Un recorrido por la arquitectura en el Antiguo Egipto

Los monumentos del Antiguo Egipto forman uno de los conjuntos artísticos más poderosos y enigmáticos de todos los tiempos. Cualquier amante de la historia y del arte debería hacer un viaje para conocerlos.

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 26 mayo, 2019

Hablar de la arquitectura del Antiguo Egipto, sin duda alguna, nos traslada a los tiempos de los faraones. Fue una época de pirámides, grandiosos templos y jeroglíficos. Una mezcla de historia, leyendas y misterio capaz de embrujar a cualquier viajero.

Lo mejor del Antiguo Egipto

No hace falta conocer mucho de la historia de Egipto ni de conceptos de arte para quedar atrapado por esos monumentos únicos. Basta con contemplar lugares como estos para sentirse maravillado.

Las pirámides, iconos del Antiguo Egipto

En Giza, a las afueras de El Cairo, están los monumentos por excelencia del Antiguo Egipto. Hablamos de las poderosas pirámides de los faraones Keops, Kefrén y Micerinos.

Son grandiosos monumentos de piedra de los que sabemos que fueron colosales tumbas, pero de los que también ignoramos muchas cosas. Para empezar, cómo fueron construidas. Este es uno de los mayores enigmas de la historia de la humanidad.

En definitiva, son unos monumentos que han cautivado a todo aquel que las ha observado desde tiempos inmemoriales. Las pirámides de Giza son, sin duda, la imagen del Antiguo Egipto y también del actual.

Abu Simbel

Si El Cairo y las pirámides están al norte del país, el templo de Abu Simbel se encuentra al sur. Para llegar, hay que remontar el río Nilo en un crucero fluvial o en avión. En cualquier caso, este es uno de los templos más hermosos del Antiguo Egipto.

Curiosamente, no está en el mismo lugar donde lo mandó levantar Ramsés II. Su emplazamiento original quedó inundado por las aguas al construirse la presa de Asuán y el lago Nasser. Por ello, se desmontó y se transportó piedra a piedra a su ubicación actual.

Templo Kom Ombo

El río Nilo es el verdadero nexo de unión del Antiguo Egipto. Es la arteria que regaba de riqueza todo el imperio faraónico y a cuyas orillas se levantaron los templos más increíbles de aquella civilización.

Y entre esos templos, hay que nombrar el de Kom Ombo, para muchos el más bello, dado su emplazamiento a orillas del río. No es el templo más famoso de Egipto, pero todo aquel que lo conoce queda maravillado por su encanto.

Templo de Luxor, el esplendor del Antiguo Egipto

Hoy en día, la capital del país es El Cairo, pero durante el reinado de los faraones en el Antiguo Egipto lo fue Tebas. Allí es donde se levantó este templo, fruto de dos fases de construcción. La primera fue hacia el año 1400 a. C., con el gobierno de Amentohep III. La segunda se realizó en tiempos de Ramsés II, hacia el 1000 a. C.

Templo de Karnak

Karnak está muy cerca del anterior templo de Luxor. De hecho, desde aquí parte la impresionante avenida de las Esfinges, que uniría ambas construcciones. Todo aquí tiene unas dimensiones sobresalientes y el tono sacro propio de los misterios del Antiguo Egipto. Si alguien busca sentir todo el poder sobrecogedor de los faraones, este es el sitio apropiado.

Templo de Deir el-Bahari

También es conocido como templo de Hatshepsut. Así se llamaba una poderosa faraona que tuvo la enorme osadía de levantar este conjunto funerario en el Valle de los Reyes.

Sus descendientes no se lo tomaron demasiado bien y, por eso, borraron gran parte de las inscripciones que la recordaban. Sin embargo, la construcción es imponente y aparece en las crónicas históricas como ‘la maravilla de las maravillas’.

Templo Edfú

Acabamos las propuestas para conocer lo mejor de la arquitectura del Antiguo Egipto en el templo de Edfú, más ‘moderno’ que todos los anteriores, ya que se construyó entre el 237 y el año 57 a. C. Un periodo en el que el país ya estaba muy influido por el dominio griego y, más tarde, por el romano, lo que supuso el final del esplendor de los faraones.

Sin embargo, aún quedaba un episodio mágico de la historia egipcia protagonizada por su última gran reina: Cleopatra, que gobernaba todas sus posesiones desde Alejandría. Pero esa es otra historia de la que quizá os hablemos en otra ocasión.