que tenemos que ayudar a su limpieza y mantenimiento. ¡Disfrútalas, pero colabora en mantenerlas limpias!