Qué ver en la preciosa isla de la Cité de París
Abrazada por el río Sena, la isla de la Cité, es el centro histórico de París. Es un lugar de gran belleza arquitectónica, donde es posible rememorar el París antiguo. Fue aquí donde se asentó la tribu celta de los Parisii, tres siglos antes de Cristo. Hoy en día guarda rincones imprescindibles en una visita por la capital de Francia.
Un poco de historia
La tribu celta de los Parisii se estableció en esta isla para fundar la ciudad de Lutecia. Conforme fue creciendo y prosperando, se convirtió en la capital del reino en el 506, adquiriendo el nombre de Cité.
Tras convertirse en una ciudad fortificada, tuvo que soportar los constantes ataques de las tropas normandas. Ya en la Edad Media se convirtió en un importante centro político, cultural y espiritual de Francia.
Actualmente, la isla de la Cité es una de las zonas más agradables de París y guarda algunas de las principales atracciones. Además, cuenta con bellos edificios históricos, agradables calles y plazas y hermosos lugares, como el mercado de las flores de la Place Louis Lépine.
“Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará vayas donde vayas, todo el resto de tu vida.”
– Ernest Hemingway –
Qué ver en la isla de la Cité
1. Catedral de Notre Dame
Sin duda, uno de los atractivos más grandes de París. Se encuentra a orillas del río Sena, al este de la isla de la Cité y fue construida entre los siglos XII y XIV, en el lugar de una antigua catedral del siglo X.
De estilo gótico y con un interior impresionante, esta catedral cuenta con un techo abovedado apoyado en magníficos arcos y que se alza a casi diez metros de altura. Su pórtico representa el día del juicio final con las estatuas de los apóstoles y de la Virgen María.
Tres de sus más bellas características son el rosetón que corona la estatua de la Virgen en la fachada oeste; el rosetón del crucero, orientado al sur, y la obra de carpintería del coro. Vale la pena admirar la belleza de esta bella iglesia católica.
2. La Sainte Chapelle
La Sainte Chapelle es una iglesia que tiene forma de gran relicario y es una de las obras maestras más importantes de la arquitectura en el mundo. Fue construida en 1230 por orden del rey Luis IX para albergar sus tesoros religiosos como la corona de espinas de Cristo y una porción de la cruz. Estos tesoros se encuentra actualmente en la catedral de Notre Dame.
3. La Conciergerie
La Conciergerie es un importante edificio que fue construido a principios del siglo XIV. Su nombre se refiere a la vivienda del “conserje” o vigilante de la prisión y actualmente alberga al Palacio de Justicia. Cuenta con un estilo gótico y en sus orígenes fue un palacio real y sede de la monarquía francesa entre los siglos X y XIV.
Fue la primera prisión de París, en 1391. Llegó a contar con casi con 3.000 condenados que eran llevados a la Plaza de la Concordia para ser guillotinados. Entre los prisioneros más famosos se encontraban María Antonieta, Danton y Charlotte Corday, quien fue acusada de apuñalar a Marat mientras se bañaba.
4. Los puentes
La isla de la Cité está comunicada con el resto de París por 8 puentes: el Pont Saint Michel; el Petit Pont; el Pont au Double, llamado así por el peaje que debía pagarse para atraversarlo; el Pont de l’Archevêché que comunican con la Rive Gauche; el Pont au Change; el Pont Notre Dame y el Pont Arcole que unen con la orilla izquierda, y el Pont Neuf, el más antiguo de la ciudad que une ambas orillas atravesándola por su parte oeste.
5. El Mercado de las Flores
Este bello mercado que se originó en 1808 funciona en la plaza Louis Lépine. Es el único lugar de este tipo que queda en la ciudad. En él se consigue todo lo necesario arreglar tu jardín o terraza: semillas, macetas, tiestos, herramientas de jardinería, objetos de decoración, lamparitas y, por supuesto, miles de flores de de diferentes tipos y colores.
Por último, no olvides visitar el Memorial des Martyrs de la Déportation, un monumento que conmemora la pérdida de 200.000 franceses, durante el Holocausto. También recorre la Place Dauphine y admira las residencias de lujo entre el Pont-Neuf y el Palais de Justice; tampoco dejes de conocer el kilómetro cero, punto de inicio de las carreteras de Francia y de la historia del país.