10 cafés con encanto para disfrutar de momentos únicos
Vamos a visitar lugares con un regusto añejo y cierto aire decadente, establecimientos que han escuchado millones de conversaciones y secretos, que han creado recuerdos inolvidables y que son parte de la historia de sus ciudades. Entramos en cafés con encanto que nos llevan a épocas pasadas, que fueron y son escenarios de tertulias, aunque en muchos hoy reina el bullicio de los turistas.
1. Cafés con encanto: New York Café, Budapest
Es uno de los cafés con encanto más famosos. Tanto, que es casi imprescindible visitarlo cuando se viaja a Budapest. Se inauguró a finales del XIX y sus salones son puro lujo, más propios de un palacio que de una cafetería: elegantes columnas, frescos, lámparas de araña, estatuas, espejos… Si no te gusta el café, prueba el chocolate, es espectacular.
2. Café Imperial, Praga
Se inauguró en 1914, en una época en la que la moda la imponía el estilo art decó. En su interior descubrirás columnas de inspiración oriental, singulares capiteles, bajorrelieves y azulejos que le dan un toque ecléctico, pero muy particular. Un café de lo más elegante en el que se puede degustar una exquisita variedad de pasteles.
3. Café de la Paix, París
Su ubicación, enfrente de la Ópera Garnier, ha hecho que a lo largo de su historia hayan pasado por sus mesas y su barra infinidad de personajes relevantes del mundo de la música y la cultura. Su interior, decorado en estilo imperial, es exquisito y te llevará directamente al París del siglo XIX. Pero si lo prefieres, puedes hacer algo tan parisino como sentarte en su terraza.
4. Caffè Florián, Venecia
Si tu bolsillo te lo permite, disfruta de uno de los rincones emblemáticos de la plaza de San Marcos. Este café se fundó hace ya casi 300 años y por él pasaron personajes como Lord Byron, Dickens o Goethe. La decoración de sus pequeños salones te llevará casi a la época de estos escritores. Pero también puedes tomar algo en su terraza. Tú eliges.
5. Café Majestic, Oporto
Uno de los lugares más románticos de Oporto. Esta cafetería de estilo art decó tiene casi cien años y por ella han pasado artistas e intelectuales portugueses. También otros personajes famosos, de hecho, se dice que J.K. Rowling escribió algunos capítulos de Harry Potter en sus mesas. Mesas que hoy están tan solicitadas que es complicado sentarse en ellas.
6. Café Royalty, Cádiz
Abrió sus puertas en 1912 y fue lugar de reunión de escritores, intelectuales y políticos. También músicos, como Manuel de Falla, que incluso dio aquí algún concierto. Pero esa intensa vida acabó en los años 30 y hubo que esperar a 2008 para ver de nuevo el café abierto. Lo mejor, que podemos disfrutarlo como en sus mejores tiempos, con una recargada pero exquisita decoración.
7. Café Iruña, Pamplona
Otro de los muchos cafés con encanto que hay en España. Con encanto y con fama internacional, ya que uno de sus clientes más ilustres fue Ernest Hemingway, que comenzó a escribir algunas de sus obras más famosas en las mesas de este café. Por ello incluso cuenta con un salón en su honor, presidido por un busto del escritor. Un establecimiento que se fundó en 1888.
8. Café Central, Viena
De todos es conocido el café vienes y no hay mejor lugar para degustarlo que este establecimiento. Sus paredes han vivido 150 años de historia y han sido testigos de las conversaciones de personajes tan ilustres como Sigmund Freud o Leon Trotski. Una curiosidad: su salón está presidido por los cuadros de la emperatriz Isabel y el emperador Francisco José de Austria.
9. Café Sanborns, Ciudad de México
Durante años se le consideró el café más elegante de la capital mexicana. Uno de esos cafés con encanto que sorprende por varios motivos. El primero, es que está en un bello edificio del siglo XVI con una increíble fachada recubierta de azulejos. El segundo, que en su interior se descubre un singular patio de aires arabescos. Y además, de ello, muestra murales que son auténticas obras de arte.
10. Confitería Colombo, Río de Janeiro
El último de nuestros cafés con encanto abrió sus puertas en 1894 y unas décadas después se reformaría para darle el aspecto actual, con una decoración al más puro estilo art decó. Un recuerdo de la Belle Époque en el que destacan las estanterías de cristal, los grandes espejos, las barras de mármol italiano y la enorme claraboya que hay sobre el salón de té.
Fotografía de portada: Wei-Te Wong / Flickr.com