Un bosque mágico: las Fragas del Eume
Nos vamos a una reserva natural de gran belleza, situada en el corazón de la provincia de A Coruña, en Galicia. En Pontedeume se abre una de las últimas y más grandes extensiones de bosque atlántico europeo: las Fragas del Eume. Vamos a hacer un pequeño recorrido por este bello lugar, ¿nos acompañas?
Senderismo en las Fragas del Eume
Lo primero que encuentra el viajero al recorrer los nueve kilómetros que separan Pontedeume de las Fragas es el Centro de Atención al Visitante, en el límite justo del bosque. En el mismo, se puede solicitar billete para el bus gratuito que sale desde esa localización hasta el monasterio de Caaveiro, auténtico guardián del corazón del bosque.
Si continuamos por carretera, no tardamos en encontrar el primer puente que cruza el río y donde comienza la primera ruta de senderismo hacia Caaveiro. Pero es solo uno de los recorridos que se pueden hacer por las Fraguas del Eume, ya que hay varios senderos que parten tanto desde Pontedeume como desde Monfero, A Capela y As Pontes de García Rodríguez.
“De vez en cuando vale la pena salirse del camino, sumergirse en un bosque. Encontrará cosas que nunca había visto.”
– Alexander Graham Bell –
Ruta principal hacia el monasterio
El camino por esta zona es diverso: en algunas partes se encuentran pedregales sinuosos como el propio río; otras veces, tramos más o menos amplios y abiertos; y de vez en cuando, un puente de cruce. Pero siempre, como guía, el sendero. Esta es la ruta más transitada, sin embargo, la paz y la tranquilidad se respiran aquí incluso en temporada alta.
Y de vez en cuando encontraremos agradables bajadas hacia el agua, diseñadas para facilitar el paso a bañistas y usuarios de kayak. Bañarse en el Eume es una experiencia interesante, aunque conviene estar preparado para enfrentarse a unas aguas casi gélidas.
¿Que podemos ver en las Fragas del Eume?
El monasterio
Una vez llegamos al monasterio de Caaveiro, observaremos un antiguo puente de piedra que une ambas partes de la ruta. Si queremos visitarlo, deberemos emprender una subida de 500 metros hasta llegar a su pie.
El monasterio es un edificio con más de mil años de edad y que está perfectamente integrado en el bosque del que forma parte. Puede ser visitado junto a un guía turístico gratuito o ser recorrido a placer, aunque su historia es tan larga y diversa que merece la pena la visita guiada.
Hay que mencionar, además, que junto al mismo monasterio, hay un recodo bordeado por el estrecho río Sesín, también llamado Mazoca. Y es que el entorno de las Fragas del Eume da cabida a una docena de ríos menores, e innumerables riachuelos y fuentes naturales, muchos de las cuales van a desembocar al enorme embalse del Eume.
Su paisaje y biodiversidad
Este lugar guarda una de las mayores concentraciones de biodiversidad de la costa atlántica española. Algo que implica una belleza natural impresionante que podemos observar si decidimos hacer una escapada.
Una vez nos adentramos en la ruta hacia Caaveiro, no tardamos en dejar de ver los eucaliptos foráneos que coronan lo más alto de la entrada del cañón. Ceden el sitio a ancianos castaños y abedules y, ante todo, al indiscutible rey de la floresta: el roble. Una frondosa arboleda aderezada en sus partes bajas con amplias extensiones de helechos, musgo y líquenes de todas clases.
Y podemos observar también una fauna diversa que incluye desde conejos a ciervos, jabalíes e incluso lobos. Los lobos habitan en la parte más recóndita, profunda y oriental del bosque: la Sierra del Lobo, lugar en el que no se encuentran caminos de senderismo ni carreteras.
¿Recomendado?
Las Fragas del Eume es un lugar mágico, de enorme belleza, por ello la visita es mucho más que recomendable. Pasar el día aquí puede traer a nuestra cabeza ecos de las leyendas del folklore gallego más enraizadas, como la de la Santa Compaña o las de los duendes (o trasgos) que, se dice, moran en lo más profundo de la espesura.
Las Fragas del Eume dejan siempre una profunda impresión. Este lugar es un magnífico ejemplo de la riqueza natural y paisajística de Galicia. Un lugar que nunca te dejará indiferente.