El cabo de Buena Esperanza: una gran aventura
El extremo de un continente, el confín del mundo… A lo largo de los años, el cabo de Buena Esperanza ha recibido muchos nombres. Situado en el extremo sur de África, esta maravilla posee una atmósfera única: naturaleza salvaje, vistas inolvidables e incluso una colonia de pingüinos. El cabo de Buena Esperanza nos espera. ¿Nos acompañas?
Una excursión hasta el cabo de Buena Esperanza
Nuestro camino hasta el cabo de Buena Esperanza comienza en la bella Ciudad del Cabo. El trayecto dura apenas una hora y media. Sin embargo, en el recorrido hay magnificas paradas que no podemos perdernos. ¡Comenzamos!
Ciudad del Cabo
Es la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica. Su clima suave hace de Ciudad del Cabo un destino ideal para cualquier época. Pasea por el barrio de Bo-Kaap, un lugar multicultural y muy pintoresco. Sus casas de alegres colores y sus calles adoquinadas son parte de su atractivo. Es todo un espectáculo.
Otra parada es el puerto histórico Victoria & Alfred. En él encontrarás infinidad de restaurantes con terrazas, perfectas para comer y disfrutar de las vistas al mar. Además, podrás contemplar entretenidos espectáculos al aire libre y atracciones. ¿No te apetecería subir a una noria contemplando el mar?
Table Mountain
La Table Mountain, o montaña de la Mesa, tiene en su parte superior una meseta de unos tres kilómetros de largo. Está representada en la bandera de la ciudad. Es una de las siete maravillas del mundo natural y, por tanto, uno de los lugares que no debes perderte.
En su punto más alto se encuentra el faro de Maclear, un montículo de piedras construido en 1865 que guiaba a los barcos a tierra firme. Ya sea en una ruta a pie o subiendo a la cima con el teleférico, disfrutarás de las impresionantes vistas de esta meseta. ¿Podrás recorrerla entera?
Jardín Bótanico de Kirstenbosch
Este jardín botánico es uno de los más hermosos del planeta. Está situado junto a Table Mountain y su extensión es de 500 hectáreas, por lo que es uno de los más grandes del mundo.
Posee una flora increíble propia de Sudáfrica, donde podemos encontrar 9000 especies diferentes. No dudes en contratar una excursión de senderismo y perderte en la esencia de este éxotico paraje.
Cape Point, parada imprescindible en el camino hacia el cabo de Buena Esperanza
Este lugar tiene algo muy especial, ya que aquí se juntan dos grandes masas de agua: el océano Atlántico y el océano Índico. Es, por tanto, un rincón en el que hay que parar sí o sí en el camino hacia el cabo de Buena Esperanza.
En su punto más alto encontramos un singular faro. Está situado a más de 260 metros por encima del nivel del mar. Sin embargo, no se encuentra en funcionamiento, ya que la niebla y las condiciones meteorológicas impedían con cierta frecuencia que la luz fuera vista desde el mar.
Desde el promontorio en el que se encuentra el faro tendrás una espectacular panorámica de 360º que muestra la inigualable belleza de Sudáfrica. Pero ten cuidado con los monos. Estos curiosos animales están por toda la zona. ¡No pierdas de vista la cámara! Les encanta hacerse con cosas de los turistas despistados.
Playa Boulders
Otra parada antes de llegar a cabo de Buena Esperanza es en la playa Boulders. Famosa por su entorno agradable, sus rocas de granito y, sobre todo, porque aquí vive una colonia de pingüinos africanos.
Esta especie en peligro de extinción no mide más de 70 cm y pesan unos 6 kilos. Curiosamente, viven en madrigueras hechas en la tierra. No pierdas la oportunidad de conocer a estos simpáticos animales. ¡Son adorables!
Cabo de Buena Esperanza
Y llegamos a nuestro destino. Un lugar espectacular lo mires por donde lo mires. En la actualidad, la reserva del cabo de Buena Esperanza está considerada Patrimonio Mundial de la Unesco.
Para llegar a él, podemos dar un grato paseo desde Cape Point por una pasarela de madera. Sentir las olas rompiendo con fuerza en las rocas y la magia que flota en el ambiente es una experiencia única.
Su importancia histórica es lo que le da fama a este cabo. Cuando el explorador Vasco de Gama se topó con él, se vio la posibilidad de pensar en una ruta marítima hacia las Indias. Algo que se veía como imposible de encontrar.
Una vez que estés allí, en el extremo final de un continente, tendrás la sensación de estar en el fin del mundo. Es algo realmente mágico, una experiencia que difícilmente olvidarás.