Una visita a Bonn, la capital de la antigua Alemania Federal
Cuando a mediados del siglo XX surgieron las dos Alemanias, la Federal y la Democrática, la ciudad de Bonn se convirtió a partir de 1949 en la capital de la República Federal de Alemania. Sin embargo, unos 40 años después, la capitalidad de una Alemania reunificada volvió a Berlín, donde había estado históricamente. Así que Bonn se convirtió de nuevo en una ciudad más del país. Pero no una cualquiera, ya que es un interesante destino turístico por varios motivos, entre ellos porque aquí nació Ludwig va Beethoven.
De turismo en Bonn
Los recuerdos a Beethoven en Bonn
Empecemos por mencionar a su hijo más ilustre, el compositor Beethoven. Viajar a Bonn y no visitar su casa natal sería un sacrilegio. Y si se visita Bonn entre septiembre y octubre se disfrutará de uno de los festivales de música clásica más prestigiosos del mundo y que, por supuesto, lleva el nombre del célebre creador de la Quinta Sinfonía.
En honor del compositor también está el Auditorio o la Beethovendenkmal, que es una gran escultura de bronce del músico. Una obra realizada en bronce por Ernst Hähne y que está en la Münsterplatz desde 1845. Si bien, como curiosidad hay que decir que Beethoven residió aquí hasta sus 22 años y una vez que se fue de Bonn no regresó jamás.
“La arquitectura es una música de piedras; y la música, una arquitectura de sonidos”.
-Ludwig van Beethoven–
Las principales plazas de Bonn
De las dos plazas principales de la ciudad ya hemos nombrado una, la Münsterplatz. La otra es la Markplatz. Esta segunda tiene forma triangular y allí se ha celebrado tradicionalmente el mercado. El conjunto urbano de esta plaza es impresionante con edificios como el antiguo Ayuntamiento del Barroco tardío del siglo XVIII.
Y en cuanto a la Münsterplatz, además de la estatua de Beethoven ya mencionada, también hay que decir que esta plaza se muestra una atractiva obra del artista de vanguardia español Eduardo Chillida. No obstante, lo más grandioso de esta plaza es que aquí se eleva la antiquísima catedral de Bonn. Uno de los templos románicos más hermosos de todo el país.
Pasear a orillas del Rhin
Durante la visita, tarde o temprano se llega a la orillas del río que la baña, el Rhin. Allí sobre todo es obligado dirigirse hacia el muelle. Uniendo ambas orillas fluviales nos encontraremos el puente Kennedy, así como varias infraestructuras culturales muy importantes, como el Auditorio o la Ópera.
Además, está por allí la antigua oficina de aduanas (Alter Zoll), unida a las fortificaciones dieciochescas que en otro tiempo defendieron a la ciudad. Y un poco más allá está el Colegio Albertinum, el cual se levantó sobre las termas romanas de Bonn, ya que esta ciudad fue una fundación romana.
Los palacios de Bonn
Esta es una ciudad muy moderna, pero con lo dicho hasta ahora no se acaba su patrimonio histórico. También hay dos palacios muy interesantes. Uno es el Kurfürstliches Residenz, que actualmente es la Universidad de Bonn, si bien originalmente fue una residencia regia que se comenzó a construir en 1697 un arquitecto italiano y acabó otro arquitecto francés en 1715.
Y otro palacio muy interesante es el de Poppelsdorf, concebido como residencia de recreo de los arzobispos príncipes de Colonia. Esta obra barroca hoy en día también tiene otro uso, ya que sea el Museo de Minerales y Petrología. Aunque quizás lo más atractivo es el Jardín Botánico que rodea este castillo palaciego.
Más atractivos de Bonn
Lo cierto es que Bonn tiene otros muchos reclamos, desde conocer los viejos edificios de la capital federal, como el Bundestag y la llamada Milla de los Museos, hasta la zona de Bad Godesberg, situada al sur y que es una atractiva área termal de lujo.
Pero además de eso, también tenemos que recomendar entrar a las tabernas típicas de la ciudad, donde se puede degustar la contundente gastronomía tradicional. Unos platos en los que nunca falta la carne como es el caso de Ochsenschwanzsuppe (un caldo con rabo de buey), los Sauerkraut (jarretes de cerdo) o Grosse Bohnen mit speck, (habas con tocino).