10 secretos de las azafatas que nunca te contarán
Los secretos de las azafatas pueden ser muy valiosos para cualquier viajero. El primero de ellos no es tan secreto, pero sí es algo de lo que muchos viajeros no son conscientes: una vez se cierran las puertas del avión, ellas mandan. Están al servicio de los pasajeros, pero también al mando.
Nunca debes subestimar el papel de las asistentes de vuelo (casi siempre son mujeres). Ellas son fundamentales para que todo salga bien y tengas un trayecto agradable. Tienen un trabajo arduo, que les exige muchos sacrificios personales y largas jornadas laborales, así como una enorme paciencia para tratar con todo tipo de personas.
Son personas que, muchas veces, llevan años volando. Por eso, los secretos de las azafatas son tan valiosos: conocen a la perfección los trucos que nadie más sabe. Así que, simplemente, toma nota de ellos y aplícalos cuando sea el caso.
1. El agua, uno de los secretos de las azafatas
Este es uno de los secretos de las azafatas que ya muchos conocen, pero de los que jamás te hablarán directamente en un vuelo. Es mejor evitar consumir el agua de los aviones. Se almacena en unos depósitos que no siempre se limpian en profundidad ni se vacían del todo.
Además, los tanques se cargan en diferentes partes del mundo en los que no siempre el agua está en las mejores condiciones de potabilidad. De hecho, se han realizado estudios que han puesto de manifiesto la presencia de bacterias en esos tanques.
2. No pidas café, ni té, ni te laves las manos
Lo anterior nos lleva a un segundo punto: no pidas café, ni té durante un vuelo. Ambas bebidas son preparadas con agua del grifo. Es posible que eso pase desapercibido en términos de sabor, pero te expone a ingerir esos microbios que podrían hacerte enfermar.
Y si no te lavas las manos en el baño, mejor, es más aconsejable que lleves tu propio gel antibacteriano o toallitas húmedas para tu propia higiene.
3. La limpieza del avión
Los problemas de higiene en el avión no terminan con el agua. Uno de los secretos de las azafatas, que jamás te dirán en voz alta, es que esos aparatos son sometidos a una limpieza superficial después de cada vuelo. Normalmente, solo tienen unas pocas horas, a veces minutos, para hacerlo.
4. Te observan cuando subes
Tal vez lo has notado, o no, pero las azafatas te miran detalladamente cuando abordas el avión. Si las saludas, sonríes y eres amable con ellas, seguro van atenderte con mayor rapidez y agrado. Esto es obvio: si eres cordial, serán cordiales contigo. Si eres arrogante y antipático, tal vez no lo sean tanto.
5. Sí pueden pasarte a primera clase
No ocurre con frecuencia, pero tampoco es imposible que suceda. Si hay asientos disponibles en primera clase y las puertas del avión ya están cerradas, las azafatas tienen potestad para pasarte a primera clase gratis. Obviamente, debes solicitarlo y solo tienes alguna esperanza de lograrlo si eres suficientemente amable y convincente.
6. Sí puedes pedir más comida
La comida que se sirve en el avión caduca rápidamente. Lo usual es que una vez termine el vuelo tiren a la basura aquello que no se haya consumido. Así que, si todavía tienes apetito, no tengas vergüenza en preguntar si sobró comida y solicitarla. Si está disponible, no tendrán ningún problema en dártela.
7. No son responsables de retrasos ni de otros problemas
Las azafatas no controlan los planes de vuelo, ni definen las políticas de las compañías aéreas. Así que no tiene ningún sentido incomodarlas porque el vuelo no ha salido a tiempo, porque la comida no es apetitosa o porque te parece demasiado caro algún producto. No depende de las azafatas.
8. No puedes llevar tu propio alcohol
Sencillamente está prohibido. Este no es uno de los secretos de las azafatas, sino una de las normas de aeronáutica internacional que muchos desconocen. Una persona no puede comprar su botella de licor, subirla al avión y beberla durante el trayecto. Te pueden poner una multa por hacerlo.
9. Secretos de las azafatas: las propinas
En términos generales, las propinas para las azafatas no son aceptables. Si las ofreces, lo más probable es que las rechacen. Sin embargo, si insistes, es posible que acepten. Es mejor que en lugar de deslizar un billete las recompenses con un pequeño obsequio, lo recibirán con agrado.
10. Lo que más molesta a las azafatas
Las azafatas siempre tratan de ser amables y de sonreír. Sin embargo, hay una cosa que les molesta especialmente: los pasajeros obstinados que quieren pasarse las reglas de seguridad por alto. Simplemente, coopera con ellas. Nada de lo que te piden es por capricho, sino por tu propio bienestar y el de los demás pasajeros.