Visitar el templo de Kinkaku-ji: datos prácticos
Cualquier época podríamos decir que es buena para visitar el templo de Kinkaku-ji, aunque siempre mejor que sea en un momento del año con bastante luz solar. El Kinkaku-ji, o Pabellón Dorado, es uno de los templos de mayor fama de Kioto. Sin duda, es una visita obligada para cualquier turista que esté en la ciudad o en las proximidades.
Un templo que merece la pena descubrir
Hablamos de un templo zen que está al norte de la ciudad japonesa. Las paredes exteriores de las dos plantas superiores están cubiertas con pan de oro, de ahí su nombre. El Templo Dorado ciertamente es espectacular, por ello es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1994.
Visitar el templo de Kinkaku-ji es admirar uno de los monumento históricos de la antigua Kioto. Se construyó en 1397 como villa de descanso del shogun Ashikaga Yoshimitsu. Después pasó a ser templo zen para la secta Rinzai en 1408. Desde entonces pasó a funcionar como shariden, un recinto en el que se guardan las reliquias de Buda.
“Si quieres conocer el pasado, mira tu presente, que es el resultado. Si quieres conocer tu futuro mira tu presente, que es la causa.”
-Buda-
Qué ver en el Kinkaku-ji: el estanque
En el momento en el que entramos en el templo como tal podemos ver el estanque denominado “Espejo de agua” (Kyoko-chi). En este estanque observamos muchas islas, piedras y pinos con el inconfundible estilo japonés.
Tiene al fondo el único edificio visible, que es el magnífico Templo Dorado y que se refleja en las aguas del estanque de una manera casi mágica, creando una preciosa estampa.
Primera planta
Según nos aproximamos, es posible ver más detalladamente la belleza de este templo. En su primera planta tiene la decoración japonesa de la época Heian. Allí destacan los pilares de madera y sus paredes blancas, que se diferencian del dorado que tienen las plantas superiores.
Las ventanas suelen abrirse, por lo que, aunque no sea posible entrar dentro, podemos intentar echar un vistazo desde fuera. Si lo hacemos, podremos ver en su interior las estatuas de Shaka Buddha y Yoshimitsu.
Segunda planta
En su segunda planta, que sigue el estilo Bukke tan característico de las residencias de los samuráis, estamos ante un espacio cerrado con la estatua del Bodhisattva Kannon. La rodean los Cuatro Reyes Celestiales. También las paredes sorprenden al estar recubiertas en pan de oro.
Tercera planta
La tercera planta tiene estilo zen chino. En su interior es posible encontrarse con una triada de Budas y 25 figuritas Bodhisattvas. En lo alto hay una estatua del fénix chino con tono dorado.
Qué más visitar en el templo de Kinkaku-ji
Una vez nos hemos acercado a este templo desde su estanque, podemos pasar por la que fuera la residencia del monje principal en la antigüedad. En la parte de detrás del templo es posible acercarse a los jardines, que desde el siglo XIV tienen el mismo diseño.
Visitar la casa de té Sekkatei, que es de la época de Edo, también es posible. En la zona exterior el templo hay donde es posible comprar recuerdos y pasar por un pequeño jardín de té donde puedes degustar una taza de té verde. Y en el salón Fudo se puede ver la estatua de Fudo Myoo, protector del budismo.
Algo que debes saber es que este templo fue incendiado varias veces, y lo que ves ahora es una reconstrucción de 1955.
Visitar el templo de Kinkaku-ji: datos de interés
Si quieres visitar el templo de Kinkaku-ji debes saber que abre todos los días de 9 de la mañana a 5 de la tarde. La entrada cuesta 400 yenes, que al cambio son unos 3 euros.
¿Cómo llegar?
Se puede desde la estación de Kioto, desde donde se tarda del orden de 40 minutos en llegar al templo. Pero lo mejor es coger el autobús 101 o 205 hasta la parada Kinkakuji-mae.
Merece la pena visitar el templo de Kinkaku-ji, por su belleza, por su gran historia y por su significado religioso. Desde luego, debes hacerlo si te encuentras en Kioto. Y si estás en otra ciudad japonesa, siempre puedes plantearte hacer una excursión para descubrir este templo y otras joyas que guarda la antigua capital de Japón.