Una visita al imponente Palacio Real de Caserta

La región de Campania tiene muchos atractivos que ofrecer. Pero pocos con el boato y elegancia que muestra el gran Palacio Real de Caserta.

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 28 enero, 2021

El Palacio Real de Caserta es una de esas maravillosas joyas arquitectónicas repartidas por las regiones italianas. En este caso, se encuentra en su zona sur, donde en el siglo XVIII se construyeron esta residencia real y unos extraordinarios jardines que hoy en día están considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Si viajas por la región italiana de Campania, no te los pierdas.

Caserta, al norte de Nápoles

Tal y como acabamos de decir, el Palacio Real de Caserta se encuentra en la región de Campania. Esta es una zona famosa por la ciudad de Nápoles, las ruinas de Pompeya y la imponente presencia del volcán Vesubio junto al mar Mediterráneo.

De hecho, al igual que se suele aprovechar un viaje a Nápoles para acercarse hasta la famosa ciudad de Pompeya por la actividad del Vesubio, también os recomendamos hacer una escapada hasta el Palacio Real de Caserta. Basta con tomar un tren en la estación central napolitana, los hay con alta frecuencia, y en apenas 45 minutos habréis llegado a esta joya artística.

El Palacio Real de Caserta y Carlos III

Esta construcción inmediatamente nos recuerda a los grandes palacios barrocos, con el ejemplo más famoso de Versalles en Francia. Todos los historiadores del arte se ponen de acuerdo en esa comparación, ya que la fastuosidad y suntuosidad del Palacio Real de Caserta representa una de las obras cumbres del arte del siglo XVIII.

Es cierto que es una obra esencialmente barroca, aunque su impulsor fue el rey Carlos VII de Borbón, rey de Nápoles. Un monarca que residió mucho tiempo en sus tierras italianas antes de establecerse en España, donde siendo ya Carlos III iba a promover las ideas de la Ilustración y obras tan representativas de ese momento histórico, como la famosa Puerta de Alcalá.

El arquitecto Vanvitelli

Carlos III le encargó el proyecto del Palacio Real de Caserta al arquitecto Luigi Vanvitelli. Sin duda, esta iba a ser su gran obra. Hablamos de una construcción monumental que se extiende a lo largo de más de 40 000 m² en 5 alturas distintas y un sinfín de estancias, hasta 1200.

Y por si fuera poco, dentro del conjunto también se integran los Jardines de la Reggia de Caserta. Son unos de los jardines más hermosos de Italia. Y eso es mucho decir, teniendo en cuenta que en ese país hay lugares como los jardines de Boboli en Florencia o los de Bomarzo.

El exterior del Palacio Real de Caserta

Contemplar la vista externa del Palacio Real de Caserta ya es imponente. Ante nosotros se levanta una fachada que alcanza los 36 metros de altura y por la que se abren más de un centenar de ventanas.

La visita al interior

Y si el exterior es fastuoso, el interior no lo es menos. Cuando nos adentramos en sus salones y escalinatas internas, ya nos quedamos boquiabiertos desde el vestíbulo, donde nos recibe la descomunal Scala Reggia.

Todo, absolutamente todo, es de una opulencia superlativa. Abundan los cuadros, esculturas, relieves, estucos, suelos decorativos, pinturas murales y mobiliario de época. ¡Impresionante! Al fin y al cabo, era una residencia de reyes, y ahí todo es pomposidad, como ocurre en el Palacio Real de Madrid, donde también vivió Carlos III.

Nos esperan escalinatas marmóreas imponentes o estancias con el mayor de los boatos, como la Sala del Trono, la de Astrea o la sala de Marte, además de la Capilla Palatina. Incluso dentro del Palacio Real de Caserta había un teatro y una grandiosa biblioteca.

Los jardines de la Reggia de Caserta

Si la visita por el interior del Palacio Real de Caserta destila distinción se mire donde se mire, esas mismas sensaciones luego se alargan al recorrer los jardines anexos, una auténtica maravilla.

El diseño también lo hizo el mismo Luigi Vanvitelli, que creó todo un derroche de paisajismo con la configuración de un verdadero escenario que funde cascadas, canales fuentes, parterres de césped, composiciones florales y arboledas. Un jardín esplendoroso que es una de las cimas del arte barroco italiano.