Unas vacaciones en Río de Janeiro, únicas e inolvidables
Río de Janeiro es una de esas ciudades del mundo sobre las que todos tenemos una idea hecha. Pues bien, para comprobar si aquello que pensamos sobre la ciudad carioca es cierto, lo mejor es atreverse a programar un viaje a Río de Janeiro, y ver si es cierto todo lo que hablan de sus playas, su samba y su pasión futbolera.
Las playas de Río de Janeiro
No solo un día de las vacaciones en Río, sino más de uno, lo pasaréis en la playa, aunque solo sea por decir que estuviste en lugares como las míticas Copacabana o Ipanema.
La playa de Copacabana sencillamente es inmensa, y de alguna manera es el gran salón de la ciudad. Aquí siempre hay gente, tomando el sol, haciendo deporte, paseando, divirtiéndose… Y aunque haya que tener cuidado con los amigos de lo ajeno, eso no debe ser obstáculo para disfrutar de la arena de Copacabana. Si el tiempo no acompaña, al menos hay que darse un vuelta por el paseo marítimo de la Avenida Atlántica.
E igualmente es obligado llegar hasta la playa de Ipanema, separada de Copacabana por un fortaleza que hoy alberga el Museo del Ejército. Y no os creáis que con esto habéis acabado con las playas de Río. Todavía hay más, como la de Botafogo, de Leblón, la Vermelha o los larguísimos 18 kilómetros de playa de Barra de Tijuca.
El Cristo de Corcovado y el Pan de Azúcar
Las playas son icono de Río, pero tanto o más lo es el Monte de Corcovado y su descomunal escultura del Cristo Redentor. El mirador clave para contemplar la metrópoli desde las alturas. Uno no puede decir que ha estado en Río de Janeiro si no sube hasta aquí. No en vano, el lugar forma parte del listado de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Y quien sea amante de las alturas, también le invitamos a ascender hasta el Pan de Azúcar, una cima natural que se eleva 400 metros sobre el nivel del océano Atlántico. Hasta aquí se puede subir caminando, pero más cómodo y divertido puede ser tomar el histórico funicular (creado en 1912) que parte de la playa Vermelha y que también tiene parada en la estación de Morro da Urca.
El estadio de Maracaná
Seguimos con los símbolos de Río y de todo Brasil. Ahora le toca el turno al estadio de Maracaná. Posiblemente el campo de fútbol más famoso de todo el mundo. No hay que dudarlo. Si uno es futbolero y hace un viaje a Río, tiene que acudir a Maracaná y pisar su graderío. Algo que recordará cientos de veces a los amigos.
“Cuanto más difícil es la victoria, mayor es la felicidad de ganar.”
– Pelé –
Fiesta en el Sambódromo
El viaje a Río de Janeiro más típico es para las fechas de Carnavales. Es entonces cuando el Sambódromo alcanza todo su esplendor con los incesantes desfiles de carrozas y comparsas bailando constantemente la samba. Durante esos días el Sambódromo está a rebosar y no es fácil entrar.
Por cierto, esta edificación fue proyectada por el arquitecto brasileño más prestigioso, Óscar Niemayer. Y la verdad es que está abierta no solo en Carnaval, sino todo el año para que sea visitable por parte de los viajeros, que con suerte se pueden encontrar con los animados ensayos de las comparsas.
Y es que Río de Janeiro es una ciudad que merece la pena descubrir en la época carnavalera, pero también en otros momentos del año, ya que puede ser una urbe fascinante, por sus playas, sus excursiones, sus gentes o por lugares menos conocidos como su Jardín Botánico, el lago de Rodrigo Feitas o los Arcos de Lapa. Todos ellos gratas sorpresas para el visitante.