8 bellos pueblos de España entre montañas
En España se pueden recorrer los caminos y senderos de varias cordilleras y de muchas montañas. Unos recorridos que nos llevarán a conocer paisajes naturales únicos, cuya hermosura cambia con cada estación del año. Y en paisajes inmutables desde hace siglos descubrimos algunos de los más bellos pueblos de España. Auténticas sorpresas para el viajero. ¿Cuáles? Aquí te presentamos algunas de estas increíbles poblaciones.
Pueblos de España al abrigo de montañas
1. Albarracín en Teruel
En cualquier listado de los pueblos más bellos de España tiene que aparecer Albarracín. Y también cuando se trata de localidades entre montañas, ya que esta histórica población, donde se puede respirar la Edad Media, se encuentra en el corazón del Sistema Ibérico de la provincia de Teruel.
Construida en una hoz del río Guadalaviar, sus empinadas calles, su castillo y su catedral te harán retroceder en el tiempo. Y es que, a lo largo de los siglos, se han asentado en estas tierras distintos pueblos y civilizaciones.
2. Frías en Burgos
Seguimos en un territorio frío como es la provincia de Burgos y, para que no haya error, hasta el topónimo de Frías nos indica su duro clima. No solo aguanta las bajas temperaturas, sino que este precioso pueblo resiste en equilibrio sobre la roca agreste.
Y en Frías también se respira un ambiente medieval. La suya es una preciosa estampa coronada por el castillo de los Velasco y la iglesia de San Vicente.
3. Guadalest en Alicante
Si hablamos de lugares turísticos en Alicante, tal vez únicamente nos vengan a la cabeza las poblaciones de su litoral y sus playas, pero hay mucho más. Y muestra de ello es esta población de Guadalest, situada en la comarca de Marina Baixa. La visita a su casco urbano y a su entorno será una gran sorpresa y un enorme placer.
Situado en un peñasco, sus casas se encaraman a la roca. Destaca su encantador barrio medieval, protegido por una muralla.
4. Zahara de la Sierra en Cádiz
Algo parecido podemos decir del turismo en tierras gaditanas, y más si nombramos Zahara, que nos recordará a la de los Atunes, a orillas del Atlántico. Pues bien, también está Zahara de la Sierra. Una población con la característica arquitectura encalada en blanco de Andalucía y que toda ella parece quedar protegida por sus murallas y un valeroso castillo en lo alto.
Es uno de los pueblos de España más bonitos, por su trazado urbano y por su situación, en el corazón de la Sierra de Grazalema.
5. Patones de Arriba en Madrid
Si uno está en la capital de España y desea salir de la gran ciudad, una idea excelente es tomar el coche y llegar hasta Patones de Arriba. Una localidad con la arquitectura serrana que, a diferencia de la cal andaluza, aquí está dominada por los tonos oscuros y negros de su piedra pizarra, trabajada excelentemente en la zona desde antaño.
6. Piornedo en Lugo
El núcleo de Piornedo es uno de los más hermosos de la zona de Los Ancares, en la provincia de Lugo. Aquí, entre montañas, la vida nunca fue fácil y las construcciones tenían que ser las mejores para adaptarse al terreno y al clima.
Por eso las casas típicas en Piornedo son las pallozas, de forma redondeada y tejados de paja. En ellas vivían las familias y sus animales para darles calor.
7. Castelfollit de la Roca en Girona
Esta población en el Pirineo catalán no tiene un gran tamaño. La razón es que está situada sobre una gigantesca roca de basalto que genera un enorme precipicio. De hecho, parece mentira que aquí se decidieran a construir nada.
Pero esa dificultad del terreno también era su defensa, y de ahí la existencia de Castelfollit de la Roca. Nada como dejarse llevar por sus callejuelas. Con toda seguridad acabarás a los pies de la iglesia de Sant Salvador, donde hay un mirador desde el que disfrutar de unas vistas increíbles.
8. Alcalá del Júcar en Albacete
Y vamos a acabar nuestro recorrido por los pueblos de España con aires serranos en una preciosa localidad de Castilla-La Mancha, en la provincia de Albacete. Como nos indica su nombre, por aquí pasa el río Júcar, pero lo hace atravesando un agreste cañón, y precisamente en su parte más alta se encuentra la población.
Un núcleo habitado desde hace siglos, ya que todavía permanece en pie un castillo de origen almohade. También hay que detenerse ante la parroquia de San Andrés y cruzar su característico puente.