Guía para visitar la Mezquita-Catedral de Córdoba
Visitamos el monumento más importante de la arquitectura andalusí junto a la Alhambra de Granada. Una construcción magnífica considerada Bien de Interés Cultural, y no es para menos, dada su importancia estructural. A continuación, te ofrecemos toda la información que debes conocer para visitar la Mezquita-Catedral de Córdoba. ¿Te animas?
Conoce brevemente su historia
El edificio empezó a construirse como mezquita en el año 785. Para ello se reutilizaron los materiales de la basílica hispanorromana de San Vicente Mártir, compartida por cristianos y musulmanes durante un tiempo, hasta que Abderraman I la adquirió por completo. Y aunque fue derribada, aún se conservan algunos elementos constructivos.
El resultado fue un templo primitivo formado por once naves longitudinales en dirección norte-sur y orientadas hacia el río Guadalquivir. Como novedad, destacó el uso de los arcos de herradura procedentes del arte visigodo y que el islam acabó adoptando como propio y símbolo de su arquitectura.
A Abderraman I le sucedió su hijo Hixem I. Él levantó el primer alminar de la mezquita, aunque también se encargó de construir las galerías del patio para la oración de las mujeres y de erigir la primera pila de abluciones. Así quedó configurada la primera mezquita de Córdoba, que sufrió diversas modificaciones hasta llegar a su estado actual.
En 1238, tras la Reconquista de Córdoba, la mezquita se consagró como catedral de la diócesis con la ordenación de su primer obispo, Lope de Fitero. Sin embargo, hubo que esperar unos años, más concretamente hasta 1523, para que se empezara a construir en su interior una basílica cruciforme renacentista de estilo plateresco.
Visitar la Mezquita-Catedral de Córdoba: datos prácticos
Para visitar la Mezquita-Catedral de Córdoba es imprescindible comprar entrada. Su precio es de 10 €, 5 para los menores de 10 a 14 años. Visitar la torre campanario cuesta 2 €. Las entradas se pueden adquirir en la taquilla el mismo día en el que visitemos el monumento.
Eso sí, debemos tener en cuenta el horario de la Mezquita-Catedral. Abre de lunes a sábado de 10:00 a 18:00 y los domingos y festivos religiosos, de 9:00 a 10:30 y de 14:00 a 18:00. De ahí que sea importante conocer las fechas en las que se celebran los cultos religiosos.
Quienes quieran asistir a alguna de las misas, pueden hacerlo los días laborales en el Coro Catedralicio a las 9:30 horas. Mientras que los domingos y festivos la misa es en el Altar Mayor de la Catedral a las 12:00 y a las 13:30. El edificio alberga el cabildo catedralicio de la Diócesis de Córdoba, por lo que está prohibido cualquier culto colectivo no católico.
Por otro lado, al visitar la Mezquita-Catedral de Córdoba se deben cumplir una serie de requisitos, que, aunque no sean muchos, son importantes. Estos son guardar silencio, lo cual no siempre se consigue; no llevar con nosotros mochilas o bolsas grandes; hacer fotografías sin utilizar trípode o no comer ni beber.
En el caso de que queramos que un guía nos vaya explicando los entresijos del monumento, la tarifa ronda los 40 €, pero también visitaremos el Alcázar de los Reyes Cristianos, la famosa judería y la Sinagoga de Córdoba.
Detalles arquitectónicos de la Mezquita-Catedral de Córdoba
Ya en el interior, podremos admirar la estructura de la mezquita, que consta de dos zonas diferenciadas. Lo primero que veremos será el patio porticado, donde se levanta el alminar. Este fue erigido por Abderramán III y se conserva en el interior del actual campanario cristiano, pues se deterioró a causa de una tormenta y el Cabildo Catedralicio decidió arreglarlo.
La otra zona diferenciada es la sala de oración. Esta se dispone sobre diversas columnas y arcadas bicolores, siendo uno de los espacio más fotografiados del edificio. Asimismo, son cinco las zonas en las que se divide el recinto. Cada una de ellas corresponde a las distintas ampliaciones realizadas.
Respecto a la catedral, esta alberga bóvedas góticas junto con otras protobarrocas y una cúpula renacentista. También destaca el retablo mayor de mármol; los grandiosos púlpitos a ambos lados del arco toral, realizados de mármol y caoba; la magistral sillería del coro; y el Tesoro, la colección catedralicia formada por piezas de marfil y plata.