El viaje del héroe: literatura viajera para la cuarentena
El viaje del héroe, también conocido como ‘mito único’, corresponde a la estructura de un relato épico diseñada por Joseph Campbell. Dicho modelo fue publicado en el libro El héroe de las mil caras en 1949.
Campbell observa que en el relato del mito se repite una secuencia de hechos que hacen que el resultado sea impactante. También nota que este esquema se reproduce en distintas culturas de todo el mundo.
En el viaje del héroe siempre existe un protagonista que debe superar múltiples obstáculos para alcanzar un objetivo. Para ello, cuenta con la ayuda de dioses, maestros o seres sobrenaturales que interactúan en contextos fantásticos.
Al final sale victorioso y más evolucionado. Ahora comprende muchas cosas que antes no ocupaban su atención. Así que ‘regresa a la vida’ para compartir su experiencia con otros y ayudar a sus semejantes.
El modelo del viaje del héroe
El viaje del héroe es observable tanto en mitos, como en religiones y todo tipo de manifestaciones artísticas. Algunos de los ejemplos más significativos se encuentran en las historias de Moisés, Cristo o Gautama Buda. Pero también se observa en películas como La guerra de las galaxias, Matrix o El señor de los anillos.
El modelo de Campbell abarca 17 etapas o momentos del relato para que funcione. Sin embargo, en la mayoría de casos se reducen a ocho, o incluso menos. No existe un riguroso orden preestablecido, por lo que se puede modificar según los intereses del creador.
Probablemente, en los campos en que más se refleja el viaje del héroe sea en los de la literatura y el del cine. Aun así, el modelo constituye solo una guía, la parte difícil está en el nivel de creatividad que se puede lograr siguiendo este esquema.
El viaje del héroe, un espacio de controversia
Aunque el esquema tiene seguidores, también genera controversias y detractores. Algunos de ellos cuestionan su validez en función de su utilidad en términos de herramienta para una investigación crítica. Mientras, para otros el viaje del héroe resulta ambiguo en la interpretación épica y tiene un claro sesgo masculino.
Adicionalmente, estudiosos del tema observan en las categorías propuestas por Campbell una ausencia de sentido que no cuenta con un asidero académico. Finalmente, se dice que lo propuesto por Campbell solo refleja algunas similitudes culturales muy simplificadas y sin nada de profundidad.
El inicio
Todo empieza con una escena cotidiana en donde observamos a nuestro héroe en su día a día y en su contexto. De pronto, algo imprevisto sucede y es llamado para asumir un desafío arriesgado, algo con lo que no está familiarizado. Aquí es donde empieza la historia.
Es frecuente que el protagonista rechace la oferta con indiferencia o aduciendo un sinfín de razones que se lo impiden. Sin embargo, al final cede y entra en contacto con un ser sobrenatural o un maestro que le entrega un objeto o poder para su protección.
Las pruebas
Dicha protección genera un estado de confianza para iniciar la travesía y enfrentar el cruce del umbral que lo aguarda. Deja el mundo de lo que conoce atrás e ingresa en otro donde todo es desconocido y lleno de peligros.
En este punto, nuestro protagonista sufre una metamorfosis interna: fija la atención en su interior y experimenta un nuevo nivel de conciencia. Esta etapa está caracterizada por pruebas a las que se debe someterse. Unas las superará, y otras no.
El encuentro con el maestro
Tras haber superado todas las pruebas tiene un encuentro con la diosa o ser supremo, por quien experimenta un amor sin límites. Ahora deberá enfrentar sus demonios internos y decidir si quedarse allí o regresar al mundo de donde vino y cumplir su objetivo.
Aquí, nuestro personaje debe enfrentar el poder más valioso de su existencia, por lo general, representado como un tránsito entre la vida y la muerte. Dicho de otro modo, consiste en abandonar los apegos y el ego del ser.
La prueba y el don supremos
Todo lo anterior obliga necesariamente a observar el mundo más allá del temor y aceptarlo tal como es para poder avanzar, para poder evolucionar. Solo así es posible encontrar la compasión, la plenitud y la paz. Todo se suma como un estado previo necesario para el regreso.
Esta nueva condición le otorga al héroe un don especial y un reconocimiento por parte del poder divino a su esfuerzo. El héroe no busca convertirse en un dios, sino obtener de él o ellos su gracia, su iluminación.
El regreso o la resurrección
Así como nuestro héroe rehusaba iniciar la aventura, ahora que experimenta la felicidad plena rehúsa volver a un mundo corriente para compartir el don adquirido. En otros casos, el héroe debe huir con el don a costa de la prohibición de los dioses. A esta etapa se la suele denominar el vuelo mágico.
Este implica asumir nuevos retos, y aparecerán personajes salvadores que lo ayudaran en el trayecto de regreso a la vida. Por fin, el protagonista regresa con el don de la sabiduría en su haber y dispuesto a compartirla con la humanidad, pero debe sobrevivir al choque que tendrá con el mundo.
La recompensa
Cuando lo consigue, se convierte en un guía entre los dos mundos, ahora puede sentirse a gusto en cualquiera de los dos estados. En este punto es un maestro que cuenta con la libertad de viajar de un mundo a otro sin contaminarlos.
Ahora no siente temor por la muerte, no le preocupa el futuro y no se ancla en el pasado, solo sabe vivir el presente con absoluta libertad. En este punto cabe una pregunta: ¿alguna de las travesías que has llevado a cabo se parece al viaje del héroe?