Tayikistán: un destino para los amantes de la naturaleza

Tayikistán es un país poco conocido, pero ofrece la oportunidad de recorrer paisajes únicos y fundirse con su cultura.
Tayikistán: un destino para los amantes de la naturaleza
María Belén Acosta

Escrito y verificado por la especialista en Asia Oriental María Belén Acosta.

Última actualización: 20 febrero, 2020

Tayikistán es uno de los nuevos destinos en auge para los que buscan descubrir y disfrutar de la naturaleza en estado puro. Este país, situado en Asia Central, se encuentra rodeado por las montañas más altas del mundo. Y estos paisajes montañosos conservan un fuerte legado histórico como parte de la famosa Ruta de la Seda.

Destinado sobre todo para aquellos que buscan retos y fundirse con la cultura local, os ofrecemos una selección de las mejores opciones para disfrutar de la visita a Taykistán, uno de los países más inexplorados del planeta.

Dusambé, la capital de Tayikistán

Dusambé, capital de Tayikistán
Dusambé

La capital del país, Dusambé, no era más que una pequeña aldea de pastores hace tan solo 100 años. Pero la ciudad es, desde la inauguración del ferrocarril en 1929, una urbe moderna propia de Asia Central. Es el principal centro industrial de Tayikistán, sobre todo gracias a que cuenta con las mejores fábricas de procesado de seda y algodón.

Además de su fuerte contraste con el resto de poblaciones del país, esta ciudad dispone de todo tipo de servicios y varios museos interesantes. Entre los más destacados se encuentran el Museo Etnográfico, el Museo Nacional o el Museo Gurminj. Este último cuenta con una curiosa colección de instrumentos musicales antiguos.

Sin embargo, aún podemos encontrar recuerdos de su pasado al visitar el bazar de Shah Mansur, también conocido como el bazar verde. Aquí podremos hacernos con productos típicos y probar algunos platos tradicionales de Tayikistán como el kurutob, un plato que hará las delicias de los vegetarianos.

Visitar la región de Pamir

Vista del lago Alaudin
Lago Alaudin

Pamir cuenta con un paisaje que se diferencia del resto del país. Aquí encontraremos altas montañas, gargantas fluviales y pequeñas aldeas con amplias zonas de cultivo.

En las zonas altas, donde recomendamos subir en vehículo propio o realizando trekking, encontraremos el magnifico valle de Pamir. Aquí podremos ver a los pastores conduciendo a los rebaños de los conocidos yaks.

Además, hay que visitar la aldea tradicional de Jizeu. El acceso al pueblo, al que no llega ninguna carretera, es un puente colgante que cruza el río. Aunque no ofrece mucha seguridad, ofrece la dosis de adrenalina que buscan los amantes de la aventura y da como recompensa la oportunidad de conocer una zona apenas conectada con la civilización.

Pamir, que quedó prácticamente abandonada tras la caída de la Unión Soviética, ofrece la opción de realizar un recorrido por su carretera. Es famosa por ser la segunda más alta del mundo, a nada menos que 4000 metros de altitud. Está sin asfaltar, por lo que se recomienda planificar una ruta con un todoterreno para disfrutar de la experiencia y del paisaje.

Explorar la región de Penjikent

Ruinas de Penjikent
Ruinas de Penjikent

Lo más llamativo de Penjikent se encuentra justo a las afueras de su capital. A tan solo un kilómetro encontraremos los restos de la antigua ciudad de Penjiket, conocida como la Pompeya de Asia Central.

Los restos arqueológicos ofrecen a sus visitantes la posibilidad de ver frescos con representaciones de las actividades cotidianas de sus antiguos pobladores. Además, también cuenta con las ruinas del palacio, que conserva en buen estado. No muy lejos, se pueden visitar dos santuarios, centros de peregrinación para muchos tayikos.

Del mismo modo, la región ofrece la posibilidad de realizar una ruta por los montes Fann, ideales para los amantes de la escalada o el trekking. Allí encontraremos varios lagos de aguas de color turquesa, entre los que destaca el lago Islander Kul, que se encuentra a 2195 metros de altitud.

Viajar hasta el valle del Wakhan

Vista del valle de Wakhan
Valle de Wakhan

Se encuentra rodeado por la cordillera del Hindú Kush. Es un rincón único que formó parte de la antigua Ruta de la Seda. Aquí tendremos la oportunidad de visitar santuarios, disfrutar del paisaje típico de Tayakistán y alojarnos junto a los habitantes de las pequeñas aldeas que se encuentran en el valle.

Además de la oportunidad de mezclarnos fácilmente con los habitantes de Wakhan, tampoco debemos perder la oportunidad de subir hasta el fuerte de Yamchun, construido en el siglo XII.

Y no debemos olvidar realizar una visita al manantial de Bibi Fatima, cuyas aguas termales bendicen a la mujeres con un aumento de la fertilidad, según la cultura popular. Por último, y para acabar la visita, podremos ir hasta el pueblo de Langar, que ofrece unas vistas panorámicas espectaculares del valle de Wakhan.