Qué ver en una visita a Roma: lugares imprescindibles
La capital italiana es una de las ciudades que deben visitarse al menos una vez en la vida, pues además de su importancia histórica ofrece numerosas posibilidades turísticas. Por ello, a continuación te descubrimos lo esencial que tienes que ver en cualquier visita a Roma. ¿Nos acompañas?
El Coliseo
El Coliseo es el mayor símbolo de Roma y una de las siete maravillas del mundo moderno, por lo que su visita es más que obligatoria. Esta debe comenzar por el exterior para admirar todos los detalles constructivos del monumento.
Ya en el interior, se pueden contemplar las galerías, las gradas, las escalinatas, los subterráneos, etc. Una recomendación: adquiere la entrada con antelación par ahorrarte parte de las colas para entrar.
El Foro Romano y Palatino
Otro de los vestigios del Imperio romano es el Foro. Aquí se desarrollaba la vida pública, cultural y económica de la época. Para visitarlo se puede comprar una entrada que incluye el acceso al Coliseo Romano y al Palatino. O se puede contratar una visita guiada por la Antigua Roma.
En el Foro Romano existen diversos puntos de interés, como la Vía Sacra, que comunicaba la plaza del Campidoglio con el Coliseo; el arco de Tito, que conmemora la victoria de Roma sobre Jerusalén; el arco de Severo Séptimo; el templo de Antonino y Faustina, el mejor conservado; la basílica de Majencio y Constantino; o la Curia, donde se reunía el Senado.
En cuanto al Palatino, en él se deben ver los Jardines Farnesianos; la casa de Livia y la de Augusto; el hipódromo de Domiciano, que tiene la apariencia de un circo romano; el Museo Palatino, donde se exponen diversos hallazgos realizados durante las excavaciones realizadas aquí; y el Domus Flavia, un palacio construido en el año 81 a.C.
La Fontana de Trevi, imprescindible en la visita a Roma
La Fontana de Trevi es la fuente más famosa de Roma y, por qué no decirlo, unas de las más bonitas del mundo. Está presidida por la estatua de Neptuno, que se encuentra flanqueada por la de la Abundancia, que porta una cesta cargada de fruta; y la de la Salubridad, de cuya copa bebe una serpiente.
Sobre las tres estatuas hay diversos bajorrelieves que evocan, por ejemplo, el origen del acueducto Aqua Virgo. Este era uno de los acueductos de la antigua ciudad romana y acababa en este mismo lugar.
Una vez en la fuente, no puedes dejar de tirar una moneda, que significa que volverás a la ciudad. El mito también dice que si arrojas dos, encontrarás el amor con un italiano o italiana; y si haces lo propio con tres, te casarás con la persona que conociste.
Como curiosidad, cada año se extrae de la fuente cerca de un millón de euros, una cantidad que se destina a fines benéficos.
Las distintas plazas de la ciudad
Una visita a Roma también debe incluir un recorrido por sus plazas. De todas ellas destaca especialmente la Piazza Navona, que reúne esculturas, fuentes (la fuente de los Cuatro Ríos, la de Neptuno y la del Moro) y edificios de un gran valor artístico, como la iglesia de San Inés en Agonía o el Palazzo Pamphili.
Otras plazas que no se pueden pasar por alto son la plaza Venecia, donde se erige el edificio del Vittoriano; la plaza España y su escalinata de 135 peldaños; la plaza de la Rotonda, donde sobresale el Panteón de Agripa; o la plaza del Popolo, presidida por uno de los obeliscos egipcios que los romanos trajeron del país africano como símbolo de poder.
El Vaticano
Mención aparte requiere la plaza de San Pedro, en el Vaticano, situada a los pies de la Basílica de San Pedro. Esta última cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana. Se construyó entre 1506 y 1626, contando entre sus arquitectos con nombres de la talla de Miguel Ángel. De hecho, una de las capillas aloja la famosa Piedad.
Otras obras maestras de Miguel Ángel, como La creación de Adán y El Juicio Final, se pueden contemplar en la Capilla Sixtina, el espacio más importante de los Museos Vaticanos. También destacan los frescos en los que trabajaron otros artistas como Rafael, Botticelli, Perugino o Luca.
Son estos algunos de los lugares que no hay que perderse en una visita a Roma. Pero hay mucho más que ver en la Ciudad Eterna, desde las basílicas mayores a las termas, pasando por la Galería Borghese o el barrio del Trastevere.