Sepúlveda en Segovia: historia, naturaleza y buena gastronomía
A los pies del Parque Natural de las Hoces del río Duratón está emplazado este hermoso municipio-villa de Castilla y León. Sepúlveda goza de un entorno natural envidiable y se localiza a 55 kilómetros de Segovia capital (y a 119 de Madrid). Con 1300 habitantes, dedicados en su mayoría al turismo y a la gastronomía, tiene todo lo que necesitas para una escapada inolvidable.
Los inicios de Sepúlveda
Ya en el siglo V a.C. había asentamientos celtas en la zona. Más tarde fue conquistado por Tito Didio, cónsul romano, quien fundó una ciudad junto a Duratón. Sepúlveda sería una pequeña aldea cercana con varios santuarios rurales. Luego, con la ocupación visigoda, todo se transformaría en una sola villa que como tal es citada en las crónicas de Alfonso III.
En el año 940 se lleva a cabo una repoblación cristiana en la región del río Duero que, por supuesto incluye a Sepúlveda, y a la que el alcalde musulmán Abubad se niega (sin suerte).
El fuero de la localidad permitió que se desarrollara y prosperara, pero no evitó que se produjeran enfrentamientos españoles-portugueses en sus tierras. Desde ese momento pasó a formar parte de la corona aragonesa. Otro combate que tuvo lugar aquí fue la Acción de Sepúlveda durante la Guerra de la Independencia, donde las fuerzas de España derrotaron a las de Francia.
“Una cosa es continuar la historia y otra repetirla.”
-Jacinto Benavente-
Sepúlveda y su patrimonio
Desde 1951 la localidad goza de la consideración de “Conjunto Histórico-Artístico”. Entre los monumentos y construcciones que no puedes perderte durante tu estancia en Sepúlveda se encuentran:
El castillo y las murallas
Está en el límite de la Plaza Mayor y la villa. La edificación se realizó en tres épocas: árabe durante el siglo X, por la familia González de Sepúlveda en el XVI y barroco (fachada y torreón con campanas) en el XVII. El toque de queda de 33 campanadas aún se sigue tocando para anunciar el cierre de las puertas de la muralla.
Las murallas aún conservan algunas zonas intactas y 3 de sus 7 puertas originales: la del Azogue (lleva al santuario de Nuestra Señora de la Virgen de la Peña), de la Fuerza (camino al parque natural donde se observan los restos de una calzada romana que desemboca en el puente de Picazos) y del Río (en el barrio de San Esteban, junto a la hornacina de la Virgen de las Pucherillas).
Santuario de la Virgen de la Peña
Su construcción data del siglo XII y es de estilo románico, con una galería y la casa del cura. Tiene una sola nave, bóveda de cañón, ábside con columnas, dos puertas de acceso (una de ellas en el muro sur como la tradición árabe) y una torre junto a la nave. Su amplitud llama la atención, así como la cripta.
Iglesia de El Salvador
Es la iglesia más antigua de todo Segovia (año 1093) y uno de los paradigmas románico-castellanos. Cuenta con una sola nave y la torre está separada. Sus muros, con arcadas ciegas sobre columnas y pórtico erigido posteriormente, le dan un toque misterioso e imponente. Allí se lleva a cabo la Misa de Minerva el tercer domingo de cada mes.
Iglesia de San Bartolomé
Es la única “extramuros” que aún se conserva. Data del siglo XI y está formada por dos capillas cubiertas de madera. La escalinata de piedra y su interior con numerosos retablos hacen que la parroquia de Sepúlveda sea bellísima.
Iglesia de los Santos Justo y Pastor
Es del siglo XII y se llega a ella tras la puerta del Azogue (cerca de la antigua plaza del mercado). En la actualidad alberga el Museo de los Fueros, que permite conocer la historia de Sepúlveda, el Patronazgo, el Mecenazgo, la Edad Media, los Fueros y la Comunidad de la Villa.
Iglesia de Santiago
Es de estilo románico y tiene solo una nave rectangular y un ábside mozárabe con ladrillo doble. La cripta subterránea es posiblemente los restos de una capilla primitiva y guarda tumbas del siglo X. En el interior se encuentra la Casa del Parque (centro de interpretación de las Hoces del río Duratón).
Por supuesto no puedes irte de Sepúlveda sin visitar su parque natural de 5.000 hectáreas y con un gran patrimonio natural y cultural (puedes recorrer la ermita de San Frutos, el monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz y la cueva de los Siete altares).
Y, para reponer fuerzas, nada mejor que degustar uno de los deliciosos asados que han dado fama a Sepúlveda. Tu paso por esta villa será imposible de borrar de tu memoria y de tu corazón.