Río Ebro: ciudades que atraviesa y que hay que visitar
De los ríos que nacen y desembocan exclusivamente en tierras españolas, el Ebro es el más largo y caudaloso. Con más de 900 kilómetros de longitud, atraviesa siete comunidades autónomas, baña ciudades y riega fértiles huertas. Vamos a visitar, precisamente, algunas de esas ciudades por las que discurre este río.
1. Reinosa, Cantabria
El Ebro no es el único río que pasa por Reinosa, pero su papel en el desarrollo de la ciudad fue esencial, ya que esta creció a ambos lados del puente que cruza sus aguas. Puerta de entrada a Cantabria desde Castilla, esta ciudad tiene mucho que ver.
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No hay que perderse la iglesia de San Sebastián, uno de los mejores ejemplos del barroco en Cantabria. Tampoco hay que dejar de visitar la colegiata de San Pedro Cervato o la casa del marqués de Cilleruelo. Y, por supuesto, hay que pasear por la orilla del río, un paseo encantador.
2. Logroño, La Rioja
Es una de las dos capitales de comunidad que atraviesa el Ebro. Una ciudad pequeña y tranquila que, sin embargo, tiene sus atractivos. En ella hay que cruzar los puentes sobre el río, visitar la iglesia gótica de San Bartolomé y la monumental concatedral de Santa María de la Redonda.
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Logroño tiene más atractivos, no hay que dejar de pasear por su casco histórico para ver sus casas medievales y renacentistas. Y hay que recorrer el paseo del Espolón. Pero, si buscas diversión, nada como la calle Laurel, donde podrás degustar unas excelentes tapas bien regadas, como no puede ser de otro modo, por los reconocidos vinos de la región.
3. Tudela, Navarra
Esta ciudad no sería lo que es sin el río Ebro, y es que una de las cosas por las que es famosa es por los productos de su fértil huerta. Espárragos, alcachofas, pimientos y otras muchas verduras han dado fama a Tudela.
Pero más allá de sus productos y de su deliciosa gastronomía, Tudela es una ciudad que merece una visita calmada por su riqueza patrimonial. No hay que perderse la catedral, el precioso Palacio Decanal, la torre de Monreal o la judería. Todo ello habla de la larga y rica historia de esta bonita ciudad.
4. Zaragoza, Aragón. La capital del Ebro
Es la ciudad más grande que atraviesa el Ebro y también la que más atractivos ofrece. Nada como pasear por la orilla del río para contemplar la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y la torre de la Seo, una de las imágenes más características e inconfundibles de Zaragoza.
Pero esta ciudad tiene mucho más que ver. Se puede contemplar los restos de la romana Caesar Augusta; visitar el precioso palacio de la Aljafería, de orígenes árabes; hacer un recorrido por increíbles muestras de arquitectura mudéjar, como la Casa del Deán o la iglesia de Santa María Magdalena; o admirar bellos palacios renacentistas.
5. Tortosa, Tarragona
Es la capital de la comarca del Bajo Ebro y se encuentra a tan solo 40 kilómetros del Parque Natural del Delta del Ebro. A lo largo de su historia ha pasado por manos romanas, visigodas, árabes y cristianas que han ido dejando su huella en la ciudad.
Además de admirar el Ebro, cerca ya de su desembocadura, debes recorrer Tortosa para descubrir sus atractivos. No te pierdas el castillo de la Suda, una fortaleza musulmana que ofrece unas vistas increíbles. También debes visitar la catedral y el Palacio Episcopal, los Reales Colegios y la judería.
Y desde esta ciudad debes acercarte al delta del Ebro. Es una de las zonas húmedas más extensas de Europa, y por ello alberga diversas especies animales, algunas de las cuales están protegidas. Dunas, playas y arrozales forman el paisaje que caracteriza a esta zona. Si la visitas en la época de recogida del arroz, disfrutarás de un espectáculo muy singular.
“Quién pudiera ser como el río, ser fugitivo y eterno.”
-Dulce María Loynaz-
Como ves, siguiendo el curso del Ebro podrás descubrir ciudades hermosas, con un rico pasado, preciosos monumentos y, en algunos casos, con una gastronomía fabulosa. ¿Dispuesto a hacer la ruta?
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