Sintra: todo lo que debes ver en una ciudad inolvidable
La bonita villa portuguesa de Sintra se encuentra enclavada en un hermoso parque natural. Está ubicada muy cerca de la también maravillosa capital de Portugal, Lisboa. Son muchos los lugares que este rincón portugués esconde, y queremos mostrarte algunos. Son tan bellos, que en el año 1995 Sintra fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Sintra, un lugar de leyenda
Hasta Sintra se desplazan todos los días turistas de todo el mundo. Todos deseosos de pasear por este edén lleno de naturaleza, y es que Sintra cuenta con esplendidos jardines. Además, contemplar sus legendarias construcciones, de auténtico cuento, siempre deja con ganas de más.
1. El espectacular Palacio da Pena
Inicialmente, este palacio era un monasterio de frailes. El rey Fernando II lo adquirió y lo convirtió en esta maravillosa construcción. Lo hizo como un espectacular regalo para su esposa, la reina María de Portugal.
Se encuentra situado en una colina desde la cual se puede divisar un maravilloso paisaje. Y ya desde lejos impresiona su gran colorido y su particular estilo. Una construcción que realmente parece de fantasía y de la que resulta casi imposible apartar los ojos.
Y es que en este palacio combinan a la perfección el rojo y el amarillo, a la vez que se percibe una exquisita variedad de estilos. Cuenta con motivos que hacen referencia tanto a temas religiosos como a personajes mitológicos. Ejemplo de ello es el llamado gigante Adamastor, que representa el peligro al que los marineros portugueses se enfrentaban cuando comenzaban alguna andadura en el gran océano.
En el interior, entre otros lugares increíbles, destaca un singular patio. Todo él recubierto de azulejos de color azul y blanco, de estilo árabe.
2. La maravillosa Quinta da Regaleira
Este cautivador y espiritual lugar está lleno de misticismo y de secretos. Fue construido por el arquitecto Luigi Manini, que viajó por todo Portugal y Europa recopilando datos para hacer esta bonita obra. Lo hizo a petición del noble portugués Antonio Carvalho.
Elevándose hacia el cielo se ubica el palacio, con su imponente torreón. Se trata de una obra en la que se combinan elementos románticos, neogóticos, manuelinos y hasta mitológicos.
Pero aquí, sobre todo, se debe dedicar tiempo a pasear por sus fabulosos y enigmáticos jardines. Son una maravilla y están plagados de misterios y enigmas. Las leyendas afirman que en ellos tenían lugar ritos masónicos. De hecho, imágenes relacionadas con ellos están por todos lados.
Caminando por este vergel van apareciendo ante nuestros ojos hermosas fuentes, como la de la Abundancia, o pequeñas construcciones. También túneles y pasadizos secretos. No obstante, lo que más llama la atención de este espacio es su pozo iniciático, que simboliza el infierno de Dante.
3. El precioso Palacio de Monserrate
Aunque este singular palacio no es tan grande como los anteriores, tiene mucho que ofrecer. Se trata de un lugar desconocido para muchos, puesto que se ubica a las afueras de la ciudad.
Fue alzado por el arquitecto James Knowles en el siglo XIX a petición del barón inglés Francis Cook, uno de los británicos más ricos de la época. El palacio destaca por su magnífica torre de forma circular y por sus maravillosas bóvedas.
El interior esta decorado con una ornamentación de claro estilo oriental. La estructura está rodeada por un fantástico jardín con plantas traídas de todos los rincones del planeta. Podemos finalizar el recorrido haciendo una parada en la maravillosa explanada del palacio, donde admirar los saltos de agua y el verdor de este impresionante rincón portugués.
4. Castello dos Mouros
No muy lejos del Palacio da Pena se encuentra el lugar con mas historia de esta fantástica ciudad. Hablamos del castillo dos Mouros. En épocas pasadas fue ocupado por los árabes. Lo eligieron como punto estratégico, pues está situado en un paraje alto. De hecho, es uno de los lugares mas elevados de la sierra que rodea la localidad y tiene unas vista espectaculares.
Más tarde cambió de moradores. Fue ocupado por los cristianos, bajo el mando del primer rey lusitano. Nos referimos a Alfonso I de Portugal. Aunque el castillo no está completo, aún se conservan algunos restos de la muralla, así como cinco torres. Para acceder a estas ruinas se pasa por un arco con forma de herradura.
“Las personas no inician viajes, los viajes inician a las personas.”
-John Steinbeck-
Son cuatro joyas de Sintra. Y aún quedaría una más: el Palacio Nacional, que destaca por sus dos enormes y particulares chimeneas y un interior bellamente decorado con azulejos.