5 rutas en coche por Mallorca
Es previsible que el turista que viaje a cualquier isla alquile un coche para desplazarse, y más aun en islas de cierto tamaño y con tantos atractivos como Mallorca. La mayor de las islas Baleares ofrece diferentes rutas en coche para hacer en el día o a lo largo de una mañana. Como decimos, hay muchas para realizar y ninguna cerrada, ya que se pueden ir combinando. No obstante, aquí van las que son nuestras favoritas.
Las mejores rutas en coche por Mallorca
1. Ruta por la Sierra de Tramuntana
Por llevar la contraria a la inmensa mayoría de viajeros que llegan a Mallorca, en primer lugar os vamos a proponer un recorrido por el interior de la isla, el territorio más olvidado por sus visitantes.
Os invitamos a seguir un recorrido entre las poblaciones de Pina, Sencelles, Costix, Llubi o María de la Salut, todas ellas atractivas y que descubren una Mallorca inesperada.
Siguiendo por esas carreteras de interior luego quedan al alcance localidades como Petra, Ariany o Montuiri, para finalmente desembocar en la ciudad de Manacor y desde allí emprender el regreso por buena carretera hasta Palma o nuestra zona de alojamiento.
2. Ruta por el extremo oeste de Mallorca
Otro recorrido en coche realmente sorprendente y no demasiado conocido. Una buena opción para aquellos que os alojéis en la zona de Andratx, uno de los focos turísticos mallorquines, ya que se trata de un itinerario relativamente corto, pero precioso por el litoral oriental.
Hay lugares que te dejarán boquiabierto como el mirador llamado de Ricardo Roca, el punto ideal para ver y fotografiar la cercana isla de Dragonera y el perfil de la sierra de Tramuntana.
Desde ahí quedan muy cerca dos de los lugares más atractivos de toda la isla, las poblaciones de Estellencs y Banyalbufar, donde el tiempo se ha detenido. En ambos, si el calor aprieta, podemos acercarnos a sus calas a darnos un chapuzón en un Mediterráneo impoluto.
3. Ruta hasta el cabo de Formentor
Si las otras dos rutas no son excesivamente transitadas, esta lo es mucho más, lo cual no le resta ni un ápice de atractivo, y de alguna forma es imprescindible para todo aquel que visite Mallorca y además le guste conducir. El punto de inicio es la playa de Formentor, un buen lugar para pasar unas horas de absoluto relax.
En cambio, luego os proponemos retornar al volante y emprender este camino hecho para disfrutar con el paisaje increíble que nos lleva hasta el cabo de Formentor, en el extremo norte de Mallorca.
Nos espera allí un faro elevado a casi 200 metros sobre el mar. Un mar de aguas absolutamente cristalinas que acarician una costa de acantilados. Impresionante. Tras eso ya solo nos queda volver a irnos a la playa, o aún mejor a las cercanas calas de Murta, Engosalba o Figuera.
4. Ruta a Deià y a Sa Foradada
En esta propuesta se trata de hacer unos cuantos kilómetros por carretera, pero además un breve paseo que tendrá una recompensa absolutamente alucinante. O sea, se puede hacer un viaje muy cómodo hasta Deià donde destaca el histórico de Son Marroig, una señorial construcción rodeada por unos espectaculares jardines, donde se abre un mirador fantástico para ver la costa.
En esa costa se encuentran varias calas, entre ellas Sa Foradada, donde os proponemos hacer una excursión caminando. Una vez lleguéis allí y os zambulláis en esas aguas tan transparentes rodeados por un agreste paisaje, comprenderéis porque Deià ha sido tradicionalmente un magnífico refugio para escritores, pintores y artistas de cualquier rincón del planeta.
“Si te gusta el paraíso, Mallorca es el paraíso”
-Gertrude Stein-
5. Ruta del vino
¿Sabías que Mallorca tiene unos vinos con la Denominación de Origen de Binissalem? Pues sí. En la zona del Raiguer se encuentra el cultivo de las viñas, y en las proximidades de las poblaciones de Binissalem, Consell o Santa Maria del Cami se hallan las diferentes bodegas donde se elaboran estos caldos.
Este paisaje se despliega a los pies de la sierra y esa combinación de montaña y mar hace que estos vinos tengan su característico sabor. En esta ruta podremos comprar alguna que otra botella, ya que si vamos a conducir está claro que aunque entremos a las bodegas y nos inviten a una degustación habrá que desecharla. Pero comprar sí, y de paso ver lugares tan atractivos como los paisajes del Llogaret de Binigual.