Béjar, visita obligada en la provincia de Salamanca

Béjar, visita obligada en la provincia de Salamanca
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 07 septiembre, 2016

Béjar lo tiene todo: un palacio, murallas medievales, leyendas, museos, un laberinto de calles y un entorno natural fantástico. Por todo ello, si se está de viaje por la provincia de Salamanca, la visita a Béjar se convierte en una obligación de lo más atractiva.

El centro monumental de Béjar

Si tomamos como epicentro de nuestro recorrido la Plaza Mayor, podemos contemplar en muy poco espacio algunos de los edificios más impresionantes que atesora el patrimonio de Béjar. En la misma plaza se halla el edificio renacentista del siglo XVI que es el Ayuntamiento, una construcción que en otros tiempos también sirvió de cárcel y de alhóndiga, o sea, de almacén de grano para los vecinos.

Palacio Ducal de Béjar
Palacio Ducal – viajes de pqueno / Flickr.com

No obstante en la Plaza Mayor, el monumento más llamativo es el Palacio Ducal. Merece la pena descubrir el interior de este palacio con su patio y sus arquerías.

Y, además, junto al Palacio Ducal se hallan dos de las principales iglesias de la ciudad. Una del siglo XII levantada con el nombre del Salvador, y donde destaca su púlpito de aires del Renacimiento. Y la otra es la de Santa María la Mayor, construida en el siglo XIII, a caballo del arte románico y el primer gótico.

Iglesia de el Salvador en Béjar
Iglesia de El Salvador – S. Hoya / Flickr.com

Más iglesias y museos en Béjar

Como ocurre en muchas de las ciudades históricas de Castilla y León, en sus núcleos antiguos no faltan las iglesias. Y eso se comprueba rápidamente en Béjar. Aunque en este caso, es interesante ver como algunos de estos templos se han reconvertido en museos. Uno de ellos es la iglesia de Santiago, que alberga el Museo Sacro.

Iglesia de Santiago en Béjar
Iglesia de Santiago – Basotxerri / commons.wikimedia.org

Y bien distinto es el caso de la antigua iglesia de San Gil, en la plaza de la Piedad, donde todavía se ve su atractiva fachada y su elevado campanario, pero su interior hoy es el Museo Mateo Hernández. Un peculiar escultor especializado sobre todo en la representación de figuras de animales.

“Vayas a donde vayas, se convierte de alguna forma en parte de ti.”

-Anita Desai-

Las murallas de Béjar

Una de las estampas más fotografiadas de esta localidad salmantina es su perfil desde la lejanía y situada sobre un peñasco con todo el casco histórico rodeado de murallas.

Muralla de Béjar
Muralla de Béjar – Oscar Garriga Estrada

Pues bien, esa foto se hace imprescindible durante un viaje a Béjar, pero se pueden sacar muchas otras imágenes atractivas desde las propias murallas, para contemplar el conjunto de la ciudad y su entorno de la Sierra de Francia, especialmente desde el mirador del Buen Duque.

La ruta de las fábricas textiles

Ruta de las Fábricas en Béjar
Ruta de las Fábricas – Frayle / Flickr.com

Una propuesta turística distinta y muy particular de Béjar es recorrer la ruta de las fábricas textiles. Un camino que discurre a orillas del río Cuerpo del Hombre y que ofrece un paseo entre la naturaleza, descubriendo puentes históricos y los restos de fábricas cuya energía era saber explotar ingeniosamente la fuerza de las aguas de este río de nombre tan sugerente.

En los alrededores de Béjar

Esta propuesta de paseo fluvial es una de las más interesantes que nos ofrece Béjar, pero no la única. También hay que visitar El Castañar, a unos dos kilómetros del núcleo urbano. Allí, además de la vegetación serrana, llama la atención una de las plazas de toros más antiguas de España, conocida como La Ancianita y construida íntegramente en piedra. Y junto a ella está el santuario de la Virgen del Castañar.

Jardín del Bosque en Béjar
Jardín del Bosque – S. Hoya / commons.wikimedia.org

Y otra visita imperdible durante esta excursión es acercarse hasta el cercano jardín renacentista de El Bosque, levantado en el siglo XVI por los duques bejaranos, que concibieron aquí un espacio plagado de fuentes, esculturas, arboledas y parterres de lo más encantadores.