Una visita a las Casas Colgadas de Cuenca
No hay imagen más carismática de Cuenca que la de sus Casas Colgadas. Unas construcciones que se asoman de forma vertiginosa al barranco del río Huécar. Un barranco que cerca por este flanco todo el núcleo histórico conquense, asentado en un promontorio. Es decir, que por su espectacularidad, historia y belleza no te las puedes perder en tu próximo viaje a Cuenca.
Las últimas casas colgadas de Cuenca
Los documentos históricos nos dicen que antaño hubo en Cuenca muchas más casas colgadas, las cuales recorrían desde las alturas prácticamente toda la hoz del Huécar. Esas casas originalmente se llamaban voladas, ya que no hay más que contemplarlas para pensar que con sus balconadas sobrevuelan el vacío.
Sin embargo, en la actualidad solo se conservan tres de todo aquel conjunto que proporcionaría una estampa esplendorosa de Cuenca. Y esas tres sobreviven gracias a que a principios del pasado siglo XX el ayuntamiento decidió adquirirlas para así salvarlas del derrumbe. Un hecho que, tarde o temprano, se hubiera producido.
Las tres Casas Colgadas
Una de esas construcciones emblemáticas es la conocida como Casa de la Sirena, un lugar cargado de leyenda. Mientras, las otras dos son las llamadas Casas del Rey, y en este caso se encuentran llenas de arte, ya que son la sede del sorprendente Museo de Arte Abstracto Español.
La Casa de la Sirena
¿Cómo en una ciudad como Cuenca, tan lejos del mar, se le puede dar este nombre a una casa? La razón del nombre es una vieja leyenda que nos traslada a la Edad Media, a tiempos de Enrique de Trastámara y su hermanastro, Pedro el Cruel.
Enrique se enamoró perdidamente de una muchacha de Cuenca y la dejó embarazada antes de partir a la guerra. La chica se quedó recluida en esta casa colgada, lugar elegido para dar a luz a su retoño.
Pero el padre perdió la vida en la batalla y, haciendo bueno su sobrenombre, su hermanastro quiso acabar con toda su estirpe. Así que la muchacha atemorizada, decidió lanzarse al vacío antes de que eso ocurriera.
Así que si hacéis un viaje a Cuenca y por la noche oís unos gritos que parecen cantos de sirena, son los lamentos de aquella desdichada. Sus llantos, según la leyenda, todavía se pueden oír.
El Museo de Arte Abstracto Español
Las otras dos Casas Colgadas, las Casas del Rey, se llaman así porque ahí residía el regidor de la ciudad. Y en ellas, el artista Fernando Zóbel consiguió a mediados del siglo XX que se abriera el Museo de Arte Abstracto Español.
Este museo expone obra de este creador y de otras figuras españolas de primera línea como Antonio Saura, Jorge Oteiza, Eduardo Chillida o Antoni Tàpies. Es decir, allí se reúnen algunas de las más insignes firmas del panorama artístico español de las últimas décadas.
“El arte es la filosofía que refleja un pensamiento.”
-Antoni Tàpies-
Así la arquitectura tradicional de las Casas Colgadas se fusiona de una manera increíble con la modernidad de ese arte abstracto. Y además, la visita a este museo de Cuenca permite asomarse a los balcones de las Casas Colgadas.
Allí, si el vértigo nos lo permite, podemos admirar el paisaje, la maestría de quienes construyeron estas casas y el paisaje serrano que rodea a esta bella ciudad de Castilla-La Mancha, considerada Patrimonio de la Humanidad.
El puente de San Pablo
La ruta por las Casas Colgadas de Cuenca no acaba con la visita a las propias edificaciones. Todavía nos queda por ver su estampa más típica. Y para ello desde el centro de la ciudad, en un corto paseo se llega al puente de San Pablo, que se levantó para unir el corazón de la urbe con un convento de ese mismo nombre y que hoy es el Parador de Cuenca.
Pues bien, desde este espectacular puente, que combina hierro y madera, es desde donde mejor se aprecian las Casas Colgadas. Eso sí, tampoco aquí lo pasarán muy bien los que sufran de vértigo, ya que este puente se eleva a 60 metros del suelo del barranco y realmente es espectacular.
Un último consejo para tu viaje a Cuenca
Llegar hasta las Casas Colgadas o hasta el citado puente de San Pablo no tiene pérdida. No obstante, si lo tuyo no es la orientación y sueles preguntar a los lugareños para llegar a los sitios, te damos una recomendación. No te confundas y les preguntes por las “casas colgantes”. Es algo que molesta mucho en Cuenca y ellos reivindican que se diga Casas Colgadas.