Tiwanaku: un sitio arqueológico increíble

La ciudad de Tiawanaku, en el Altiplano de Bolivia, es uno de los yacimientos más misteriosos y espectaculares de Sudamérica.
Tiwanaku: un sitio arqueológico increíble
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 21 noviembre, 2019

Ubicado en el Altiplano de Bolivia, el yacimiento arqueológico de la ciudad de Tiwanaku es un lugar apasionante para todos los amantes de la historia y de las culturas ya desaparecidas. Es un lugar hermoso por el paraje donde se encuentra, por los restos antiguos que han aparecido y por los muchos misterios que todavía quedan sin resolver.

Tiwanaku o Tiahuanaco

Con los dos nombres se puede nombrar este lugar de Bolivia. Si bien, hoy vamos a optar especialmente por Tiwanaku, más cercano a la grafía original en el dialecto aimara que todavía se conserva en esta región.

Más allá del nombre, lo realmente importante es descubrir la historia de esta ciudad, que en un momento dado de la historia primero perdió su esplendor y luego desapareció, dejando a su paso más preguntas que respuestas sobre su pasado.

Y, aunque es verdad que han aparecido relevantes restos arqueológicos para que los investigadores puedan hallar las claves históricas, también es cierto que las muchas excavaciones sin control y expolios que ha sufrido hacen que no se tengan todas las piezas para resolver el puzle. Vamos a intentar comprender algunas claves.

Dónde está Tiwanaku

Friso en Tiwanaku

El primer dato de interés para visitar Tiwanaku es que, como casi todo en territorio boliviano, está a una altitud muy considerable, ni más ni menos que 3825 metros. Por ello, antes de emprender este viaje hay que tomar todas las precauciones posibles para evitar sufrir con el mal de altura.

El lugar en concreto se integra dentro del departamento de La Paz, la capital boliviana. Y para que tengáis una referencia para buscarlo en el mapa, se halla al sudeste de la región del Titicaca, ese maravilloso lago que comparten Bolivia y Perú.

¿Cuándo se fundó la ciudad?

Los estudiosos de las culturas anteriores a la llegada de Cristóbal Colón a América estiman que la ciudad de Tiwanaku se fundaría en torno al año 400. Y permanecería habitada, en mayor o menor grado, precisamente hasta los tiempos en los que los españoles comenzaron a colonizar el territorio del Altiplano.

Más que una ciudad

Puerta del Sol

Los hallazgos arqueológicos encontrados parecen indicar que Tiwanaku fue algo más que una ciudad. Se trataba de un lugar de cierto aspecto ceremonial, donde los sacerdotes serían la clase gobernante y basaban su poder sobre todo en sus conocimientos. Unos saberes principalmente astronómicos y también matemáticos, lo cual era muy importante para los trabajos agrícolas.

En realidad, en muchos otros yacimientos arqueológicos de Latinomérica, desde el Machu Picchu en los Andes hasta Tikal en Guatemala, se puede apreciar que los pueblos indígenas americanos contaban con importantes conocimientos de los astros. Y eso en Tiwanaku también se puede deducir observando las construcciones más importantes que han llegado hasta nuestros días.

Los monumentos de Tiwanaku

De entre todo lo hallado por los arqueólogos, hay varios elementos a los que merece la pena prestar un poco de atención. Os presentamos lo más relevante de Tiwanaku que ha pasado la barrera del tiempo y ha llegado hasta nuestros días.

Monolito en Tiwanaku

Hay espacios muy curiosos, como un templo subterráneo o la pirámide de Akapana. Mientras, el templo de las Piedras Paradas o Kalasasaya sirve para ver cómo siempre construían teniendo muy en cuenta el movimiento de los astros.

Por esa razón, no nos ha de extrañar que dos de los monumentos de Tiwanaku más emblemáticos sean las puertas del Sol y de la Luna. Ambas están labradas en pesada piedra volcánica, en la que fueron capaces de grabar relieves en honor del dios Viracocha y para representar su particular calendario.

Y para acabar con los elementos más increíbles de este enigmático yacimiento boliviano, hay que hablar de sus impresionantes monolitos. Son unas colosales piedras también volcánicas y durísimas con esquemáticos rostros.

Se trata de obras para las que los investigadores no han encontrado una explicación completamente satisfactoria. Lo que sí que pone a todos de acuerdo es que son tan estupendos como los famosos moáis de Isla de Pascua, en pleno océano Pacífico.

¡Atención amantes de la historia y de las culturas perdidas! ¡Apuntaros el nombre de Tiwanaku y comenzar a preparar un viaje al Altiplano de Bolivia para descubrir sus misterios!