La Ruta de la Liberación en Holanda: las huellas de la guerra

La Ruta de la Liberación en Holanda es la mejor opción para que los amanes del turismo bélico recorran diferentes territorios de los Países Bajos.
La Ruta de la Liberación en Holanda: las huellas de la guerra
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 03 octubre, 2019

En Holanda existen diversos monumentos, museos y rincones que recuerdan los tristes acontecimientos que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial. Un país que fue ocupado por las tropas nazis y donde se vivieron batallas y sucesos importantes para el desarrollo del conflicto armado más influyente del siglo XX. Con todo ello, hasta se ha creado al llamada Ruta de la Liberación. De ella hablamos.

El turismo bélico también es posible en Holanda

Casa de Ana Frank
Casa de Ana Frank en Ámsterdm

Los intereses por los que nos movemos los turistas son de lo más variados. Hoy en día, las razones de nuestros viajes van más allá de las vacaciones de sol y playa o los circuitos culturales. En la actualidad, podemos viajar para realizar pruebas deportivas, como subir los mismos puertos que ascienden los ciclistas en el Tour de Francia.

También nos puede motivar descubrir los mejores restaurantes de un lugar. O es posible que nos motive tanto la astronomía, que nuestro destino sea Chile para disfrutar de sus impresionantes cielos estrellados. En esa misma línea de tipos de turismo, hay uno cada vez más en boga: el turismo bélico.

Y de él hay destinos por todo el mundo (lamentablemente en todos los sitios quedan huellas de guerras). Por ejemplo, es habitual ir a Vietnam para ver los escenarios de su célebre conflicto. Y no solo eso, nos pueden interesar las guerras de cualquier época y querer visitar, por ejemplo, un sitio como Waterloo en Bélgica, donde fue vencido Napoleón.

Desde luego, el turismo bélico tiene en la Segunda Guerra Mundial un enorme filón. Tal vez lo más emblemático sean las playas de Normandía en Francia. Pero también hay muchos sitios visitables vinculados con esa guerra en Alemania, Polonia o Inglaterra. E igualmente en Holanda, donde hay varios escenarios que se integran en la Ruta de la Liberación.

La Ruta de la Liberación

Varios lugares de los Países Bajos se han agrupado para conformar una ruta muy amplia por casi todos los rincones de Holanda. Así que aquí os vamos a mencionar solo los sitios más relevantes:

Arnhem

Puente sobre el río Rhin en la Ruta de la Liberación
Puente sobre el río Rhin

La visita a la ciudad de Arnhem es obligada para todo aquel que quiera descubrir las huellas de la Segunda Guerra Mundial en Holanda. Y es que allí tuvo lugar la batalla de Arnhem, en la que en 1944 se contuvo a los alemanes para que no atravesaran el puente que salva las orillas del Rhin.

Una buena idea para ver el escenario de la batalla es subirse hasta el punto más alto del campanario de la iglesia de San Eusebio. Incluso se ha habilitado un ascensor para subir más fácilmente hasta allí.

Museo de Guerra de Sloedam-Arnemuiden

Otra zona que han de visitar los amantes del turismo bélico en Holanda, es la región de Zelanda. En ese territorio hubo escaramuzas y auténticas batallas durante casi toda la contienda. Fueron casi 5 años de luchas que se recuerdan en este Museo de Guerra donde se honra a holandeses, pero también a franceses, canadienses o escoceses que lucharon aquí para liberar al país de los tulipanes.

Hotel De Wereld

Hotel De Wereld
Hotel de Wereld

No obstante, aquella ocupación tuvo un final. Y ese día llegó el 5 de mayo de 1945. Una rendición alemana que a la jornada siguiente se ratificó con una firma oficial en el Hotel De Wereld de la ciudad de Wageningen. El lugar donde se firmó el documento se puede visitar todavía en el hotel. Es el llamado Salón de la Capitulación y aún se guardan multitud de recuerdos del momento.

La Casa de Anna Frank

Aunque la guerra acabó y hay muchos lugares de batallas, memoriales y monumentos, el gran icono de la ocupación nazi en Holanda, sin duda, es la Casa de Anna Frank, la niña autora del estremecedor diario y a la que siempre hay que rendir homenaje para no olvidar la barbarie. Así que visitar la casa donde estuvo recluida es una de las actividades imprescindibles durante un viaje a Ámsterdam.