Suiza y el Vaticano, únicos países con banderas cuadradas

Suiza y el Vaticano son hoy países pacíficos, pero no siempre fue así. Eso es algo que se puede descubrir estudiando la historia de sus banderas.
Suiza y el Vaticano, únicos países con banderas cuadradas
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 23 septiembre, 2019

¿Qué tienen en común dos países como Suiza y el Vaticano? Muchas más cosas de las que imaginamos. Y entre ellas, ser los dos únicos estados con una bandera de forma perfectamente cuadrada. ¿Conoces sus banderas? Si no es así, aquí os vamos a hablar de ellas y veréis que es un buen modo de comenzar a conocer la historia y curiosidades de estos dos países.

Diferencias entre Suiza y el Vaticano

A priori, Suiza y el Vaticano no tienen demasiado en común. Uno es un país en el centro de Europa, rodeado de montañas y donde el dios más adorado es el dinero, como se deduce de la gran cantidad de bancos que allí existen.

Mientras, la Ciudad del Vaticano es una diminuta parte en el corazón de Roma, es el país más pequeño del mundo y allí están los máximos órganos de poder de la religión católica. Esas son las diferencias más evidentes, pero tras eso hay elementos que les unen.

Dos banderas cuadradas

Si uno se detiene a mirar en una enciclopedia las banderas de los países del mundo, ve que la inmensa mayoría son de formato rectangular, más anchas que altas. Pero hay tres excepciones. Una de ellas corresponde a Nepal, el país de los trekkings a los pies de las montañas más altas del globo. Su bandera es la más singular de todas, ya que se trata de dos triángulos superpuestos.

Y además de la bandera nepalí, están las de los países que aquí nos ocupan: Suiza y el Vaticano, ambas cuadradas, o sea, igual de altas que de anchas. Eso sí, su parecido se acaba en el formato externo, ya que su interior es muy distinto entre sí.

La bandera de Suiza

Bandera de Suiza

La bandera de Suiza es muy sencilla. Consiste un cuadrado rojo de fondo y sobre él una cruz griega, o sea, de brazos iguales, de color blanco en el centro. Una forma que remonta su orígenes al siglo XIV y que se correspondería con la insignia que se usaba en uno de sus cantones históricos: el de Schwyz.

Hay que recordar que otro nombre para nombrar a Suiza es Confederación Helvética, ya que es la suma de un conjunto de cantones con leyes, costumbres y hasta lenguas diferentes.

La bandera de la Ciudad del Vaticano

Bandera del Vaticano

Esa diversidad dentro del Estado Pontificio es impensable, ya que en su extensión menor al medio kilómetro cuadrado es imposible que haya tales diferencias. Sin embargo, la forma de la bandera si une a Suiza y el Vaticano, ya que también aquí es cuadrada, aunque con un interior un poco más complejo.

Su superficie cuadrada se divide verticalmente en dos partes iguales, una blanca y otra amarilla. La zona blanca sirve como fondo para que se vea mejor el escudo de la Ciudad del Vaticano.

Suiza y el Vaticano: dos países más guerreros de lo que parece

Guardia Suiza en el Vaticano
Miembro de la Guardia Suiza del Vaticano

Suiza es desde el siglo XIX un país neutral, y gran parte de su desarrollo económico y social se ha basado en no haber entrado en conflictos bélicos, pese a que cruentas guerra se ha librado en su entorno, como la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Así que nos puede parecer que siempre ha sido así, un país pacífico, pero sería un error.

Otro elemento curioso que une a Suiza y el Vaticano es que la ‘policía’ que protege desde hace muchísimo tiempo al papa es su guardia suiza. Y, ¿por qué? Porque históricamente de los cantones suizos salieron los mercenarios más aguerridos y valientes, y por eso se pusieron a trabajar para el sumo pontífice y su corte.

Por todo ello, tenemos pensar que hay un carácter guerrero entre los suizos. Un país que, por otra parte siempre defendió con sangre su independencia.

Sigue la paradoja

Y esto nos lleva a otra pregunta, ¿para qué necesitaba el papa una guardia tan feroz? Pues porque los Estados Pontificios hoy son un pequeño país, preocupado sobre todo por asuntos religiosos y de fe, pero no siempre fue así. Siglos atrás tenía muchos dominios más allá de la bella plaza de San Pedro del Vaticano y tenía sus ejércitos que salían a conquista nuevas tierras.

Es decir, que el Vaticano no siempre ha sido un lugar tan espiritual o un gran mecenas del arte. Sin embargo, y por fortuna, hoy cuando viajamos hasta aquí lo que nos maravilla son las increíbles obras de Miguel Ángel o Rafael. Al igual que al viajar a tierras suizas, vemos huellas de su historia con sus duras batallas incluidas, pero lo que más nos impacta son sus espectaculares paisajes alpinos.