El sótano de las golondrinas: ¿cómo se formó?

En la localidad de Aquismón, en San Luís Potosí, existe una sima que ha sido ocupada por unos curiosos inquilinos. Estamos hablando del Sótano de las golondrinas, una cavidad de más de 300 metros de profundidad en caída libre.
El sótano de las golondrinas: ¿cómo se formó?
David Díaz

Escrito y verificado por el historiador David Díaz.

Última actualización: 31 diciembre, 2020

La naturaleza, a lo largo de los años, ha creado lugares que son realmente mágicos. Uno de ellos es el Sótano de las golondrinas, un abismo natural localizado en la sierra Teenek en el estado de San Luís Potosí, México. Esta sima o sótano es, junto el Sótano del barro, la más conocida de México.

El Sótano de las golondrinas tiene una profundidad total de 512 metros, de los cuales 376 son en caída libre. En su interior habita el vencejo de collar blanco (Streptoprocne zonaris), conocido localmente como golondrina.

En las últimas décadas, la sima ha despertado el interés de los turistas más aventureros, pues descender a sus profundidades es una experiencia única. Conozcamos un poco mejor cómo se formó esta sima y sus características.

La formación del Sótano de las golondrinas

El Sótano de las golondrinas es una cueva de origen kárstico —del alemán karst, que significa ‘meseta de piedra caliza’—. Está situada en la Sierra Madre Oriental, cuyo esqueleto está formado por esta roca caliza sedimentaria. Los sótanos o las simas son fenómenos característicos de estos paisajes kársticos.

Estos no son más que cavidades subterráneas, generalmente cilíndricas, cuyo techo colapsó y se derrumbó, lo que dio lugar a un conducto vertical de pendiente pronunciada que da acceso a las entrañas de la tierra.

Los sótanos se originan, generalmente, cuando las aguas de ríos subterráneos dejaron de fluir o infiltrarse a niveles inferiores. Esto elimina la presión que las aguas ejercían sobre el techo de la cueva, que termina por colapsar y derrumbarse.

Esto es precisamente lo que sucedió en el Sótano de las golondrinas. Tras ese proceso, se formó una cavidad cilíndrica de unos 60 metros de diámetro. Esta entrada a las entrañas de la sierra Teenek es una caída libre de 376 metros y tiene forma cónica. Es decir, a medida que descendemos, la cueva se ensancha, hasta llegar en su parte más profunda a los 300 metros de diámetro.

El Sótano de las golondrinas se llama así por las aves que lo habitan.

Una vez en el suelo, podemos observar los restos del techo derrumbado. En uno de los costados de la sima hay una cavidad estrecha que desciende hasta los 512 metros. De este modo, la profundidad total del Sótano de las golondrinas es de más de medio kilómetro.

Aún sin esta estrecha gruta, esta sima es impresionante, pues en ella podríamos introducir la Torre Eiffel o alguno de los rascacielos más imponentes del mundo.

¿Por qué se llama así el Sótano de las golondrinas?

Como te podrás imaginar, el nombre proviene de las aves que en él habitan. Estamos hablando de una especie de vencejo que los locales llaman golondrinas. Podríamos decir que el sótano es la ciudad dormitorio de miles de golondrinas; estas marchan al alba hacia la selva y al anochecer se cobijan en el interior de la sima.

A la hora de la partida y de la vuelta, las golondrinas protagonizan un fascinante espectáculo. En la boca de la sima se reúne una bandada de más de 3000 golondrinas volando en círculo a toda velocidad, esperando su turno para perderse en la selva o en las entrañas de la Tierra.

Las golondrinas comparten esta ciudad dormitorio con otra especie de ave, la quila (Aratinga holochlora), conocida también como el perico verde mexicano o cotorra de cueva. Ambas especies están protegidas por la Sectretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México.

¿Cuándo fue descubierto?

Oficialmente, el Sótano de las golondrinas fue descubierto en el año 1966, cuando un grupo de ornitólogos de la Universidad de Texas realizaban un estudio de las aves de la región. Aunque, como supondrás, la sima ya era conocida desde hacía miles de años por los indígenas Teeneks.

Pasaron 8 años hasta que se organizó la primera expedición de científicos mexicanos. Posteriormente, en el año 1978, el grupo de espeleología de la Universidad Nacional Autónoma de México emprendió el viaje hacia las entrañas de la sima. Por cierto, esa fue la expedición en la que por primera vez una mujer descendió.

Poco a poco, el interés por el sótano dejó de ser meramente científico. Cada vez eran más los aventureros que querían experimentar la sensación de adentrarse en ese mundo cavernario, hasta el punto de que hoy en día es uno de los lugares destacados donde los turistas practican la espeleología.

Las rocas ofrecen un bello paisaje en este lugar de México.

Hay que decir que, a raíz de esta actividad, el equilibrio natural de la sima se ha visto alterado y los expertos ya están detectando una disminución de la población de aves que habitan en el Sótano de las golondrinas.

¡Nos vamos de aventura al Sótano de las golondrinas!

Como apuntábamos, los amantes de los deportes de aventura van a poder gozar de la oportunidad de descender los más de 300 metros del Sótano de las golondrinas. Es una experiencia inolvidable y también muy peligrosa; por eso, antes de adentrarse, los expertos locales hacen dos descensos de prueba en simas menos profundas.

Este es un requerimiento para comprobar la capacidad física y mental de los aventureros. Por ello, antes de desplazarte a la zona, contacta con la caseta de registro para reservar día. Es aconsejable ir en la época seca, pues es más seguro; no obstante, si no deseas descender, en época de lluvias es realmente hermoso ver cómo por las laderas de la sima se forman pequeñas cascadas de agua.