Una joya en Valencia: la iglesia de San Nicolás de Bari
Descubrir su mucho y valioso patrimonio histórico y artístico es uno de los principales motivos para emprender un viaje a Valencia. Y entre todos estos tesoros del pasado surge la imponente iglesia de San Nicolás de Bari, ubicada en el corazón de la Ciutat Vella, el distrito antiguo de la ciudad y una zona con variados reclamos monumentales. Sin embargo, esta iglesia destaca sobre el conjunto y se convierte es una visita obligada y de lo más sorprendente, tanto por su arquitectura como sobre todo por las pinturas que decoran su interior.
Orígenes de San Nicolás de Bari
El edificio de esta iglesia de Valencia remonta sus orígenes al siglo XV. No obstante, en este mismo emplazamiento siempre hubo un edificio religioso, incluso en tiempos de los romanos. Ya que cuando estos llegaron a tierras valencianas en este lugar establecieron el centro de su colonia y precisamente aquí construyeron un templo, tal y como nos indican los vestigios arqueológicos hallados.
Aquel edificio posteriormente se transformó en una iglesia paleocristiana, y siglos después, con la conquista musulmana de la ciudad, aquí se erigió una mezquita. Así se mantuvo hasta que Valencia fue reconquista por Jaime I de Aragón en el siglo XIII, momento en el que se consagró al cristianismo.
La arquitectura de San Nicolás de Bari
Hubo que esperar hasta los comienzos del siglo XV, para que aquella iglesia se reconstruyera por completo. Unas obras que se hicieron siguiendo las características del gótico, el mismo estilo que se puede ver en otros muchos de los edificios del casco histórico valenciano, como varios palacios, incluido el de la Generalitat, y sobre todo en la espectacular Lonja valenciana.
“La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia.”
– Aristóteles –
Las pinturas de la iglesia
No obstante, aunque la arquitectura medieval del templo es de lo más interesante, no cabe duda de que su gran valor se halla al comprobar como todo ese recinto religioso se encuentra íntegramente decorado con pinturas murales de enorme calidad. Tanto, que esta iglesia es muchas ocasiones es nombrada como la “Capilla Sixtina valenciana”.
Sin embargo, a diferencia de los famosos frescos renacentistas pintados por Miguel Ángel en el Vaticano, aquí estamos ante un espléndido ejemplo del arte barroco de finales del siglo XVII, en el que se combinan las pinturas con los relieves o los estucos muy ornamentales.
Un grandiosa obra en la que intervinieron distintos artistas, pero especialmente hemos de nombrar a dos. Uno fue Antonio Palomino, que realizó el diseño general y del cual se pueden ver otras obras suyas en diversos templos del centro de Valencia como la Basílica de la Virgen de los Desamparados o la iglesia de los Santos Juanes. Y el segundo personaje a nombrar es su alumno aventajado, Dionis Vidal, quien realizó gran parte de las pinturas durante cuatro años de trabajo.
La visita hoy en día a San Nicolás de Bari
El paso del tiempo fue haciendo estragos en este conjunto pictórico de extraordinaria calidad. Pero afortunadamente, el templo ha sido restaurado en profundidad y hoy en día sus pinturas lucen realmente espectaculares y con un aspecto muy cercano al que pudieron tener originalmente.
Así que si estáis preparando una escapada a Valencia, apuntaros la visita a la iglesia de San Nicolás de Bari en vuestra agenda de viaje. Estamos convencidos de que quedaréis francamente impresionados por su belleza y valor. Eso sí, enteraros antes de la programación de sus misas, ya que las visitas turísticas no pueden entrar durante el horario de culto.